Los programas de meditación y yoga en las empresas no funcionan, según un nuevo estudio de la Universidad de Oxford

La tendencia del team building es conocida por todos. Programas y juegos fuera del horario laboral para mejorar la relación entre los miembros de la empresa y construir relaciones que luego revertirán en una dinámica de trabajo más fluida y amistosa. La lógica es parecida que la nueva tendencia wellness que se ha instalado en algunas empresas modernas: sesiones de meditación o de yoga para ayudar a los empleados a lidiar con el estrés vital que les persigue hasta el trabajo. 

Los estudios que analizan este tipo de prácticas está empezando a ser unánimes en sus resultados: meditar y hacer yoga en el trabajo, además del dinero que cuesta, no tienen casi ningún impacto en el bienestar de los empleados, y hasta en algunos casos pueden ser perjudiciales, según un estudio publicado por la Universidad de Oxford y compartido recientemente por The Guardian. 

El trabajo realizado por los investigadores ha analizado el impacto en los trabajadores (46.336 en 233 organizaciones diferentes) de una serie de intervenciones para la mejora de la salud mental del trabajador, desde clases para manejar el estrés a sesiones de meditación y la suscripción a aplicaciones de este tipo. El resultado fue descorazonador (o no, depende de cómo se mire): estas prácticas no tenían estadísticamente casi ningún impacto en el bienestar de los trabajadores. 

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Tampoco les ayudaron a estar más contentos con su trabajo ni a hacerles sentirse más conectados a la empresa ni ayudaron a mejorar la relación que tenían con ella. En algunos casos, estas sesiones fueron perjudiciales: provocaban un impacto negativo en la salud mental percibida por estos empleados en el trabajo. 

Las empresas gastaron 61.200 millones de dólares (unos 56.000 millones de euros) en este tipo de prácticas de meditación, yoga y clases para aprender a paliar el estrés. Los expertos han determinado que la manera de mejorar la salud mental de los trabajadores es reducir el estrés que les genera el propio trabajo con la mejora de las tareas o la reducción de la carga de trabajo, en vez de tratando de darles lecciones sobre como lidiar con él. 

La evidencia se acumula 

Otro estudio realizado a más de 33.000 empleados en Estados Unidos que trabajaban en una gran empresa de almacenamiento descubrió efectos igualmente mediocres después de realizar sus sesiones para el bienestar. Para el estudio, unos trabajadores recibieron estas sesiones y otros no. 

Al final del ensayo evaluaron la salud mental de ambos, pero casi no había diferencia. Los trabajadores que acudieron al ensayo decían con un 8,3% más de frecuencia que hacían ejercicio regularmente y con un 13,6% en cuanto a estar intentando bajar de peso. 

Sin embargo, 18 meses después de haber realizado las sesiones de bienestar, estas diferencias desaparecieron. Con el tiempo, el estrés del trabajo y cosas como la autonomía en la realización de tareas tuvieron más peso que aquella sesión de meditación, haciendo que el estrés y las preocupaciones del trabajador por su salud física volvieran a niveles normales.