El Samsung Galaxy S23 Ultra es una firme apuesta a mejor móvil del año: su cámara hace maravillas y su diseño y potencia dan un paso adelante

No han pasado ni 2 meses de 2023, y lo cierto es que ya tenemos varios candidatos al mejor móvil del año, como el OnePlus 11, pero seguramente ninguno hasta ahora presenta unas credenciales tan sólidas como el Galaxy S23 Ultra, el modelo más premium de la última familia de buques insignia de Samsung.

Heredero del que ya fue uno de los mejores terminales del año pasado, Galaxy S22 Ultra, el nuevo móvil de gama super alta de Samsung es una apuesta que combina elementos comunes con el modelo del año pasado, en especial el lápiz óptico S Pen, que el convierte en el sucesor espiritual de la desaparecida serie Galaxy Note.

A esto se suman también otras novedades importantes en el apartado del diseño y el rendimiento interno que Samsung quiere convertirse en reclamos para mantener su posición de liderato en el mercado internacional de smartphones, donde fue número 1 en 2022, con el 22% de cuota, según Canalys.

Uno de los mercados en los que Samsung espera mejorar sus resultados es España, donde es la segunda marca por detrás de Xiaomi. No obstante, con más de 4,1 millones de móviles vendidos, es una de las marcas que más crece, con un aumento del 21% interanual el año pasado que revierte la tendencia general del sector.

He podido probar el Samsung Galaxy S23 Ultra durante más de una semana y te cuento mi opinión sobre el que promete ser el mejor móvil del año de Samsung y uno de los mejores del mercado en general.

Samsung Galaxy S23 Ultra es muy, muy grande: no es un peso pluma ni mucho menos pero creo que mejora en diseño por un motivo.

El Galaxy S23 Ultra es un móvil bastante único en cuanto a diseño, ya que apuesta por una forma robusta con bordes rectos, que hace que parezca incluso más grande de lo que es de por sí: 163,4 x 78,1 x 8,9 milímetros, por lo que quizá no te quepa en ese bolsillo o bolso estrecho que tienes.

Tampoco es exactamente un móvil ligero, con sus 234 gramos, 5 más que el modelo del año pasado. Se siente un móvil extremadamente robusto en mano, gracias a sus bordes de aluminio y a sus materiales, que se notan de calidad, con el cuerpo de una sola pieza.

Pero sobre todo, si hay algo que Samsung ha cambiado en el diseño exterior es una cosa en la que han escuchado a los usuarios, que protestaban por su pantalla demasiado curva el año pasado.

Samsung Galaxy S23 Ultra sigue teniendo una ligera curva en el lateral de la pantalla, pero es mucho menos pronunciada que en su predecesor y que en otros smartphones del gama alta del año pasado. 

Esta decisión evita pulsaciones accidentales y me parece un gran acierto que ojalá se extienda al resto de smartphones, aunque al mismo tiempo hace al terminal un poco más pesado. A mí, personalmente, me compensa.

Larga vida al S-Pen: el accesorio favorito de Samsung sigue brillando y hace único a este móvil.

Al igual que ya hizo el año pasado, el Galaxy S23 Ultra mantiene el lápiz óptico S-Pen, oculto en la parte inferior a través de una ranura. Debo admitir que me encanta que, después del experimento del año pasado, el S-Pen haya vuelto de nuevo al modelo más premium de Samsung.

El S-Pen es un elemento que apela a la nostalgia de la tecnología y que al mismo tiempo convence a los usuarios que lo prueban gracias a que es sencillo, intuitivo, y que la mayor parte del tiempo no te estorba. Cualquier usuario de los viejos Galaxy Note te dirá lo mismo.

Me ha gustado poder volver a manejar el móvil a través del lápiz, gracias a la presencia de comandos inalámbricos que van desde utilizarlo como disparador para hacer selfis hasta controlar presentaciones. Y que como siempre pueden personalizarse.

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Y por supuesto, es un lápiz: escribir con él me parece toda una delicia, con una latencia de pocos milisegundos que ni siquiera llegas a notar, y con una experiencia mejor cuando escribes en los bordes curvos, donde antes la punta resbalaba demasiado.

Como punto a mejorar, me habría gustado que la app Samsung Notes viniera preinstalada, porque aunque no aparece de serie creo que es el software ideal para sacarle el máximo partido al S-Pen.

La pantalla brilla con luz propia, y esta vez los bordes curvos no enturbian la experiencia.

El Galaxy S23 Ultra quiere que veas su pantalla como su gran protagonista y uno de sus mayores atractivos, y en mi opinión este año vuelve a conseguirlo, dejando en buena posición a Samsung Display, su unidad especializada en pantallas, que también es proveedora de otras marcas.

Su panel AMOLED de 6,8 pulgadas no solo es el más grande de la serie y con mayor resolución (3.088 x 1.440 píxeles), sino que avanza con respecto al año pasado en el brillo, con 1.750 nits, que hacen que sea una de las pantallas que mejor se ven bajo la luz del sol.

Samsung se guarda algunas características que hacen que Galaxy S23 Ultra esté un pasito por delante de sus hermanos de familia: es el único modelo con frecuencia de actualización adaptable de 1 a 120 hercios, lo que produce una de las imágenes más fluidas del mercado.

Es un panel en el que los colores llaman mucho la atención si tienes activado el modo HDR, pero creo que en esta ocasión Samsung ha hecho un buen trabajo y ha logrado que la saturación de los colores se le vaya menos de las manos de lo habitual.

Aunque si hay algo que de verdad me hace decir que S23 Ultra tiene la mejor pantalla creada hasta el momento por Samsung es de nuevo que sus bordes son más reducidos y que logran acabar con las aberraciones en las formas y los colores, al mismo tiempo que logra que la imagen siga llamando más la atención que en un panel plano.

La potencia interna al fin no deja a los europeos atrás: usa el procesador Snapdragon 8 Gen 2 en vez de Exynos.

Hasta ahora, Samsung hacía una cosa realmente difícil de explicar en sus buques insignia: no eran iguales en todas las partes del mundo en el procesador, el que seguramente sea su componente más importante.

Por un lado, Corea y Estados Unidos tenían versiones con procesadores Snapdragon de Qualcomm. Por otro, los europeos recibíamos modelos con los chips Exynos, la marca propia de Samsung. Y siempre, invariablemente, la versión con Qualcomm ganaba a la de Exynos en los benchmarks.

Galaxy S23 Ultra, al igual que sus hermanos de familia, marca la primera generación en la que esta disonancia se termina, y debo reconocer que me alegra mucho tener la tranquilidad de que, esta vez sí, el candidato a mejor móvil de Samsung sí tiene el mejor chip disponible en el mercado.

El Snapdragon 8 Gen 2 permite que el Galaxy S23 Ultra funcione a la velocidad del rayo: las aplicaciones se abren en un instante y la cámara responde a una velocidad increíblemente rápida. La experiencia resultante es la más fluida que recuerdo haber tenido nunca en un móvil de Samsung.

Tampoco decepciona en cuanto al resto de apartados de rendimiento interno, con hasta 12 GB de memoria RAM y hasta 1 TB de almacenamiento interno, por lo que es un miembro de pleno derecho de la gama más premium en cuanto a hardware. 

Sirve perfectamente como móvil gaming gracias a su fluidez y buena refrigeración, todo ello redondeado por un sonido potente y claro.

El Samsung Galaxy S23 no es uno de esos móviles diseñados específicamente para jugar a videojuegos, pero lo cierto es que creo que la gran mayoría de usuarios no notarán la diferencia porque el rendimiento es realmente bueno.

Primero, porque su pantalla tiene una gran calidad y un movimiento realmente fluido por su tasa de refresco adaptativa de 120 hercios, lo que puede hacerte ganar ese milisegundo extra para ganar partidas en videojuegos battle royale, algo que he vivido en primera persona con Pokémon Unite.

Segundo, porque su procesador Snapdragon 8 Gen 2 no solo contribuye a esta gran potencia, sino que además garantiza un sistema de disipación del calor realmente competente, en el que puedes jugar partidas largas sin notar calentamiento. Seguramente el hecho de que Samsung haya aumentado la frecuencia de reloj de CPU y GPU tiene mucho que ver.

Tercero, porque a la experiencia de juego contribuye un gran sistema de sonido. Samsung proporciona un sonido inmersivo con calidad Dolby Atmos que me ha gustado porque mantiene una muy buena claridad en los niveles máximos, sin ápice de distorsión.

La batería es el apartado más estancado de Samsung: no te gustará que cargue más lento que el resto de la gama alta y que no incluya cargador.

Y llegamos a la batería, uno de los aspectos en los que Samsung está más atrasada en los últimos años, y en el que lamentablemente Galaxy S23 Ultra tampoco es la excepción.

Con 5.000 mAh, su capacidad de batería es buena pero no destacable para un terminal de sus dimensiones tan grandes. Si tuviera que destacar algo positivo, diría que la autonomía se percibe como algo mejor gracias al trabajo conjunto del chip de Qualcomm y de la optimización de la interfaz One UI.

Pero lo que de verdad decepciona es la carga, ya que la carga rápida no ha mejorado con respecto al año pasado y sigue estancada en los 45 vatios por cable y 15 vatios de forma inalámbrica.

Una sorpresa desagradable que se puede llevar algún usuario despistado es que, al igual que sucede desde hace años, Galaxy S23 Ultra se vende sin el adaptador de corriente del cargador a pesar de que su versión base parte de los 1.400 euros. 

Hay que reconocer el esfuerzo de Samsung por la sostenibilidad y que es algo importante, pero al mismo tiempo te informo: yo, que tengo la casa llena de cargadores, no he podido cargarlo a más de 30 vatios, así que es posible que tengas que comprar un adaptador si no quieres que tarde mucho más de una hora en cargarse.

One UI es más liviano y útil que nunca y su lector de huella dactilar no decepciona.

En cuanto al resto de especificaciones, Galaxy S23 Ultra destaca por su interfaz de sistema operativo One UI, basada en Android 13, que brilla con luz propia gracias a un diseño especialmente liviano y un Android más puro que de costumbre.

Aunque los iconos y el sistema siguen teniendo el diseño que siempre ha caracterizado a Samsung, cada vez me resulta más sencillo acceder a controles que pueden ser importantes para el usuario como el de control y de salida multimedia, en el menú deslizable, para que ajustes bien a qué otros productos estás conectado o qué música reproduces.

Por lo demás, el móvil viene más descargado de apps que nunca, con la excepción del Game Launcher para los amantes de los videojuegos y OneDrive para sincronizar archivos con Microsoft. Aunque me gusta, sigo sin comprender la ausencia de la app de Notas de Samsung.

Otro aspecto en el que he reparado es el sensor de huella dactilar bajo la pantalla, algo en lo que creo que Galaxy S23 Ultra ha dado un salto hacia adelante porque requiere menos toques para configurarlo y al mismo tiempo el área de desbloqueo es algo más grande que la de otros smartphones actuales, lo que hace más fácil encontrarla al primer intento.

Una cámara que quiere ser la mejor del año: su zoom te dejará boquiabierto y te volverás adicto a sus retratos.

Y llegamos a una de las joyas de la corona: la cámara.

El módulo de cámara vuelve a estar integrado en la parte trasera como el año pasado, sin un módulo independiente. Y como su predecesor, las lentes sobresalen bastante y harán que el móvil cojee cuando lo dejes en la mesa.

Hacer fotos con el Galaxy S23 Ultra me ha parecido una delicia, pero deja que te dé toda la información sobre su hardware de cámara antes de mostrarte los resultados que he tenido:

1. Cámara trasera principal de 200 megapíxeles (f/1.7) con estabilización óptica: para fotos conn la mayor resolución del mercado.
2. Lente ultra gran angular de 12 megapíxeles (f/2.2) con 120 grados de rango de visión: para paisajes y planos amplios.
3. Teleobjetivo de 10 megapíxeles (f2.4) con 3 aumentos: para los mejores retratos.
4. Periscopio de 10 megapíxeles (f/4.9) con 10 aumentos: para un zoom de hasta 100 aumentos en digital.

• Cámara delantera de 12 megapíxeles (f/2.2): para los selfis.

A continuación te cuento uno por uno cómo ha funcionado el Galaxy S23 Ultra en cada modo de cámara:

Un sensor principal que llena la imagen de color y que mejora mucho en el tratamiento del cielo. Olvídate de la saturación excesiva típica de Samsung: di hola a los cielos del color que tienen de verdad.

Un gran angular con muy buena luz también, pero que sí peca de ser muy Samsung: fíjate en cómo los colores se vuelven más saturados en el cielo y la hierba.

El modo retrato de Galaxy S23 es un espectáculo estético: el desenfoque. delfondo es de lo más natural que he visto y la figura destaca sobre el paisaje a la perfección...

... aunque donde de verdad sobresale el modo retrato es cuando activas el zoom x3 y entra en juego el teleobjetivo: es prácticamente imposible no salir bien y el desenfoque es casi de cámara réflex, aunque el recorte del pelo no sea preciso al 100%.

El retrato con la cámara delantera conserva las principales virtudes: buen desenfoque y recorte bastante preciso para que destaques sobre el fondo si eres amante de las autofotos.

El mejor zoom que puedes encontrar (fuera de Huawei): su periscopio garantiza que llegues a 10x sin perder resolución y puedes llegar a los 100x en digital si los usas con trípode. Al máximo mete demasiado ruido, pero hasta 50x los resultados son bastante buenos.

No tiene un sensor macro dedicado ni un modo específico, pero mira qué bien capta los detalles cercanos: bien en enfoque y en color, con el fondo difuminado aunque no tan natural como en los retratos.

Los más foodies amarán el modo comida: los colores cálidos y el enfoque difuminado hacen que todo parezca delicioso.

Consigue fotos ligeramente más iluminadas con el modo noche: la diferencia no es muy grande pero el resultado es luminoso, con toda la imagen definida y sin aberraciones en el cielo.

El vídeo es uno de los puntos fuerte del S23 Ultra: fíjate en la buena estabilización de este vídeo grabado en un barco mecido por las olas...

... o en este timelapse nocturno tan bien iluminado que podría colarse en cualquier cuenta de Instagram y que te puede hacer sentirte influencer siempre que quieras.

Mira otro ejemplo de cómo graba: este vídeo no solo es bonito e iluminado (pese a ser de un atardecer) sino que está en 8K, la resolución más alta de un teléfono.

Aquí tienes una galería para que veas de lo que es capaz la cámara del Samsung Galaxy S23 Ultra en acción:

Galaxy S23 Ultra te convencerá si buscas el mejor móvil del año: su cámara es sobresaliente, su potencia ahora también y son pocas las cosas mejorables.

Con dispositivos como el Galaxy S23 Ultra tenemos que ser más exigentes de lo normal, tanto por el hecho de que la propia compañía defienda que es el mejor móvil del mercado como por su rango de precio, que parte de los 1.400 euros. E incluso con esta alta exigencia, lo cierto es que sale airoso en la mayoría de campos.

Sin duda entre el sobresaliente y la matrícula de honor está su cámara trasera, que mantiene el buen trabajo hecho con su predecesor para lograr destacar en prácticamente todos los modos de imagen, como el zoom y el retrato en especial, aunque no me haya llegado a conquistar del todo con su modo noche.

Por encima del notable se encuentra también su potencia interna, que hace que su funcionamiento sea más fluido que nunca gracias al trabajo hecho por Samsung junto a Qualcomm y que, más que nunca, sea un móvil que no te deje atrás si eres jugador intensivo de videojuegos.

Aunque creo que hay aspectos en los que Samsung aún debe mejorar como en la carga rápida, hay muy pocas cosas en los que Galaxy S23 Ultra no se convierta en uno de los claros referentes de 2023 en cuanto a smartphones, capaz de poner las cosas muy difíciles al resto de marcas de Android. 

Si el precio no es un problema para ti y quieres tener un móvil Android de gama muy alta, es muy probable que Galaxy S23 Ultra vaya a ser el móvil de tus sueños.