El CEO de Airbnb avanza un plan para renovar la plataforma en pleno auge de la regulación: más experiencias y alquileres de larga estancia

Airbnb sigue reinventándose y ahora quiere ir "un poco más allá de su negocio principal".

Así se lo ha declarado a Financial Times Brian Chesky, consejero delegado de la plataforma de viajes, que ha anunciado que a partir del próximo año incluirá una expansión de sus experiencias y servicios. En la entrevista, Chesky también señala que el próximo mes la compañía hará la "mayor actualización hasta la fecha".

Aunque el mundo de los viajes sea infinito, a Chesky parece habérsele quedado corto y ahora busca ir más allá para formar parte de la vida diaria de los usuarios y no solo llamar a su puerta un par de veces al año.

Con ello, Airbnb planea ofrecer alquileres de hasta un año, un negocio en el que ha ido poco a poco adentrándose desde la llegada de la pandemia cuando comenzó a impulsar las estancias de larga duración gracias a las ventajas del teletrabajo.

Los planes de Chesky incluyen la ampliación de su oferta de alojamiento, así como "cosas que hacer durante el viaje" lo que podría pasar por el alquiler de coches.

Cambios en mitad de las presiones políticas

Con el paso de los años, la proliferación de viviendas de uso turístico ha impactado en el mercado inmobiliario y la convivencia en los vecindarios.

Para frenar el avance de compañías de alquiler a corto plazo como Airbnb, muchas grandes ciudades han sacado adelante medidas regulatorias y fiscales.

La renovación del modelo de negocio de Airbnb llega tras la reciente aprobación en Nueva York de una ley contra el alquiler a corto plazo que obliga a los anfitriones de Airbnb a registrarse en la ciudad y a estar presentes en la vivienda durante las estancias de corta duración de sus huéspedes.

Por qué ir de turismo a Nueva York va a ser mucho más difícil a partir de ahora

Pese a que Nueva York sea uno de los de los mayores mercados mundiales de la plataforma, Chesky no considera que esto sea "un precedente", según ha asegurado a Financial Times. 

Aunque la empresa registró su primer año rentable en 2022, los temores a un airbnbust han acosado a la empresa desde el año pasado, con anfitriones quejándose de una ralentización de las reservas, una dura competencia por los huéspedes y un descenso de los ingresos.

Con el fin de poder seguir siendo competitivos frente a los hoteles, Chesky cree que los anfitriones de su plataforma deberían bajar los precios.