Para qué sirve un debate electoral y por qué una remontada es más improbable tras el golpe de efecto de Feijóo en Atresmedia

Alberto Núñez Feijóo, en un acto de campaña del 23J.
Alberto Núñez Feijóo, en un acto de campaña del 23J.

PP

  • Los debates son cruciales para pescar en el caladero de indecisos, pero no todos tienen el mismo peso en la campaña.
  • Tras el cara a cara de Atresmedia del pasado lunes, 7 fuerzas medirán este jueves sus programas en RTVE, y presumiblemente tendrán todavía menos audiencia.

El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) publicó hace unos días el avance de resultados de su barómetro preelectoral de cara a los comicios del 23J. Presentó una muestra histórica, con más de 29.000 encuestados, de los cuales solo el 63,1% reconoció haber decidido el voto "mucho antes" de que comenzara la campaña, que llega a su fin el viernes de la semana que viene.

El 22,8% de los encuestados reconoció que decidiría el sentido de su voto durante esta campaña, mientras que el 6,4% manifestó que toma esa decisión en la víspera de las elecciones —por ejemplo, en la jornada de reflexión— y otro 5,9% el mismo día en el que abren los colegios.

Las cifras arrojan que un importante caladero de votantes todavía no tiene decidido nada en firme y la campaña puede ser clave para convencerlos. Eso sí, entre esos votantes la indecisión radica, esta vez, entre las opciones de un mismo bloque. Los mayores indecisos están entre quienes se debaten si votar al PSOE o a Sumar (un 36,4%) o entre PP y Vox (un 16,5%).

Por eso, aunque toda campaña tiene su importancia y utilidad, es importante relativizar los puntos de inflexión que en estas carreras se puedan ver. Poco más de un 30% de los votantes decidirán su papeleta estos días, pero la indecisión apenas es remarcable entre los indecisos entre PSOE y PP (10,7%), PSOE y Vox (0,6%) o Vox y Sumar (0,4%).

Esto no quiere decir que las campañas electorales no puedan revertir las predicciones que las grandes firmas demoscópicas vienen apuntando desde hace semanas. Si las campañas existen son, precisamente, por el potencial que tienen todos los candidatos de tratar de obrar milagros y mejorar sus cifras de representación.

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El problema es cuando esas oportunidades no se aprovechan. Es lo que, aparentemente, firmas demoscópicas como la GAD3 de Narciso Michavila han recogido últimamente en su tracking diario que publica el Abc: el PSOE sumaría 109 escaños y se desploma por debajo del 28% en intención de voto, el porcentaje con el que arrancó la empresa la propia serie hace semanas.

¿La causa? Aunque la política no es una ciencia exacta, muchos analistas lo tienen claro: la incapacidad de Pedro Sánchez de neutralizar al candidato popular, Alberto Núñez Feijóo, en el plató de Atresmedia, donde el pasado lunes se celebró el primer cara a cara entre ambos —y previsiblemente el último en lo que va de campaña—.

Parece que el último porque este mismo jueves se celebra el primero de los debates en la televisión pública. RTVE acogerá el formato a 7 en el que debatirán los primeros espadas de los partidos, pero no sus líderes, en el caso de los mayoritarios PP, PSOE, Vox y Sumar.

Este encuentro será a las 22:00 horas de la noche de este jueves y en él intervendrán Patxi López por el PSOE, Cuca Gamarra por el PP, Iván Espinosa de los Monteros por Vox, Aina Vidal por Sumar, Gabriel Rufián por ERC, Aitor Esteban por el PNV y Oskar Matute por EH Bildu.

La semana que viene se celebrará también en RTVE el tercer y último debate electoral de la campaña. La idea era que fuese un debate a 4 entre las candidaturas con más opciones de formar Gobierno tras el 23J: PSOE, PP, Vox y Sumar. Sin embargo, Alberto Núñez Feijóo declinó esa invitación y todavía se desconoce quién le sustituirá, si es que habrá sustituto.

Había un cuarto debate programado a 4 por la Cadena Ser y el diario El País que finalmente tuvo que ser desconvocado, después de que el propio Feijóo declinase también esa invitación y finalmente el candidato de Vox, Santiago Abascal, renunciase a acudir tras haber dado un sí inicial alegando motivos de agenda.

Para qué sirve un debate en campaña electoral

Lo esperable de un debate electoral es que ayude a los votantes a resolver su indecisión escuchando propuestas y comparando programas. Para eso, el formato de un debate es el ideal. Sin embargo, lo que sucedió el lunes pasado en el plató de Atresmedia enfrió los ánimos. No solo en el PSOE, donde algunos medios aseguran que existe una sensación de moral baja.

Tampoco en el PP, de donde se afirma, por el contrario, que la sensación es de euforia —hasta el punto de que el propio Núñez Feijóo se ha visto obligado a llamar a la calma a su equipo más cercano—.

Los ánimos se enfriaron entre los espectadores. Uno de ellos fue Manuel Campo Vidal, quien además moderó los 4 anteriores debates cara a cara de la historia de la democracia —entre Felipe González y José María Aznar, entre José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, entre el propio Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba, y entre también Rajoy y el hoy presidente Pedro Sánchez—.

En una entrevista telefónica con este medio, Campo Vidal reconocía pocas horas después de que terminara el debate del lunes que esperó escuchar propuestas y no lo hizo. Aunque tampoco le gustó la contundencia con la que se dictaron ganadores al término del encuentro.

"No son debates, son mítines": los políticos han convertido los debates electorales en algo muy diferente a lo que deberían ser

"A veces en un debate se puede ganar incentivando la participación. Y no estoy seguro de que este favoreciera la participación", lamentó. "Un debate también sirve para crecer un liderazgo o para marchitar un liderazgo. Para activar una campaña o para desactivarla", continúa. "En realidad no hay un único resultado: todo es muy heterogéneo".

También lo explicaba así antes del debate el director del gabinete de incidencia pública beBartlet, Ramón Mateo: en esta campaña "las transferencias" —entre bloques— "están reducidas" dado "el escenario de polarización", por lo que el debate no serviría "para rascar mucho voto del contrario". Serviría para movilizar, "que es lo que decantará la balanza de la gobernabilidad".

Y el principal problema, como también aducía Campo Vidal, es que es improbable que, por los términos en los que se desarrolló ese debate, se movilice mucho.

El debate a 7 es una nueva oportunidad, pero no va a ser determinante

Dado el primer gran debate de la campaña, los socialistas tienen una segunda oportunidad esta noche para remontar las encuestas como venían haciendo en las últimas semanas. El problema es que si el primero ya fue un jarro de agua fría para su electorado, es plausible que les cueste llegar esta noche.

Barlovento Comunicación indicó el martes que el debate entre Sánchez y Feijóo de Atresmedia fue seguido por una media de 5,9 millones de personas, alcanzando un 46,5% de cuota de pantalla. A pesar de que son unas cifras abultadas, el debate de 2015 entre Rajoy y Sánchez alcanzó una audiencia media de 9,7 millones de espectadores.

Es sencillo deducir qué factores han podido determinar que el debate del lunes pasado haya sido uno de los menos vistos de la historia. Es verano. Sin embargo, eso también es un desafío todavía mayor para el debate a 7 que RTVE emite esta noche, ya que tradicionalmente estos debates en los que no van los cabezas de lista aspirantes a presidir un país son todavía menos vistos.

El debate a 7 de RTVE para las elecciones de noviembre de 2019 congregó, por ejemplo, una audiencia media de 2,4 millones de personas. En aquella ocasión Adriana Lastra fue por el PSOE, Cayetana Álvarez de Toledo por el PP, Irene Montero por Unidas Podemos y EH Bildu no fue invitada: en su lugar se reservó un atril para Inés Arrimadas, de Ciudadanos.

Todas las miradas se irán al debate a 4 de la semana que viene. Con todo, como explica Xavier Pastor, experto en comunicación política y profesor de la Universitat Oberta de Catalunya, los indecisos votan personas por encima de siglas. Ahí los debates cobran especial relevancia. Pero hoy por hoy, los debates no son debates.

"Son como un combate de boxeo. Son un espectáculo, es entretenimiento".

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