Por qué la familia de las coles y repollos es una 'superheroína' para prevenir el cáncer

No gozan de la mejor fama dentro del mundo de las hortalizas, especialmente entre los más pequeños de la casa, pero las verduras crucíferas esconden tesoros nutricionales que hacen que valga la pena incluirlas con frecuencia en la dieta, máxime cuando están de temporada, como sucede en los meses más fríos del año.  

Las crucíferas son una familia de vegetales con más de 390 géneros y 3.000 especies. Las más famosas son la col o repollo, la coliflor, las coles de Bruselas, el brócoli o el nabo gallego. En España, están de temporada durante el otoño y el invierno, a precios muy económicos y con versatilidad para adaptarse a multitud de recetas exquisitas.

En Healthline destacan que el repollo, la lombarda y demás familia tienen una gran densidad nutricional en comparación con su escaso aporte calórico. Sobresale la presencia de fibra, vitaminas como la C y la K, folato, manganeso, B6, calcio, hierro, potasio, riboflavina... En definitiva, toda una mina de oro para un organismo más saludable. 

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¿En qué te pueden ayudar las crucíferas? Su fibra propicia mejores digestiones y cuida tu corazón, mantienen en estado de gracia tu metabolismo y son claves para que el sistema nervioso funcione adecuadamente. 

La presencia de las antocianinas, pigmentos responsables de darle a la lombarda su característica tonalidad morada, tienen efectos antiinflamatorios que reducen las papeletas de enfermedad cardiaca. 

Además, al ser ricas en potasio, las crucíferas ayudan a excretar el exceso de sodio a través de la orina y reducir la presión arterial. Por su lado, la presencia de folatos previene la espina bífida durante la gestación. 

Las preciadas coles también combaten la anemia, fortalecen los huesos y cuidan la piel. Poniendo el foco en uno de sus beneficios más significativos, ¿de dónde procede el poder anticancerígeno de las crucíferas? 

La familia de las coles, una aliada contra el cáncer

Uno de los principales efectos de las crucíferas es su potencial para reducir la inflamación y prevenir ciertos tipos de cáncer, especialmente gracias a la presencia de antioxidantes. 

Según explican desdeEat This, Not That, estos componentes contribuyen a neutralizar los radicales libres del organismo, causantes del estrés oxidativo que desencadena enfermedades crónicas como el cáncer, los problemas cardíacos, la degeneración macular, la artritis reumatoide o la enfermedad inflamatoria intestinal.

Muchas investigaciones apoyan este superpoder anticancerígeno de la col. Una de ellas es una investigación de 2018 publicada en Immunity cuyos hallazgos muestran que los ratones alimentados con repollo tenían una respuesta inmune positiva en el intestino que los protegía de la inflamación y, por ende, del cáncer.

Varios estudios asocian los antioxidantes con una reducción de los marcadores sanguíneos de inflamación 

Entre los antioxidantes más destacados de la familia de las coles destacan los polifenoles y los compuestos de azufre, que también protegen el hígado y poseen propiedades antirreumáticas. así como la vitamina C. Destacan compuestos como el sulforafano o el kaempferol.

La evidencia también apunta a que una dieta rica en alimentos ricos en vitamina C se asocia con un menor riesgo de ciertos tipos de cáncer como el de hígado, próstata o mama. 

También destaca un análisis reciente de 21 estudios encontró que el riesgo de cáncer de pulmón disminuyó en un 7 % por cada aumento diario de 100 mg en la ingesta de vitamina C. No ibstante, se necesita más investigación al respecto. 

Si quieres más vitamina C, la col lombarda es la mejor opción: tiene un 30% más del nutriente que el repollo verde y una sola taza contiene el 85 % de la ingesta diaria recomendada.