El sudoku de los fijos discontinuos: de la caída de la temporalidad a la precariedad de los jóvenes

Camarero empleado
  • Un informe de Fedea publicado este lunes sostiene que en España había 1,42 millones de empleados con contrato fijo discontinuo al cierre de 2022.
  • La entidad calcula que más de 500.000 terminaron ese año en inactividad y subraya el auge de este modelo de contrato entre los jóvenes.

Nuevo capítulo en la guerra de números en torno a los fijos discontinuos. Un estudio liderado por el investigador de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) Florentino Felgueroso publicado este lunes calcula que 2022 acabó con 1,42 millones de trabajadores fijos discontinuos, de los que 752.000 estaban en situación de inactividad, si bien 232.000 tenían otro empleo.

El contrato fijo discontinuo ya existía antes de la reforma laboral que impulsó el Ministerio de Trabajo en 2021, pero se utilizaba solo de manera limitada. Con la entrada en vigor de la norma en marzo de 2022, se produjo un "aumento masivo" que llevó a modificar sustancialmente las estadísticas laborales y la modalidad del empleo en España, que había estado dominada por la contratación temporal.

Ese cambio normativo, además, desató una guerra de números a la que se han sumado economistas, políticos y periodistas en torno a una gran pregunta que por ahora no han conseguido aclarar del todo ni los datos de afiliación de la Seguridad Social, ni los mensuales del SEPE, ni los trimestrales de la EPA: ¿cuántos trabajadores fijos discontinuos hay en España?

El estudio, llevado a cabo por Florentino Felgueroso y el investigador Marcel Jansen, compara distintas bases de datos —las oficinas del SEPE, las afiliaciones a la Seguridad Social y la EPA— para descubrir diferencias sustanciales en los datos que emite cada una de ellas y otras cifras relevantes. Así, la investigación concluye que en España había 1,42 millones de empleados con contrato fijo discontinuo al cierre de 2022, nueve meses después de la entrada en vigor de la reforma laboral que impulsó esta fórmula de contratación.

"Los fijos discontinuos plantean bastantes problemas a nivel estadístico, porque es importante saber dónde están estos trabajadores, cuántos son, si están o no trabajando, y las estadísticas del Ministerio de Trabajo no se han adaptado perfectamente a la situación", resumía ayer el propio Felgueroso durante la presentación del informe. 

Más de medio millón de inactivos

Los cálculos del informe de Fedea apuntan a que en 2022 había 753.000 activos y 731.000 inactivos con este contrato de fijo discontinuo (sobre el total de 1,42 millones). Sin embargo, entre los inactivos también puede haber trabajadores activos en otro contrato, por lo que los investigadores llegan a la conclusión de que la cifra de inactivos real a finales de 2022 ascendía a 518.000 trabajadores, un dato relativamente próximo al que compartió el Gobierno en el Senado en marzo de 2023: 443.078 personas.

El estudio también apunta al considerable aumento del número de trabajadores fijos discontinuos que se encuentran en situación de pluriempleo, una cifra que se multiplicó por 4,3 entre enero y diciembre de 2022, llegando a 377.000 personas a finales de año, siempre según los cálculos de Fedea. 

El think tank llama la atención también sobre la situación de los jóvenes. En concreto, el informe apunta que los jóvenes concentraron buena parte del aumento de los contratos fijos discontinuos firmados en 2022, ya que al inicio de 2022 el porcentaje de fijos discontinuos menores de 25 años era el 6% y al acabar ese año la cifra ascendió al 22%. Además, los más jóvenes son también los que más tasas de inactividad acumulan con contratos fijos discontinuos: un 65% de los trabajadores inactivos con este modelo de contrato no superan los 24 años.  

Dimisión o despido

Una nebulosa en términos estadísticos

Los autores del informe también deslizaron este lunes que ciertos empresarios podrían estar enmascarando trabajos de carácter puramente temporal con contratos fijos discontinuos por tener menos coste para la empresa. "Es posible que muchas empresas estén diciendo, bueno, lo paso a fijo discontinuo y como luego puede haber un abandono o despido más bien barato si despido pronto, pues me ahorro las cotizaciones a la seguridad social y el resto de costes", subrayó Felgueroso.

"La reforma ha sido un éxito total", argumentó Felgueroso, "pero la información no es satisfactoria. Tenemos que ir un poco más allá y tomar medidas para complementar esta reforma y que los fijos discontinuos puedan trabajar más", remató. 

"Hemos hecho indefinidos a personas y tipos de trabajo que no lo merecían, probablemente hemos forzado un poco la máquina y esos solo eran empleos temporales" que ahora se redefinen como fijos discontinuos, explicó Marcel Jansen, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid y doctor en Economía, autor también del estudio. 

Para Jansen, el conflicto surge porque, desde la reforma laboral, "las empresas pueden enviar al trabajador a la situación de inactividad sin asumir ningún coste; los asume la sociedad". El investigador destacó que es el Estado quien costea la prestación por desempleo del trabajador fijo discontinuo durante su periodo de inactividad. "Con el contrato temporal era así, y esta situación ha pasado ahora al fijo discontinuó", sentenció el experto, que advirtió de que "hay un riesgo de uso excesivo de esta figura".

Según Jansen, la reforma laboral que pactaron en su día patronal y sindicatos, "no impone ningún coste a los empresarios por un fijo discontinuo en inactividad" y pone muy pocos límites a los llamamientos a actividad que delimitan un contrato fijo discontinuo. "No hay ningún mínimo de horas, no hay remuneración obligada de la empresa al trabajador en periodos de inactividad", criticó. 

Felgueroso pide mejores estadísticas para, con los datos en la mano, mejorar una reforma que ya ha tenido un impacto positivo en la sociedad. "Estamos en una nebulosa en términos estadísticos. Entre el retraso y la poca información, esto es lo que hay", se lamentó. 

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