Una mujer con parálisis llevaba 20 años sin hablar, y ahora puede hacerlo con su pensamiento gracias a la IA

Katherine Tangalakis-Lippert
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La resonancia magnética de otro paciente de 30 años con distonía.
La resonancia magnética de otro paciente de 30 años con distonía.

BSIP/UIG Via Getty Images

  • Un importante avance en neurotecnología ha devuelto la voz a una superviviente de un ictus casi 20 años después de haberlo sufrido.
  • La mujer sufrió un derrame cerebral que la dejó paralizada e incapacitada para hablar a los 30 años.
  • El nuevo implante utiliza inteligencia artificial para descodificar las señales cerebrales y convertirlas en habla computerizada.

Hace casi dos décadas, Ann Johnson, que por aquel entonces tenía 30 años, sufrió un derrame cerebral y, aunque sobrevivió, quedó paralizada e incapaz de hablar, lo que se conoce como síndrome de enclaustramiento, según los manuales MSD.

Poco a poco, Johnson recuperó la capacidad de respirar de forma independiente, mover el cuello y guiñar un ojo, pero después de 18 años, su cerebro no había recuperado la capacidad de mover los músculos necesarios para hablar más que unas pocas palabras.

Con la ayuda de un nuevo implante cerebral basado en inteligencia artificial, esta mujer se ha convertido en la primera paciente en utilizar con éxito una neurotecnología innovadora que sintetiza el habla y las expresiones faciales a partir de señales cerebrales, según afirman los investigadores del proyecto.

 

En un estudio publicado en Nature a finales del mes pasado, investigadores de la Universidad de California en San Francisco y de la Universidad de California en Berkeley detallaron sus hallazgos tras implantar una fina capa de 253 electrodos en el cerebro de Johnson y personalizar la tecnología para posibilitar la lectura de sus señales cerebrales.

La neurotecnología utiliza inteligencia artificial para descodificar las señales cerebrales de la mujer mientras intenta hablar. Aunque sus músculos no se mueven, su cerebro envía una señal perceptible para los electrodos, que descodifican lo que intenta decir y sintetizan el habla y las expresiones faciales mediante un avatar generado por ordenador.

Gracias al implante, la paciente puede hablar a 80 palabras por minuto

Johnson, que no padece discapacidad cognitiva ni sensorial tras el ictus, podía comunicarse antes a unas 14 palabras por minuto con su antiguo método de mecanografía, que utilizaba un dispositivo que respondía a pequeños movimientos de la cabeza, según detalla un artículo de la Universidad de California en San Francisco sobre el avance. 

La velocidad ha aumentado con creces gracias a la IA: con el nuevo implante, su avatar digital habla casi a 80 palabras por minuto.

"Nuestro objetivo es restablecer una forma de comunicación plena y corporal, que es la manera más natural que tenemos de hablar con los demás", afirma el doctor Edward Chang, catedrático de cirugía neurológica de la Universidad de California en San Francisco, en la publicación de la UCSF sobre la investigación. 

"Estos avances nos acercan mucho más a convertirlo en una solución real para los pacientes", destaca en el comunicado. Chang no respondió inmediatamente a la solicitud de comentarios de Business Insider.

Aunque los investigadores de la UCSF y la UCB afirman que el caso de Johnson es una primicia científica por permitir a las personas con síndrome de enclaustramiento comunicarse mediante neurotecnología, dos investigadores del Centro Wyss de Bio y Neuroingeniería de Austria afirmaron el año pasado que habían logrado una hazaña muy parecida.

Aunque sus resultados al trabajar con un hombre de 34 años con ELA para recuperar su capacidad de habla fueron prometedores, los investigadores austriacos vieron cómo se retractaba previamente un artículo sobre el tema y se identificaron "varios casos de mala praxis científica" en la investigación de 2019 llevada a cabo por la Fundación Alemana de Investigación (DFG), que financió parte del trabajo.

A pesar de la controversia y los problemas éticos a los que se enfrenta la neurotecnología, grupos como las Naciones Unidas han señalado los avances en los sectores público y privado como uno de los campos de más rápido crecimiento con posibilidades de mejorar la vida humana.

Un nuevo sentido de propósito

En cuanto a Johnson, los beneficios de participar en el proyecto de la UCSF van mucho más allá de ofrecerle la oportunidad de volver a hablar después de tantos años sin poder hacerlo.

"Cuando estaba en el hospital de rehabilitación, el logopeda no sabía qué hacer conmigo", declara la paciente a la UCSF. "Formar parte de este estudio me ha dado un sentido de propósito, siento que estoy contribuyendo a la sociedad. Siento que vuelvo a tener un trabajo. Es increíble que haya vivido tanto; ¡este estudio me ha permitido vivir de verdad mientras aún estoy viva!".

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