"El modelo de negocio de las 'big tech' es tóxico": exigen a la UE una digitalización más democrática que respete los derechos humanos

Mark Zuckerberg, CEO de Meta (matriz de Facebook, Instagram y WhatsApp).
Mark Zuckerberg, CEO de Meta (matriz de Facebook, Instagram y WhatsApp).

Reuters

  • En la actual cruzada por la digitalización y el desarrollo de nuevas tecnologías, una corriente crítica con las grandes tecnológicas gana peso en Europa.
  • Un grupo de investigadores de Xnet ha presentado ante el Parlamento Europeo un informe que propone una democratización verdadera del Internet del futuro.

En la carrera por la digitalización la cuestión no pasa por el ser o no ser, sino por el cómo. El determinismo tecnológico, es decir, la creencia de que la solución de todo está en la tecnología simplemente por ser tecnología, comienza a estar cada vez más en entredicho ante el desarrollo de la inteligencia artificial por parte de grandes compañías como Open AI.

¿A quién beneficia la puesta a punto de ChatGPT? ¿Cómo se hace esa puesta a punto? ¿Tienen algo que decir los ciudadanos sobre esta tecnología y cómo les afecta en el día a día? Son solo algunas de las cuestiones que están en el aire.

Un grupo de investigadores de la asociación Xnet, centrada en el estudio de la tecnología y su implicación en la sociedad, tienen algunas respuestas a estas preguntas. Esta semana han presentado un informe ante el Parlamento Europeo con una serie de propuestas para reforzar el papel de las instituciones públicas y la soberanía europea. 

El informe resalta los riesgos  para la democracia y los derechos humanos que conlleva el desarrollo de nuevas tecnologías, pero sobre todo el control de las grandes tecnológicas de ese desarrollo.

Xnet aboga por una digitalización "democrática, inclusiva y respetuosa con los derechos fundamentales" y cuestiona el modelo de las grandes tecnológicas como Google o Meta y su poder actual. Precisamente, estas compañías fueron los principales ganadores de la privatización del Internet llevada a cabo en las 2 últimas décadas.

Según los investigadores, no basta considerar lo digital únicamente en términos de soluciones tecnológicas, tampoco la tecnología automáticamente convierte nuestras sociedades en lugares más justos o democráticos, aseguran, sino el uso que se hace de esa tecnología.

Los autores del informe presentado por Xnet, entre los que figuran varios españoles, proponen una idea de soberanía desintermediada, descentraliza y distribuida, donde cada ciudadano puede verificar la inviolabilidad de su propia comunicación. Es decir, dar la seguridad a los usuarios de que nuestras comunicaciones son privadas, sin tener que depender de la tutela de un intermediario centralizado, como sucede actualmente con las grandes tecnológicas o GAFAM (Google, Apple, Facebook, Amazon, y Microsoft).

"Aunque la digitalización es ahora una prioridad en la agenda política europea, está en marcha desde hace medio siglo. La cuestión no es si tendrá lugar o no, sino si será democrática y beneficiosa para la mayoría", ha señalado durante la presentación la directora del informe de Xnet, Simona Levi, investigadora, dramaturga, estratega tecnopolítica y activista.

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Un ejemplo de ese control de las grandes tecnológicas sobre el uso que hacemos de Internet es el correo electrónico, señala Xnet en su estudio. "Existe un monopolio privado basado en el dumping en la infraestructura esencial de email", ha apuntado Levi en esa misma intervención en una clara alusión a Gmail, de Google. 

Según se desprende del estudio de Xnet, de los 3.900 millones de usuarios que utilizaron servicios de correo electrónico en 2019, 1.500 millones eran activos del servicio de email desarrollado por Google.

Sin embargo, el email —una nueva forma de identificación digital en la actualidad, como subrayan los investigadores— es solo uno de los muchos escollos que deben hacer frente los Gobiernos para lograr esa soberanía digital por la que lucha Xnet. Escollos entre los que se encuentran cuestiones como los campus virtuales de educación, los programas de búsqueda en Internet o la creación de contenidos online, servicios esenciales en el día a día que también están en manos de un puñado de grandes empresas.

Los tentáculos de Google y compañía acaparan cualquier rincón de la red, y rastrear y auditar a estas empresas, denuncia Xnet, es prácticamente imposible.

"Las big tech invierten ingentes fondos en presionar a la UE y diluir legislación clave. Pero su modelo de negocio es tóxico: una publicidad de vigilancia agresiva, sistemas de IA injustos y negar derechos a trabajadores", ha apuntado en la misa presentación Bram Vanken, investigador del Corporate Europe Observatory, una asociación independiente establecida en Bruselas que persigue las prácticas de lobby de las grandes compañías.

"Para que se produzca una digitalización democrática, debemos frenar el  poder de las grandes tecnológicas", ha añadido Vanken.

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Desde Xnet resaltan que el problema para alcanzar la digitalización democrática, no es una cuestión de regulación, sino de aplicación de dicha regulación. Además, critican que las administraciones públicas en muchos casos recurren a las Big Tech y empresas en posiciones dominantes para externalizar servicios, a pesar de lo que señala el reglamento europeo. 

También, proponen el uso de alternativas como el software libre, que según Xnet "contribuye a impulsar el emprendimiento socio-tecnológico porque se pone a disposición de todos". 

"La reutilización y publicación del código fuente crea una economía circular, ya que nunca parte de cero: utiliza código abierto que se mejora a medida que todos contribuyen a él y, al mismo tiempo, siempre está disponible", apuntan en las conclusiones del informe.

El mundo hoy oscila entre el tecnodeterminismo que comentábamos al inicio, y la tecnofobia, una respuesta negativa a la tecnología que cree que todo lo que proviene de Internet está mal. 

"Ninguno de los 2 enfoques es correcto: como la mayoría de las tecnologías, desde la rueda hasta el fuego, deberían estar al servicio de toda la humanidad. Hay que apreciar su gran utilidad, sobre todo, sin negar los riesgos que también conllevan, por supuesto", concluye Xnet.

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