'Supertemporales': 12 trabajos que sufren la maldición de la temporalidad

Una trabajadora camarera

REUTERS/Pascal Rossignol

  • En España hay 12 profesiones 'supertemporales': más de un cuarto de los trabajos sufren el mal de la temporalidad.
  • Hay más temporalidad entre directivos de las administraciones públicas y cuerpos legislativos que entre vendedores ambulantes.

¿Qué tienen en común un profesor, un agricultor y un bibliotecario? Que los 3 se dedican a cultivar (mentes u hortalizas) y que los 3 padecen el mal de la temporalidad en España.

La temporalidad es esa enfermedad crónica que arrastra históricamente el mercado laboral español. La misma que conforma la llamada "gran anomalía española", junto con la precariedad y el desempleo estructural, y que el Gobierno se puso entre ceja y ceja a la hora de redactar la reforma laboral.

En 2011, solo un 8% de los contratos firmados eran indefinidos, frente a un 92% de contratos temporales. Los cambios introducidos por la reforma ayudaron a combatir este mal. 

Al prohibir los contratos por obra o servicio y limitar los temporales, las empresas han tenido que tirar de indefinidos o fijos-discontinuos. El resultado es que, del 8% de los contratos fijos que había en 2011, se ha pasado a un 42% de indefinidos en 2022.

"La reforma laboral está cambiando el paradigma, la temporalidad no era una maldición divina", celebró la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, meses después de la entrada en vigor de la norma, al presentar los primeros datos de paro y creación de empleo como los frutos de la nueva normativa.

Una camarera limpia una terraza en Ronda

En el último trimestre de 2021 (justo antes de la reforma) la tasa de temporalidad en España estaba en el 25,4%. Un año después, había caído al 17,9%, cerca de la media europea. 

"Con la reforma laboral, se ha producido una reducción de la tasa de temporalidad en prácticamente todas las ocupaciones. Las mayores caídas en puntos porcentuales se han producido entre las que tenían una mayor temporalidad previa", señala un informe de Fedea, en colaboración con BBVA Research y el Instituto EY-Sagardoy. 

Esto es así, aunque a medias: lo cierto es que más de la mitad del nuevo empleo indefinido de 2022 lleva aparejado algún tipo de temporalidad. Aunque los contratos se contabilicen como indefinidos, un porcentaje nada despreciable son en realidad fijos-discontinuos o contratos fijos pero a tiempo parcial.

Pero hay ocupaciones donde no está siendo tan fácil de erradicar este problema. "Todavía hay 12 ocupaciones en España donde la tasa de temporalidad es superior al 25%", avisa Florentino Felgueroso, investigador asociado en Fedea. 

En el último año, se ha pasado de 27 ocupaciones afectadas por la supertemporalidad a 12, casi la mitad. Pero sigue habiendo trabajos donde más de la mitad de empleados son temporales

Pero esto no ha ocurrido en todos los casos. "Aunque el descenso ha sido generalizado, la tasa de temporalidad todavía supera el 25% en varias ocupaciones", añade Felgueroso. 

Prueba del café en las entrevistas

Agricultores, obreros y pescadores, pero también bibliotecarios, empleados de correos, vendedores ambulantes, y hasta profesores y sanitarios, o miembros del poder legislativo y directivos de la administración. Todas estas profesiones se incluyen dentro del ránking de la supertemporalidad.

Peones agrarios, forestales y de pesca son los trabajadores que más temporalidad sufren en sus empleos. Más de la mitad tienen contrato temporal, un 53%, que se dispara al 82% en el caso de que trabajen para el sector público. De entre los obreros y los mineros, casi 2 de cada 4 empleados (un 42%) son temporales.

Pero ni siquiera se salvan los empleos más cualificados. Resulta que la tercera temporalidad más alta la arrastran directivos de las administraciones públicas, miembros del poder ejecutivo y cuerpos legislativos. Un 36% de los trabajadores en estas ocupaciones son temporales, por encima de los vendedores callejeros, por ejemplo.

Uno de cada 3 funcionarios que te cruzas es temporal

Cuando hablamos de empleados temporales, uno tiende a pensar antes en un camarero que en un sanitario del sector público. Pero es en el sector público donde más aumenta el empleo temporal.

El sector público tiene "un peso relevante" en este tipo de ocupaciones supertemporales, advierten desde Fedea. Si, a finales de 2022, la tasa de temporalidad superaba el 25% para el 15% de los trabajadores del sector privado, en el sector público el porcentaje de afectados roza el 29%.

Personal sanitario descansa durante el brote de COVID-19 en Yakarta, Indonesia.

 Ni siquiera la reforma laboral ha servido para frenar el fenómeno de la temporalidad (y el abuso de interinos) en el sector público. A finales de 2022, el número de empleados temporales del sector público se había disparado casi un 23% respecto a 2019, antes de la pandemia (y de la reforma), según los datos de la EPA.

Ahora mismo hay 300.000 plazas públicas que deberían ser fijas (por tratarse de puestos estructurales) y, sin embargo, las está cubriendo personal temporal, según cálculos del Gobierno. El Gobierno aprobó la Ley del Estatuto Básico del Empleado Público en diciembre de 2021 para tratar de corregir esta situación. Pero, por lo pronto, la temporalidad sigue aumentando.

En 2022, un 32% de los empleados públicos era temporal. Eso significa que, de cada 3 trabajadores que te cruzas en el sector público, uno tiene un contrato temporal. En el sector privado, en cambio, la temporalidad se sitúa en el 18,2% de los empleos. 

Sin embargo, la tendencia creciente de temporales en el sector público y decreciente en el privado no es lo que parece. Aparentemente, podría resultar que como el sector privado contrata a menos temporales, está empleando a más indefinidos, pero no tiene por qué ser así.

Resulta que los momentos en los que se produce una caída en el empleo temporal privado coinciden con crisis económicas, caracterizadas precisamente por una gran destrucción de empleo.

"Cuando hay una crisis intensa, como la que hubo en 2008 o ahora con la pandemia, lo primero que ocurre es que hay una recomposición del mercado de trabajo, donde se destruye empleo temporal", apunta Jesús Ruiz-Huerta, director del Laboratorio de la Fundación alternativas. Se destruye empleo temporal, pero no se crea indefinido.

Eso explicaría el fuerte descenso en la tasa de temporalidad del sector privado que comienza en 2008 y toca suelo en 2013, en el peor momento de la crisis financiera. Esto ha ocurrido de nuevo coincidiendo con la pandemia.

Y mientras la tasa de temporalidad en empresas caía, empezó a subir en el sector público. "En esos momentos, el sector público intenta compensar la caída del empleo en el sector privado", añade Ruiz-Huerta. 

 

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