No, la IA no acabará con los trabajos de oficina: de hecho, es probable que les facilite la vida a los trabajadores, según un estudio de McKinsey

Beatrice Nolan
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Un grupo de trabajadores durante una reunión.

courtneyk/Getty

  • En los últimos meses ha aumentado el miedo en torno a la posibilidad de que la inteligencia artificial haya llegado para quitarle el puesto a determinados profesionales. 
  • Lo llamativo en esta ocasión era que parecía que los primeros en desaparecer iban a ser los perfiles administrativos, sin embargo, un estudio de McKinsey ha indicado que, en lugar de reemplazarlos, la IA podría facilitarles la vida a esos empleados.

Desde que tuvo lugar el lanzamiento al público de ChatGPT el pasado mes de noviembre, los temores sobre una posible sustitución masiva de puestos de trabajo impulsada por la inteligencia artificial generativa han ido en aumento.

Las herramientas basadas en IA, como el chatbot de OpenAI, han demostrado contar con una impresionante capacidad para generar contenidos de forma similar a cómo lo haría una persona, pero mucho más rápido.

Estos bots pueden generar desde artículos académicos hasta ilustraciones artísticas, pasando por líneas de código fuente. Las oportunidades de ahorro de costes en concepto de salarios para las empresas parecen obvias y han avivado la ansiedad de los trabajadores en torno a su seguridad laboral a medio plazo en un mercado laboral que ya de por sí era complicado.

Algunos CEO ya han tomado medidas para incorporar programas basados en inteligencia artificial a los flujos de trabajo diarios de sus organizaciones, mientras que otros han manifestado abiertamente sus planes de reducir la contratación en favor de las herramientas de IA generativa.

Los primeros informes realizados por investigadores expertos en la materia anticipaban que los empleados de cuello blanco (aquellos profesionales que desempeñan trabajos cualificados, habitualmente dentro de oficinas o despachos), concretamente los de los sectores jurídico y financiero, serían algunos de los primeros en desaparecer. 

Ilustración Inteligencia Artificial

Sin embargo, un nuevo estudio publicado por McKinsey asegura ahora que las predicciones más catastrofistas podrían estar más lejos de lo que parecía en un primer momento (si es que llegan a cumplirse en algún momento).

Aunque el análisis de McKinsey prevé que la inteligencia artificial generativa podría sacudir significativamente el mercado laboral, augura que su impacto en los puestos de cuello blanco puede ser beneficioso a largo plazo. 

El informe indica que las actividades que representan hasta el 30% de todas las horas trabajadas en Estados Unidos podrían automatizarse para el año 2030, un cambio en la mano de obra que se ha visto acelerado por los avances de la IA.

Aun así, los investigadores concluyen que es poco probable que inteligencia artificial elimine de un plumazo un número significativo de puestos de trabajo de sectores como el derecho o los negocios, así como en el caso de los campos creativos y STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). En cambio, es más probable que la IA mejore la forma de trabajar de estos profesionales

Según el estudio de McKinsey, los empleos de otras categorías, como el servicio de atención al cliente y el personal de oficina, son los que tienen más probabilidades de sufrir los efectos de la automatización.

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