2x1: esta nueva técnica aprovecha los residuos plásticos para capturar las emisiones de CO₂

Residuos plásticos

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En un laboratorio de la Universidad de Rice se cuece una nueva técnica capaz de poner su granito de arena en la lucha contra el todopoderoso plástico y a la vez, conseguir capturar CO₂ de la atmósfera para combatir el cambio climático. 

No es moco de pavo teniendo en cuenta que tanto las emisiones volcadas a la atmósfera como la cantidad de basura plástica no paran de batir catastróficos récords en los últimos años. 

El año pasado, los niveles de dióxido de carbono de la Tierra se dispararon a su punto más alto en 4 millones de años: en la actualidad son 40.000 millones de toneladas métricas la cantidad anual de CO₂ que sube a los cielos. 

El plástico supone otra de las grandes plagas causadas por la mano humana: en 2030 existirá una tonelada de plásticos por cada 3 toneladas de peces y en 2050, habrá más plástico que peces en términos de peso. La biodiversidad oceánica lo paga caro y los microplásticos ya están presentes en los polos, en nuestra sangre, en órganos como la placenta, así como en seres vivos de toda índole.

Convertir desechos plásticos en una manera de absorber CO₂

Partícula a escala micrométrica, capaz de secuestrar carbono de las corrientes de combustión.
Partícula a escala micrométrica, capaz de secuestrar carbono de las corrientes de combustión.

Tour Group/Rice University

El nuevo método, explicado en la revista ACS Nano de la American Chemical Society halla una nueva tecnología de captura de carbono gracias a la basura plástica. 

Los investigadores averiguaron que calentar desechos plásticos en presencia de acetato de potasio produjo partículas con poros a escala nanométrica capaces de atrapar moléculas de dióxido de carbono.

Estas diminutas partículas pueden servir para abordar ambos problemas, de extrema gravedad medioambiental en la actualidad. Para fabricar el material, el plástico desechado se convierte en polvo, se mezcla con acetato de potasio y se calienta a 600 °C durante 45 minutos para optimizar los poros, que miden unos 0,7 nanómetros de ancho. 

Así es cómo la contaminación afecta a tu cuerpo: los microplásticos alteran la microbiota intestinal, según este nuevo estudio

"Las fuentes puntuales de emisiones de CO₂, como las chimeneas de escape de las centrales eléctricas, pueden equiparse con este material derivado de desechos plásticos para eliminar enormes cantidades que normalmente llenarían la atmósfera", explica el químico de Rice James Tour, uno de los autores del estudio.  

Otros métodos como el reciclaje químico típico no funcionan bien para los desechos poliméricos con bajo contenido de carbono fijo, incluyendo al polipropileno y el polietileno de alta y baja densidad, que son los principales componentes de los desechos municipales. Sin embargo, al tratarse con acetato de potasio funcionan especialmente bien.

Además, se trata de un proceso económico, mucho más barato que el basado en aminas y cuyo precio asciende a entre 80 y 100 dólares por tonelada. El coste de la técnica para atrapar carbono de la Universidad de Rice baja hasta los 21 dólares (19 euros) por tonelada.

El sorbente puede reutilizarse: al calentarse a 75 grados centígrados libera dióxido de carbono atrapado en los poros, regenerando el 90% de puntos de unión del material. Así, los recipientes de cloruro de polivinilo podrían sustituir a los recipientes de metal, mucho más caros.

Al margen de reducir presupuestos, las partículas sorbentes son más duraderas que las aminas líquidas, permitiendo reducir el tiempo de inactividad debido a la corrosión y la formación de lodos. Como bonus track, el procedimiento también genera un subproducto de cera que sirve para reciclarse en detergentes o lubricantes.

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