Dile adiós al alcohol estas Navidades: los distribuidores advierten sobre un posible desabastecimiento

Seguramente nunca hayas imaginado una Navidad sin alcohol, pero la posibilidad puede estar mucho más cerca de lo que piensas.

La crisis del transporte y el impacto del coronavirus están afectando ya a algunas marcas muy conocidas de bebidas alcohólicas, como Seagrams, Bacardi o Beefeater, haciendo que las entregas se retrasen y que haya escasez.

Hay que recordar que los problemas de suministro ya estaban dejándose notar en algunos sectores, por ejemplo, en el automovilístico debido a la falta de semiconductores y chips. 

Lo mismo está ocurriendo en los ordenadores y teléfonos móviles. La escasez de semiconductores ha elevado el precio de estos dispositivos y no parece que haya solución a corto o medio plazo.

También faltan materiales de construcción, y en España podría empezar a escasear en los supermercados productos básicos como la mantequilla, el café o el pan.

El alcohol es, por lo tanto, un producto más que se suma a esta cadena de desabastecimientos, con el agravante de que podría desaparecer de las estanterías de los supermercados y de los bares y restaurantes en una fecha tan señalada como Navidad.

Los distribuidores avisan: "El stock de muchas marcas ya es cero"

Las empresas de distribución están siendo las primeras en dar la voz de alarma sobre esta problemática.

“Nos hemos quedado sin stock. Es un problema muy serio”, avisa a Economía Digital Eloi García, gerente de la distribuidora Cristo Galicia.

“Tenemos falta de producción en distintos países y debemos tener en cuenta que muchos productos vienen de China y, durante los primeros meses de pandemia allí había ciudades enteras cerradas”, explica.

Uno de los mayores problemas de esta crisis es la ausencia de material para construir las botellas: “El problema no es el producto final, sino el embalaje”, detalla García. 

La falta de materias primas en China, que ha seguido una política más restrictiva a la hora de cerrar fábricas durante la pandemia, es uno de los aspectos clave; hay más demanda de la que pueden cubrir.

“Teníamos acumulados muchos productos, pero el stock de muchas marcas ya es cero”, lamenta Eloi García al mismo medio.

El producto nacional puede ser la solución

Si bien algunas marcas extranjeras ya están empezando a escasear, lo cierto es que en España existen varias empresas que elaboran bebidas alcohólicas y pueden abastecer, de momento, al mercado.

No se espera que la crisis termine al menos hasta verano de 2022, por lo que el buen funcionamiento de las empresas españolas será necesario para que no se llegue al desabastecimiento total.

“No vamos a poder elegir las marcas y tendremos que tirar de productos nacionales”, reconoce Eloi García, que confiesa tener problemas con las entregas de Seagrams y Bacardi desde agosto.

Eso sí, el mercado nacional también está sufriendo la crisis del transporte, y la escasez de vidrio ya supone un obstáculo para el sector vinícola.

Varios empresarios del vino avisan a El Confidencial de los problemas a la hora de embotellar este producto. También faltan materiales para fabricar tapones, etiquetas y cartón.

Además, las bodegas apenas cuentan con reservas de emergencia, algo que podría provocar escasez en las próximas semanas y meses.

A pesar de estos inconvenientes, las empresas rechazan detener la producción. “Si durante un mes tenemos que vender en botellas de plástico lo haremos”, afirma a Economía Digital Marcelino Fernández, responsable de la bodega La Vivariense.