Bienvenido a la guerra del dólar: la batalla global que decidirá quién domina la economía mundial

Phil Rosen
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Aunque no se puede reemplazar el dólar de la noche a la mañana, puede erosionarse a través de un esfuerzo conjunto.
Aunque no se puede reemplazar el dólar de la noche a la mañana, puede erosionarse a través de un esfuerzo conjunto.

Chelsea Jia Feng/Insider

  • El dólar estadounidense lleva un siglo de hegemonía en el que ha sido la divisa de referencia mundial.
  • Aunque su poder continúa hoy en día, muchos señalan que se encuentra en decadencia, y que China podría 'comerle la tostada'.

El dólar estadounidense no es solo para los estadounidenses: todos los países del mundo dependen de él.

El billete verde lleva más de un siglo facilitando el flujo de dinero y mercancías por todo el mundo. ¿Comprar o vender petróleo? Suele hacerse con dólares. ¿La emisión de deuda por parte de los países? Normalmente el precio de esos bonos se expresa en dólares estadounidenses. Durante generaciones, el billete verde ha sido el refugio seguro de los inversores cuando los mercados se desplomaban y los sistemas se volvían locos. Estados Unidos incluso recordó a todo el mundo lo influyente que es el dólar cuando el año pasado sancionó a Rusia dejándola fuera del sistema financiero mundial.

Pero si se presta atención a ciertos rincones del mundo financiero y de internet, el reinado del dólar como instrumento financiero preferido en todo el mundo podría estar llegando a su fin. Motivados por una mezcla de política y economía, países como Israel, Francia, Rusia y China han señalado que quieren empezar a realizar más actividades en una moneda distinta del dólar estadounidense. Los bancos centrales también han empezado a alejarse del dólar, y monedas como el yuan chino, el yen japonés y el euro ocupan una parte cada vez mayor de las reservas mundiales.

Los expertos financieros afirman que estos escenarios catastrofistas son exagerados, pero, como en las conspiraciones clásicas, hay algo de verdad en la locura si se investiga bien. El porcentaje de transacciones financieras realizadas en dólares estadounidenses ha disminuido en las últimas décadas, y el porcentaje de las reservas de efectivo de los países que se mantienen en dólares ha ido cayendo

Estos cambios, aunque notables, no implican el dominio del dólar vaya a terminar pronto. Puede que se produzcan cambios puntuales, pero como señala el profesor de finanzas de Stanford Chenzi Xu, sigue sin haber una alternativa viable.

"¿Qué moneda tendrían esos países en su lugar?", se pregunta Xu. "Necesitamos algo que se parezca al dinero, que actúe como el dinero. Si no tienes dólares, no hay alternativa porque todo lo demás es demasiado pequeño o está sujeto a los mismos riesgos que el dólar, por no decir peores".

Aunque el dólar estadounidense no será sustituido como moneda de reserva mundial de la noche a la mañana, puede verse erosionado por un esfuerzo conjunto para acabar con su reinado y provocar cambios reales en el sistema financiero. Si Estados Unidos quiere mantenerse en la cima, no puede dar por sentado el estatus del dólar.

Hay un sector tecnológico crucial en el que Estados Unidos ha quedado muy por detrás de China: el mercado de las baterías eléctricas.

La alargada sombra del dólar

En los últimos 5 siglos, solo unos pocos países han emitido los billetes que el mundo utiliza para realizar transacciones financieras: la moneda de reserva mundial. Convertirse en su emisor es cuestión de confianza. Ya fuera el florín holandés, el franco francés o la libra esterlina británica, la gente confiaba en que el valor de esa moneda (respaldada por el gobierno del país) se mantendría lo suficientemente estable como para ser la referencia de una transacción. La inestabilidad política o las recesiones económicas prolongadas pueden minar esa confianza, hasta que un día la moneda es suplantada por otra de un país más poderoso, más estable económicamente y, por tanto, más fiable.

Durante los últimos 102 años, Estados Unidos ha ocupado la cima de las divisas. Además, la globalización ha hecho que el dólar haya alcanzado un estatus más poderoso que las anteriores monedas de reserva. Este denominado "privilegio exorbitante" sitúa al país en la cima de un sistema financiero asimétrico, le otorga importantes ventajas comerciales y amortigua las repercusiones de las fluctuaciones económicas de otros países. Esta dinámica significa también que la Reserva Federal (responsable de imprimir y controlar la oferta de dólares estadounidenses) es vigilada de cerca en todo el planeta. El resto del mundo presta mucha más atención a sus decisiones políticas que, por ejemplo, el Banco Central Europeo o el Banco Popular de China. Ron Temple, estratega jefe de mercados de Lazard, indica que el dólar estadounidense ha alcanzado este preciado estatus gracias a más de un siglo de Estado de Derecho y mercados estables, que han contribuido a ganarse la confianza de los inversores. 

"En cualquier país del mundo se puede encontrar a la gente con billetes de 100 dólares escondidos por seguridad. Especialmente después de la Segunda Guerra Mundial, cuando EEUU dominaba el sector manufacturero y el comercio mientras otros países aún estaban reconstruyéndose después de la guerra. EEUU era simplemente una potencia económica, con instituciones sólidas que podían soportar divisiones y conflictos", afirma el experto.

Estados Unidos controla la moneda de reserva mundial desde hace 102 años, lo que le confiere un estatus especial en la economía mundial.
Estados Unidos controla la moneda de reserva mundial desde hace 102 años, lo que le confiere un estatus especial en la economía mundial.

CFOTO/Future Publishing via Getty Images

En la actualidad, casi el 60% de las reservas internacionales se mantienen en activos denominados en dólares, según el Fondo Monetario Internacional, y es con diferencia la moneda más utilizada en el comercio. Los datos del Bank of International Settlements muestran que el dólar participa en cerca del 88% de todas las transacciones comerciales internacionales. Una buena prueba de fuego para saber exactamente cuánto influye una divisa es observar lo que ocurre durante las crisis financieras. Y durante el último siglo, los inversores siempre se precipitan hacia activos que puedan convertir a dólares.

Países como China o Arabia Saudí hacen lo que pueden para "hacer oídos sordos a Estados Unidos", según Gregory Brew, analista de la consultora Eurasia Group, pero hasta que los activos estadounidenses dejen de ser vistos como la mejor opción en tiempos de catástrofe, el dólar no perderá su asiento en la cabecera de la mesa a corto plazo. 

Aun así, dado que el país que controla la moneda de reserva mundial mantiene ese estatus una media de 94 años, la historia parece indicar que ya es hora de que haya un sucesor. Así que, aunque los plazos sean largos, las conversaciones sobre la desdolarización son la prueba de que puede haber un nuevo movimiento en marcha.

Amenazas a la hegemonía

El orden económico mundial tal como lo conocemos terminará con la Operación Sandman. 

Cuando esta se ponga en marcha, según la teoría, 100 países de todo el mundo venderán billones de dólares de deuda pública estadounidense en un esfuerzo coordinado para socavar el valor del dólar y romper el dominio de Estados Unidos sobre la economía mundial. El movimiento será desastroso para Estados Unidos y el orden mundial, pero con el tiempo, el esfuerzo por romper el dominio del dólar estadounidense sobre el mundo abrirá la puerta a una nueva jerarquía de superpotencias económicas.

Si todo esto suena un poco inverosímil, es porque el debate sobre la Operación Sandman se limita a espacios de conspiraciones económicas y monetarias en Reddit y TikTok. Esta "madre de todas las conspiraciones del dólar", como la llamó un usuario de Reddit, sería sin duda un comienzo trascendental para un nuevo capítulo, pero hay pocos indicios de que pueda llegar a materializarse. 

"Creo que vivimos en una época de conspiraciones. Hay un interés permanente en ciertas comunidades online por la idea de que la economía global (y específicamente el mundo de la moneda fiduciaria) se tambalea al borde de algún tipo de colapso sistémico", afirma Brew, de Eurasia. A pesar de los desvaríos de los mayores fanáticos de la Operación Sandman, sí aciertan en una cosa: hay pruebas claras de que el mundo se está desdolarizando.

Stephen Jen, CEO de Eurizon SLJ Capital y antiguo economista del FMI, causó revuelo en los círculos económicos con una nota de abril a sus clientes en la que declaraba que "la erosión del estatus de reserva de valor del dólar se ha acelerado en los últimos años a un ritmo alarmante". Según los cálculos de Jen, la proporción de reservas mundiales en dólares experimentó un brusco descenso en 2022, erosionándose a un ritmo anual casi 10 veces superior al de las dos últimas décadas. 

En 2003, el dólar representaba aproximadamente dos tercios de las reservas mundiales, pero según Jen, sus datos muestran que esa proporción se ha reducido al 47%, una cifra muy inferior al 60% estimado por el FMI. Otros grupos no han detectado una caída tan pronunciada porque no tienen en cuenta las fluctuaciones del valor subyacente de los dólares en las arcas de los bancos centrales, según Jen.

Jen añade que, aunque otros países siguen utilizando dólares con frecuencia, el apetito por esta moneda se ha enfriado últimamente. "Hemos asistido a un brusco descenso del interés mundial por el dólar", afirma. "Después de 15 años de descensos muy graduales, hemos visto un desplome, un desplome absoluto en el último año".

La mayor parte de los cambios en el dólar se deben a la política. Jen explica que el mundo se está dando cuenta de lo centrado que está el mundo financiero en Estados Unidos, muy lejos de la naturaleza multipolar del panorama cultural y político. Las economías de los países en desarrollo han crecido y se han hecho más sofisticadas en las últimas décadas, lo que significa que hay menos razones para permanecer en un panorama financiero que depende del dólar y de la Reserva Federal. 

"Existe un argumento legítimo para plantearse la cuestión de si otros países deben hacer frente a un mundo de moneda unipolar. Hay una desconexión entre ambos: el mundo financiero y el mundo real", señala Jen.

Wall Street

Es una línea de pensamiento interesante. ¿Por qué el mundo financiero no debería parecerse más al mosaico de culturas, políticas y naciones que existe hoy en día? Naturalmente, es algo que querrían otras potencias mundiales, como Rusia y China. Cuando Estados Unidos congeló cientos de miles de millones de las reservas de dólares de Moscú, recordó a otros países que el dólar puede convertirse en un arma.

Xu, de Stanford, indica que otros países pueden estar pensando: "Bueno, si acabo en el pellejo de Rusia, donde todos mis activos en dólares son inutilizables, entonces tiene sentido volver a nuestra propia moneda nacional". Aunque dificultaría cada transacción, Xu añade que podría "protegerte de mayores sobresaltos de no poder utilizar tus ahorros".

China, por ejemplo, ha hecho un esfuerzo coordinado para promover su moneda, el yuan, en el comercio internacional como una forma de protegerse en un momento de mayores tensiones geopolíticas con Estados Unidos. Aunque el yuan chino representa menos del 3% de las divisas de reserva mundiales, ha visto crecer su parte del pastel al ritmo más rápido de todas las divisas desde 2016. Mientras tanto, Arabia Saudí, Francia, Brasil, India, Pakistán, Bolivia, Irak y otros países han completado operaciones con yuanes o han expresado su voluntad de participar en el comercio denominado en yuanes en el futuro. Representan una pequeña fracción del total de transacciones en dólares, pero la tendencia es incipiente. 

"Hay un elemento político muy fuerte en todo esto, sobre todo con el empeoramiento de las relaciones entre Estados Unidos y China. Desde el punto de vista de China, la desdolarización reduce su exposición a la influencia estadounidense y a posibles sanciones futuras. Cada vez está más claro que ambos competirán económica y diplomáticamente, y el yuan se está convirtiendo en un motor político para otros países interesados en mejorar sus relaciones con China", aporta Brew, de Eurasia.

Mientras tanto, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica han indicado que quieren lanzar una moneda compartida para rivalizar directamente con el dólar. "Todas las noches me pregunto por qué todos los países tienen que basar su comercio en el dólar. ¿Por qué no podemos tener un comercio basado en nuestras propias monedas?", declaró en abril el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.

También hay muchas otras amenazas para el dólar: las divisas digitales, las reacciones inesperadas a las sanciones de EEUU e incluso la Reserva Federal. Josh Lipsky, director senior del Atlantic Council, afirma que las agresivas subidas de tipos de interés de la Fed durante el último año y medio han ampliado la brecha en los tipos de cambio entre muchos países en desarrollo y Estados Unidos. Como consecuencia, la deuda de otros países se encarece.

"Otras economías han sentido el peso del dólar de forma muy aguda", afirmó Lipsky. "Las pruebas de la desdolarización son pequeñas pero crecientes".

Ilustración Wall Street

Pequeños cambios, grandes ondas

Para la mayoría de las personas cuyas finanzas consisten en pagar facturas, gasolina y conseguir una hipoteca, la idea de la desdolarización puede parecer un mundo lejano. No se trata de que las tiendas de Estados Unidos vayan a dejar de aceptar el pago en dólares. Los expertos están de acuerdo: a menos que se realicen regularmente transacciones a nivel institucional o nacional, los estadounidenses probablemente no notarán los efectos directos en su vida cotidiana.

Pero para las empresas que realizan transacciones a nivel institucional, un dólar más débil (una posible consecuencia de la desdolarización) podría reducir gradualmente la demanda de dólares y disminuir su posición como moneda de referencia para las grandes operaciones. 

Los estrategas de JPMorgan Alexander Wise y Jan Loeys han dicho a sus clientes que solo esperan una desdolarización marginal en la próxima década. Si el estatus del dólar se debilita más allá de esa fecha, es posible que los activos estadounidenses se vean afectados: descenso de las acciones, aumento de los rendimientos de los bonos, encarecimiento de las importaciones. La mayor amenaza, según Wise y Loeys, es que la posición geopolítica del país se resienta. 

"La desdolarización per se tiene probablemente poco impacto en el crecimiento y la inflación, pero los acontecimientos adversos que podrían catalizar esa desdolarización probablemente empeorarían ambos", escribieron Wise y Loeys en junio.

Si ser la moneda de referencia es una cuestión de confianza, entonces cualquier alejamiento del dólar estadounidense indicaría una erosión de la confianza en Estados Unidos: su gobierno, su economía, su sistema financiero. Los acontecimientos que provocarían esa pérdida de confianza serían claramente negativos tanto para su economía como para su sociedad. Un impago de la deuda alimentado políticamente o una repentina desinversión en activos estadounidenses (aunque de forma menos coordinada que la Operación Sandman), erosionarían esa fe, aunque ninguno de ellos tiene precedentes históricos.

No creo que nada sea permanente, y otros países podrían estar dispuestos a utilizar algo distinto al dólar en algún momento.

El camino más probable, según el equipo de JPMorgan, es una desdolarización parcial a lo largo de varias décadas, con el yuan chino como candidato más probable para ganarle terreno. Pero el cambio al yuan conllevaría una serie de nuevos problemas, desde las normas chinas sobre la salida de efectivo del continente hasta los propios problemas económicos del país. Ni siquiera está claro que Pekín quiera que su moneda asuma ese papel.

Para Stanford's Xu, los temores a la desdolarización son en gran medida discutibles, dado el enorme número de billetes verdes que circulan por el sistema financiero mundial. Se calcula que la mitad de todos los préstamos y facturas comerciales internacionales están denominados en dólares, y cuantas más empresas y gobiernos utilicen el dólar como referencia, más aumentará la liquidez. Para que se produzca la desdolarización, tendría que materializarse una reserva muy grande de deuda segura y de bajo riesgo respaldada por otra divisa, y Xu dijo que eso probablemente requeriría un escenario de nivel de crisis en el que todo el mundo se deshiciera de sus dólares a la vez. Y, una vez más, las probabilidades de que esto ocurra siguen siendo escasas.

"Tener la moneda de reserva es inequívocamente positivo para Estados Unidos. Para mantenerlo es necesario contar con cierta buena voluntad en el mundo, y si Estados Unidos lo consigue, seguirá proporcionando activos seguros a la economía internacional", argumenta Xu.

 

El pánico es exagerado, pero la tendencia es real

Es fácil burlarse de las conspiraciones en Reddit, pero hay verdad detrás de los rumores en torno a la desdolarización. Es real y está ocurriendo, pero a un ritmo mucho más lento de lo que sugieren los últimos titulares.

Sin embargo, en lugar de ignorarla por completo, los líderes estadounidenses (desde el Congreso hasta la Reserva Federal) deberían tomarla como un recordatorio de que no deben dar por sentado el codiciado estatus. Tontear con la política de la Reserva Federal, amenazar con el impago de la deuda estadounidense o imponer apresuradamente sanciones financieras, según Temple, de Lazard, no le hace ningún favor a Estados Unidos. Un siglo teniendo la divisa más importante no debería llevar a nadie a creer que habrá otro siglo igual.

"Siempre deberíamos reconocer que obtenemos enormes beneficios de mantener el estatus del dólar. No creo que nada sea permanente, y otros países podrían estar dispuestos a utilizar algo distinto al dólar en algún momento. El 'privilegio exorbitante' que hemos tenido durante décadas no es un derecho de nacimiento", señala Temple.

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