"Hay que aclarar en qué condiciones se puede generar valor de los datos que produzcan los dispositivos conectados": así será el Reglamento del Dato, según su ponente en la Eurocámara

Pilar del Castillo, eurodiputada y exministra del Gobierno de España.
Pilar del Castillo, eurodiputada y exministra del Gobierno de España.

PPE

Al comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, le preocupa una cosa. Europa llegó tarde a la oleada de los datos personales. El Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) se aprobó en 2016 y no entró en vigor hasta 2018. Para entonces, las grandes plataformas digitales que basan su modelo de negocio en torno a tus hábitos y tus datos ya eran una realidad incontestable.

Tan incontestable que Bruselas propuso a finales de 2020 dos nuevos reglamentos, la Ley de Servicios Digitales y la Ley de Mercados Digitales. El Parlamento Europeo y el Consejo de la UE alcanzaron hace escasas semanas un consenso sobre sus textos definitivos, que ahora tendrán que ser aprobados, y que buscan poner coto al sector de las tecnológicas y las grandes plataformas.

Pero consciente de que ese tsunami de datos personales ya fue una oportunidad perdida, lo que el comisario Breton quiere evitar a todas luces es que la nueva oleada de los datos industriales también sea un tren al que Bruselas no se suba. Lo dijo él mismo, con esas palabras, hace meses.

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Por eso, la Comisión Europea ha propuesto nuevos textos, como es el Reglamento de Gobernanza de Datos, o el Reglamento de Datos. La propuesta de este último se conoció en febrero de este mismo año, y el proceso legislativo acaba de arrancar. Es probable que pasen meses hasta que el Parlamento y el Consejo fijen sus posturas al respecto.

Una vez lo logren, comenzarán la fase de trílogos, las reuniones entre instituciones europeas en las que Consejo, Parlamento y Comisión tendrán que ponerse de acuerdo sobre el texto definitivo. Pero, ¿qué es el Reglamento del Dato y qué le diferencia de otra norma como es el Reglamento General de Protección de Datos?

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La principal diferencia es el foco. Los datos son el petróleo de la economía digital. Con el auge de los dispositivos conectados (el IoT o internet de las cosas), la cantidad de datos que se generen, tanto personales como no personales, seguirá creciendo de forma exponencial. Y en su propuesta, la Comisión advierte que una gran cantidad de esos datos acaban o no usándose o infrautilizándose.

Entre el articulado que ya recoge la propuesta de la Comisión se incluyen medidas para garantizar la interoperabilidad o agilizar los cambios de proveedores de cloud, así como compartir bases de datos públicas y privadas. La premisa, como analiza Urbequity aquí, es que los datos que generen las compañías puedan ser útiles, en circunstancias concretas, para mejorar también servicios públicos.

La española Pilar del Castillo, ministra de Educación entre los años 2000 y 2004, es la ponente y por lo tanto responsable del debate con el que el Parlamento Europeo fijará su postura sobre esta nueva regulación. La eurodiputada popular ha seguido cerca otros debates sobre regulaciones tecnológicas en la cámara europea al formar parte de la Comisión de Industria (ITRE) de la misma.

"Los datos están siendo una cuestión que las instituciones europeas han estado trabajando a lo largo de esta legislatura. El primer texto jurídico, la primera norma legal, fue el Reglamento de Gobernanza de Datos, que se aprobó hace un tiempo. Ahora tenemos esta propuesta de Reglamento de Datos, de Data Act, con un foco muy definido", explica en conversación con Business Insider España.

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La propuesta parte de un análisis de la realidad bastante evidente: los datos siguen creciendo exponencialmente. Pero esta vez el foco se pone en los datos industriales. "El 80% de los datos industriales nunca se utiliza, y según unas estimaciones de la Comisión, el usarlos podría generar hasta 260.000 millones de euros de PIB adicional de aquí a 2028 en Europa".

La siguiente fase de ese análisis, continúa Del Castillo, es entender "que una parte extraordinaria de esos nuevos datos se van a producir vinculados de la industria y de los objetos conectados, del internet de las cosas". "Y el sector industrial europeo es un sector globalmente competitivo, con una capacidad de generación de datos extraordinaria", incide la eurodiputada.

Por eso, la propuesta de este Reglamento del Dato es también responder a una necesidad. Según Pilar del Castillo, "hay que aclarar quién puede crear valor a partir de esos datos que generen los dispositivos conectados, y en qué condiciones puede hacerlo".

En ese sentido, la eurodiputada y ponente ante la cámara de este Reglamento de Datos incide en que "hay una serie de propuestas para que el acceso a ellos [los datos] permita generar nuevos negocios, que las firmas puedan tener un mayor control de sus datos a través del derecho reforzado en la portabilidad, o normas que garanticen cambios seguros y efectivos de proveedores cloud".

En definitiva, "que haya empresas que puedan acceder a los datos y que puedan desarrollar nuevas provisiones de servicio que sean competitivos y que el usuario final sea el principal beneficiado", así como el uso de los nuevos datos agregados para "desarrollar y mejorar otros servicios". 

El proceso legislativo acaba de arrancar

"Como ponente tengo que valorar una serie de propuestas, elaborar un informe, y a partir de ahí se irán estudiando las propuestas de enmienda de los distintos grupos", señala Del Castillo.

Con todo, el borrador del Reglamento ya ha levantado algunas polvaredas en redes sociales. Una se refiere en concreto al artículo 30 del texto todavía no definitivo, que exige a los desarrolladores o proveedores de aplicaciones que usen contratos inteligentes la necesidad de que esos smart contracts sean robustos, seguros, y accesibles.

Aunque no se plantea explícitamente, algunos internautas han advertido en redes sociales que esta redacción abriría la puerta a que Bruselas exigiera la instalación de "puertas traseras" en un sinfín de contratos inteligentes, algo que para Pilar del Castillo "no es así".

La ponente de la Data Act incide, en todo caso, en la necesidad de dar "un poco el tiempo" a las instituciones europeas para que los debates en torno a la norma maduren y progresen. "El objetivo del Parlamento es siempre mejorar las propuestas. Lógicamente tendremos que debatir muchos aspectos contenidos en esa propuesta, como definiciones por completar, etc".

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"Pero, en cualquier caso, las empresas no van a perder el control de los datos que generen sus productos", promete.

Del Castillo, formando parte de la comisión ITRE del Parlamento Europeo, también ha seguido con interés todo lo que ha acontecido en las negociaciones tanto del Reglamento de Servicios Digitales (DSA, por sus siglas en inglés) y el de Mercados Digitales (DMA). Ambas normas se refieren a las plataformas como garantes de acceso [a la información y servicios digitales].

Esos garantes o gatekeepers tendrán que atenerse de esta manera tanto a nuevas políticas de moderación de contenidos y límites a sus servicios para crear perfiles comerciales de publicidad personalizada con usuarios menores de edad, en el caso de la DSA. También tendrán que asumir una serie de medidas en materia de competencia en el caso de la DMA.

La eurodiputada del Partido Popular europeo concede en declaraciones a este medio que las negociaciones de la DSA fueron "un poco más complejas". Prueba de ello es que mientras que las negociaciones en trílogo con la DMA llegaron a buen puerto a finales de marzo, en el caso de la DSA hubo que esperar varias semanas más, hasta finales del mes de abril.

Ahora se está a la espera de que ambos textos sean escrutados por los juristas de Bruselas. No son cuestiones relativas a su contenido lo que se someterá ahora a debate, sino "algunos flecos" que se han dejado abiertos en cuestiones más técnicas y jurídicas.

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