Los científicos han descubierto que las olas de calor intenso persisten mucho más tiempo en las profundidades marinas

Ola de calor

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  • Las olas de calor podrían ser mucho más devastadoras para las profundidades marinas, según un nuevo estudio publicado en la revista Nature Climate Change.
  • El estudio analiza las repercusiones de los picos de temperatura en aguas más profundas. 

Si en tierra firme las olas de calor causan estragos y tienen efectos devastadores sobre los ecosistemas y seres que los habitan —el calor extremo mató a 60.000 personas en 2022 solamente en Europa—, en lo más hondo del océano, las consecuencias podrían ser todavía peores.

Es el reciente descubrimiento de un estudio publicado en la revista Nature Climate Change, centrado en las repercusiones de los picos de temperatura en aguas más profundas. Saber las consecuencias es esencial de cara al futuro tórrido que viene: el calentamiento global multiplicará la duración, frecuencia e intensidad de este peligroso fenómeno.

Las olas de calor marinas pueden durar más y ser más intensas en aguas más profundas, lo que podría poner en peligro a especies sensibles, ya que el cambio climático hace que estos episodios de temperaturas anormalmente altas sean más frecuentes.

Desde los albores de la era industrial, los océanos han absorbido el 90% del exceso de calor producido por la contaminación de carbono derivada de la actividad humana.

"Es el primer intento de estudiar las olas de calor marinas por debajo de la superficie", explica a la agencia France-Press, Eliza Fragkopoulou del Centro de Ciencias Marinas de la Universidad portuguesa de Algarve, principal autora del estudio.

Las especies más afectadas: quienes no pueden escapar de las aguas cálidas

Las olas de calor marino son especialmente graves para aquellas especies que no pueden desplazarse y migrar a aguas más frescas, como los corales de la Gran Barrera de Coral y los bosques de algas del sur de Australia y el noreste del Pacífico.

Utilizando observaciones in situ y modelización, los investigadores examinaron las olas de calor marinas globales de 1993 a 2019, incluyendo datos de hasta 2.000 metros por debajo de la superficie.

Descubrieron que la intensidad era más alta entre 50 y 200 metros por debajo de la superficie, ocasionalmente hasta un 19% más fuerte que la ola de calor en la superficie, recoge Science Alert. Además, su duración es notablemente más alta: el calentamiento persistió hasta dos años después de que las temperaturas volvieran a la normalidad en la superficie.

Existe una medida indirecta de estrés térmico conocida como intensidad acumulada, que los científicos compararon con la distribución de la biodiversidad al borde de sus límites máximos de calor para ver las zonas donde las criaturas marinas son potencialmente más vulnerables a los cambios.

Estas condiciones de estrés elevado se solapaban hasta en el 22% de los océanos del mundo, según descubrieron. La variabilidad regional de los picos de calor marinos hace que medir la exposición de la biodiversidad sea complejo, ya que la duración varía según las diferentes condiciones oceánicas.

Las zonas más expuestas de los oceános

El estudio estima que el impacto sobre la biodiversidad es probablemente mayor desde la superficie hasta una profundidad de 250 metros. La mayor parte de zonas clasificadas de alta exposición están en el Atlántico Norte y el Índico, a profundidades de entre 1.000 y 2.000 metros.

La autora recalca la importancia de una mayor vigilancia del océano global para desentrañar las repercusiones en las criaturas marinas, el turismo o la pesca. Ya hay estudios, como uno publicado el mes pasado, que destacan que algunos peces oceánicos pueden soportar las altas temperaturas mejor que otras especies.

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