El racionamiento energético está a las puertas de Europa, debido a que Rusia podría cortar el suministro de gas por la guerra en Ucrania

Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.

Reuters

La guerra en Ucrania y las sanciones continuas impuestas a Rusia por parte del bloque occidental están teniendo consecuencias nefastas para ambas partes, sobre todo, en el ámbito de la energía.

En este sentido, Rusia es el tercer país que más petróleo produce y la Unión Europea recibe, al menos por ahora, aproximadamente 3,1 millones de barriles al día, lo que cubre alrededor del 30% de sus necesidades.

Aunque el porcentaje se amplía si se echa un vistazo al gas natural importado desde Rusia, ya que la UE compra hasta el 40% del total, con otros países implicado como Noruega o Argelia.

Pero la peor situación se la lleva Alemania, ya que obtiene hasta el 70% de gas natural de Rusia, con un contexto muy difícil para encontrar alternativas disponibles.

Todo este contexto ha llevado a pensar a Bruselas que la región se podría enfrentar a una crisis energética sin precedentes. En comparación con el desastre nuclear de Fukushima, que obligó a Japón a recortar la demanda energética en un 30%.

La relación comercial entre Rusia y Alemania, clave para evitar un shock financiero

Así lo han confirmado fuentes comunitarias a El País que creen que, si se produce una caída abrupta del suministro de energía desde Rusia, no serán suficientes las fuentes alternativas o el pago más caro de los productos, sino que habrá que racionar.

"En caso de un embargo o una fuerte reducción de las importaciones de gas ruso, el ahorro de energía será crucial para evitar la posibilidad de un racionamiento", ha incidido Karen Pittel, directora de la división energética del IFO (Instituto de Estudios Alemán).

En este sentido, la Unión Europea ha de prepararse para uno de los peores escenarios, con el que ya amenazó Rusia a finales de mazro: cortar el grifo del gas. Aunque en aquel entonces fue por negarse a pagar en rublos.

Sin embargo, la UE no es la única daminificada, sino que Rusia está ya notando las consecuencias sobre el sector energético provocadas por las sanciones que llegan desde occidente.

En 2021, las ventas de gas y petróleo supusieron un 45% del presupuesto de Rusia, aunque diversos economistas ya avisaron de una importante recesión en el país por el desempleo y la inflación.

De esta forma, Putin busca reorientar la venta de gas hacia el mercado asiático, en lugar de Europa, mientras que la UE ya busca otros proveedores. 

Pero, de no llegar esto temprano –y podría llevar años–, la UE se podría enfrentar al temido racionamiento energético, algo que ya comienza a cobrar fuera en el pensamiento de los mandatarios europeos, tras una crisis sanitaria y económica.

Y las consecuencias para la eurozona serían devastadoras, aunque también para Rusia.

"Incluso con una reducción de la demanda, no se puede excluir que haya racionamiento", ha agregado Pittel. "De modo que los países de la UE necesitan prepararse mejor y lo antes posible para esta opción".

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