No voy a negar que me quedé con las ganas de dejar clara mi conclusión final tras las primeras impresiones del nuevo dispositivo de Nothing de hace un par de días, pero la espera ha terminado y mejor dejarlo claro en estas primeras líneas: el Phone (2) es un dispositivo que enamora verlo y conquista usarlo. 

Hace unas semanas, cuando charlé con David Sanmartín, cofundador de Nothing, ya me daba la sensación de que se avecinaba algo grande. No solo por un diseño ejemplar que rompe con todo lo establecido y destaca entre tantos dispositivos clónicos, sino también por la filosofía con la que han abordado el equipo. 

Más allá de entregar un dispositivo competente para asaltar la gama alta a precio asequible —desde 649 euros— lo que más me gustó de la conversación fue que este equipo está pensado para tratar de evitar la tendencia constante de estar pegado al móvil.

La gran inspiración tecnológica de Carl Pei (Nothing) que no te imaginarás: un líder militar del siglo XIII

Es algo que ya trataron de buscar con su fantástico Phone (1) del año pasado con su interfaz Glyph y sus avisos luminosos, pero en alguna cosa que otra se quedaba a medio camino. 

Ahora, un año más tarde, y después de poner sobre la mesa sus Ear (Stick) y sus Ear (2), han hecho acopio de todo lo aprendido para entregar un equipo que refina absolutamente todo.

Creo que es evidente lo que me ha parecido el Nothing Phone (2), pero toca ser contundente: es el dispositivo más fresco y original que ha pasado por mis manos este año y, por qué no decirlo, en mucho más tiempo. 

El mejor diseño que he visto en años con permiso del Phone (1): refina absolutamente todo y es un placer perderse entre sus cientos de detalles gracias a su trasera transparente. 

Sí, es evidente que no es fácil encontrar cambios entre el Phone (1) y el Phone (2), pero eso no quita que sea uno de los diseños más originales de los últimos años. Además, se justifica que continúe esta línea para darle consistencia a su línea de dispositivos. 

A pesar de esta afirmación, sí que hay muchos cambios entre un modelo y otro, aunque toca prestar atención.

Lo primero a destacar es que el Phone (2) es un equipo más grande que el del año pasado y sube de los 15,9 centímetros de alto hasta los 16,7 centímetros. 

Esto puede echar para atrás a algunos usuarios que quieren un dispositivo más compacto, pero lo cierto es que sienta genial en mano, algo en lo que ayuda un peso de 200 gramos que consigue que se sienta liviano, se llega a la botonera de manera cómoda y tiene un grosor de 8,6 centímetros.

En cuanto al diseño de la trasera, sigue siendo igual de llamativo gracias a su trasera transparente, pero ahora se nota más refinado gracias a un acabado en 3D que aporta más consistencia. 

La única pega es que, dependiendo del impacto de la luz, se ve alguna que otra huella que empaña su espectacular diseño, pero gracias a que es transparente, se nota muy poco. 

Pantalla de primer nivel donde la fluidez es la gran protagonista de la función.

En cuanto a la pantalla, apuesta por un panel OLED de 6,7 pulgadas Full HD+ LTPO con una tasa de refresco variable que va de 1 a 120hz.

¿El resultado? Enorme fluidez en cualquier situación y unos colores muy vivos y definidos que, gracias a una profundidad de color de 10 bits y tecnología HDR10+, destacan todavía más. 

A esto suma un brillo máximo de 1.000 bits que tiene muy buen comportamiento en exteriores, donde al fin y al cabo es donde las pantallas suelen dar problemas —resaltar que sube a 1.600 nits con contenido en HDR—, así como una tasa de muestreo táctil de 240hz, perfecta para los más gamers, puesto que la respuesta a la pulsación de pantalla es prácticamente inmediata. 

Un rendimiento excelente al que solo se le puede poner una pega: se calienta algo más de lo que debería en tareas exigentes.

En su interior descansa un procesador Snapdragon 8+ Gen 1, un viejo conocido de la gama alta. 

El motivo de no apostar por la Gen 2 hubiese encarecido mucho el precio, en palabras de Sanmartín, y viendo cómo se comporta el dispositivo, incluso entiendo el motivo: el Phone (2) vuela en todo lo que le pides. 

Ya sea en tareas del día a día, en apertura de aplicaciones o incluso en juegos a máximo rendimiento gráfico, el equipo tiene un comportamiento absolutamente ejemplar. 

La única pega que se le puede poner es que el dispositivo se calienta algo más de lo que debería en tareas exigentes, un mal endémico de este chip de Qualcomm, pero lo cierto es que no molesta, ya que no sube a temperaturas incómodas. 

Lo del software es de otro planeta: mi nuevo Android favorito tanto por estilo como por prestaciones.

Más allá del diseño, hay otra gran estrella en este Phone (2): el software. 

El dispositivo viene con Nothing OS 2.0, la evolución de su sistema operativo propio basado en Android, y lo cierto es que es una absoluta pasada. 

Lo primero a destacar es un estilo en blanco y negro para la interfaz de usuario que tiene una personalidad arrolladora que encaja de manera sobresaliente con el diseño del terminal.

Además, esto cumple con la filosofía de Nothing que busca una interfaz menos intrusiva para el usuario. Los puntos rojos de notificaciones en las apps están en gris y se ven menos, algo que consigue que estés menos pendiente del móvil y más de lo que te rodea. 

Todo luce único y diferente a la media. Desde los propios iconos de las apps —una pena que haya alguna que otra que no se adapta a este patrón de color, pero siempre puedes tenerlas en la caja de apps— hasta los widgets que tienen diseño precioso. 

Además, han mejorado mucho la utilidad de estos últimos, que ahora incluso se pueden poner en la pantalla de bloqueo. Un par de ejemplos: el widget de Nothing X te permite activar o desactivar la cancelación de ruido de los Ear (2) o Ear (Stick) y el del tiempo tiene varias pestañas que muestran información diferente si subes o bajas el dedo.

Cierra el combo de experiencia de usuario NFC, 5G y un reconocimiento de huella dactilar integrado en pantalla que no me ha convencido mucho porque no detecta muy bien el dedo y necesita que lo pongas en una zona algo pequeña y de un modo determinado. 

La interfaz Glyph sube el nivel aunque, a pesar de muchas más funciones y características, creo que se podría explotar más. 

Otro de los puntos icónicos tanto del Phone (1) como de este Phone (2) es su interfaz Glyph, un conjunto de luces LED que te notifica de un montón de maneras diferentes, cualquier aviso que te llega al dispositivo. 

La intención de Nothing de usar menos el dispositivo también se refleja aquí, puesto que la idea es que dejes descansar el terminal mostrando la trasera en vez de la pantalla y que así sean las luces LED las que te indiquen si tienes alguna novedad.

¿Lo consigue? En gran medida consigue su objetivo, aunque todavía tiene campo para mejorar. 

Sí, es cierto que ahora puedes crear tonos personalizados para cada contacto de tu agenda, pero recordar el patrón de cada uno de tus contactos no es sencillo, por lo que acabarás dándole la vuelta para ver quién te llama. ¿Posible solución? Un sistema de luces LED de colores, por ejemplo. 

En otros escenarios su aplicación es mucho más útil. Por ejemplo, ahora muestra un indicativo visual cuando subes o bajas el volumen de los auriculares, te indica cuánto tiempo te queda de una cuenta atrás de manera muy visual e incluso te muestra en tiempo real cuánto tiempo le queda a tu pedido de Uber Eats.

Lo único que no me ha convencido del todo es que, para activar alguna de estas características, es necesario entrar en el menú Glyph. Por ejemplo, en el caso del temporizador, no vale con entrar en la app del reloj y ponerlo desde aquí, sino que tienes que activarlo desde la app concreta.

Al final logra ser muy útil en determinados escenarios, mientras que en otros se lo enseñarás a tus amigos para que vean lo que molan las luces LED, pero no volverás a usarlo.

Lo que está claro es que es un avance lógico frente al Phone (1), pero algo moderado. Ya es de por sí original, pero si esto explota en futuras generaciones, van por buen camino, puede ser un aspecto mucho más diferencial de lo que ya es. 

La batería da la talla y logra más de un día a pleno rendimiento, pero deja fuera algo esencial: no viene cargador en caja, por lo que tendrás que comprarlo por separado para disfrutar de su carga rápida de 45W.

En este aspecto, también ha habido evolución. Sube de los 4.500 mAh a los 4.700 mAh en capacidad y de 33W a 45W en cuestión de carga rápida. 

¿El resultado? Un dispositivo con una autonomía ejemplar que logra más de un día a pleno rendimiento. A estos números seguramente le ayude esa capa de personalización en blanco y negro, que consume menos recursos, por lo que un acierto en ambos sentidos. 

Lo que no es un acierto es deja fuera el adaptador de corriente, que te va a obligar a comprar uno de ese amperaje y que, en consecuencia, sitúa la compra por encima de los 700 euros.

No he podido probar, por tanto, la carga rápida del dispositivo, pero viendo la media, su carga del 0 al 100% se sitúa en torno a los 40 minutos. 

En este sentido podría haber dado algo más de sí, ya que hay dispositivos que, además de incluir cargador en caja, tienen una carga rápida superior que logra estos números en menos tiempo. 

La cámara es lo menos destacado del conjunto, aunque la evolución frente a su antecesor es enorme y su configuración, aunque corta viendo los rivales con los que se mide, deja estampas muy buenas. 

En cuanto a la cámara, mantiene la estructura dual de la anterior generación, pero sube, y mucho, las lentes que integra. 

Como siempre, lo primero es ver las características de la cámara del Nothing Phone (2):

• Principal: 50 megapíxeles con sensor Sony IMX890, f/1.88, OIS.
• Ultra gran angular: 50 megapíxeles con sensor Samsung JN1, f/2.2.
• Selfie: 32 megapíxeles con sensor Sony IMX615, f/2.45.

Entre las opciones de la aplicación también se esconde un modo macro y algunas características que, evidentemente, no se aprecian a simple vista. 

¿Cuales son? Un Procesador de Señal de Imagen (ISP) de 18 bits para mejorar el procesamiento de la captura de imágenes, función HDR y una tecnología basada en IA para garantizar un enfoque preciso de todos los detalles de una imagen en movimiento. 

A destacar, también, una grabación de vídeo que alcanza 4K y 60fps y una cámara frontal que consigue 1080p a 60fps.

Viendo estas características puede parecer que es algo corta en versatilidad y no te lo voy a negar, es así, pero lo cierto es que el trabajo que logra con lo que tiene en su interior es francamente bueno

La cámara, tanto en el gran angular como en la principal, logran muy buenos colores y eso que la foto la tomé con algo de contraluz para poner a prueba el equipo. Mira lo bien que se ve el cielo y se perciben los tonos verdes de las hojas de los árboles.

Con el aumento 2x, los resultados siguen siendo muy buenos y con el aumento digital 10x, la IA que procesa las imágenes es capaz de otorgar algo y no está mal.

En interiores, la cámara selfie logra buenos resultados con personajes con buena luz y color.

En exteriores también tiene un comportamiento muy bueno y gran capacidad para captar el foco del personaje incluso moviéndose.  

Con la cámara principal los resultados son fantásticos, sobre todo en el modo retrato, que logra un recorte nada exagerado, pero que imprime más presencia, color y contraste al personaje. 

Aquí tienes una pequeña galería para que veas de qué es capaz el Nothing Phone (2)

El Nothing Phone (2) es un serio candidato a dispositivo estrella del año: hace prácticamente todo bien y te va a conquistar si buscas algo diferente y único.

El Nothng Phone (2) es un dispositivo único, original y que para redondear, hace prácticamente todo bien. 

Tiene un diseño excepcional y un sistema operativo que te va a enamorar por completo. El resto de compañías del mercado deberían tomar nota, vamos. 

A esto suma una pantalla muy buena y un rendimiento que, aunque se caliente algo más de lo que debería, consigue que el dispositivo vuele en todo tipo de tareas.

Tiene sus defectos que lo alejan de la perfección, como una cámara que puede hacerse algo corta dependiendo del tipo de usuario que seas, la ausencia del cargador en caja, un reconocimiento de huellas algo tosco y una interfaz Glyph que, aunque tiene algunas cosas muy chulas, sigue teniendo mucho camino que recorrer.  

A pesar de todo esto, el Nothing Phone (2) es de mis dispositivos favoritos del año: es un móvil que enamora al mirarlo y te conquista por completo al usarlo.