El único hombre que podría salvar a Joe Biden

Emily Stewart
| Traducido por: 
Photo Collage featuring Jerome Powell holding a scale. On one side of the scale is a picture of Donald Trump, and on the opposite side is an image of President Biden,
Chip Somodevilla/Getty Images; Matt Rourke/AP; Sarah Silbiger/Bloomberg via Getty Images; Alyssa Powell/BI
  • La economía y la percepción que se tenga de ella serán factores vitales para determinar lo que hagan los votantes estadounidenses cuando acudan a las urnas en otoño para elegir entre Joe Biden y Donald Trump. 
  • Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, tiene un papel fundamental en la configuración de la economía del país. Por ello, está en el centro de la tormenta.

A Jay Powell le gustaría mantenerse al margen de la política, especialmente en un año electoral. El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos no quiere dar la impresión de tener intereses en juego en las elecciones de noviembre, especialmente cuando uno de los candidatos —Donald Trump— va a atacarle desde todos los ángulos posibles.

Powell, que fue nombrado presidente de la Reserva Federal por Trump y luego reelegido por Joe Biden, ha hecho todo lo posible para subrayar que el banco central está por encima de la contienda política. Ha insistido repetidamente en que él y los demás miembros del Comité Federal de Mercado Abierto se centran únicamente en los datos económicos a la hora de tomar una decisión sobre política monetaria, que, por el momento, es si recortar o no los tipos de interés.

En una audiencia celebrada el pasado miércoles, el representante Patrick McHenry, republicano de Carolina del Norte que preside el Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes, señaló que algunos pronostican que la Reserva Federal recortará los tipos de interés varias veces este año, mientras que otros vaticinan que no hará nada. La divergencia entre partidarios y detractores de los recortes ha sido el mayor debate económico del año en Estados Unidos.

"¿Qué opina usted?", preguntó McHenry a Powell. La respuesta del presidente de la Fed: "Yo digo que, en realidad, dependerá de la economía".

Más allá del argumento teórico, el hecho de que la Fed recorte o no los tipos de interés tiene una importante repercusión política este año. La economía y la percepción que se tenga de ella serán factores vitales para determinar lo que hagan los votantes cuando acudan a las urnas en otoño. Powell tiene mucho que ver en la configuración de esta economía. Por ello, se encuentra en el centro de la tormenta.

"Implícita, explícita, pasiva o activamente, la Reserva Federal está tomando decisiones que pueden tener una gran influencia sobre la economía y los resultados económicos", afirma Skanda Amarnath, directora ejecutiva del colectivo de activistas Employ America. "La Fed es importante para el devenir de la economía, y el rumbo de la economía no es irrelevante para los resultados electorales".

De momento, la economía estadounidense está en bastante buena forma. El mercado laboral se mantiene sólido y el crecimiento es fuerte. La inflación está volviendo a bajar, aunque todavía no ha alcanzado el objetivo del 2% fijado por la Reserva Federal. Se atisba un aterrizaje suave, es decir, una vuelta a la normalidad sin recesión. Sin embargo, aunque la confianza de los consumidores ha mejorado con respecto a hace seis meses, no es muy buena. La inflación se ha enfriado, pero los precios siguen siendo más altos que antes. También lo son los tipos de interés, que la Reserva Federal subió para combatir la inflación. 

Los votantes están descontentos con el aumento de los precios, y también se sienten agobiados por los altos tipos de interés. Un reciente documento del ex secretario del Tesoro Larry Summers y un grupo de economistas concluye que los elevados costes de los préstamos son uno de los principales factores que pesan sobre el estado de ánimo de la gente.

"Los consumidores, a diferencia de los economistas modernos, consideran el coste del dinero parte de su coste de la vida", escribieron los autores.

Photo collage featuring Federal Reserve Board Chairman Jerome Powell, the Capitol building, red dots with the Eye of Providence Double Exposure, and a downward-trending line

Se trata de una pista. Los tipos de interés pueden parecer abstractos, pero pueden tener un impacto real en la forma en que la gente percibe su situación financiera. Si estás buscando casa ahora mismo, los tipos hipotecarios están por las nubes comparados con los de hace unos años. Quizá esperaste a que se estabilizaran los precios de los coches para descubrir ahora que no puedes permitirte un préstamo. O tienes una pequeña empresa y, de repente, el coste de los préstamos te quita el sueño.

La Casa Blanca no puede retroceder en el tiempo y revertir el repentino aumento de la inflación, en el que la Reserva Federal, al esperar demasiado para subir los tipos de interés, tuvo algo que ver. Pero bajar los tipos de interés debería hacer que la gente se sintiera mejor respecto a las condiciones económicas y podría dar un impulso a los demócratas y a Biden. 

Aunque la Reserva Federal ha proyectado que empezará a bajar los tipos en algún momento de este año, el momento es una incógnita. ¿En marzo? ¿Mayo?, ¿junio?, ¿más tarde? La respuesta a esta pregunta podría influir seriamente en el resultado de noviembre.

"Los tipos de interés son un motivo importante de frustración para la gente, independientemente de la inflación, independientemente de cualquier otro resultado económico que pueda ser frustrante", afirma Amarnath.

No estoy diciendo nada nuevo sobre este tema: Trump también lo dice. Es muy consciente de que unos tipos de interés más bajos impulsarían la economía, levantarían el ánimo de la gente y, en última instancia, ayudarían al partido en el poder. Por eso se preocupó públicamente de que la Fed bajara los tipos de interés para ayudar a la candidatura presidencial de Hillary Clinton antes de las elecciones de 2016 y reprendió repetidamente a Powell y a la Fed por las subidas de tipos de interés mientras él estaba en la Casa Blanca.

La Fed es un organismo independiente diseñado para estar al margen de la política, por lo que no está sujeta a presiones a corto plazo mientras trata de dirigir la economía. Ha habido momentos en el pasado en los que los presidentes estadounidenses han intentado influir en ella, a menudo con resultados desastrosos. 

Richard Nixon presionó a la Reserva Federal para que mantuviera bajos los tipos de interés antes de su reelección, lo que contribuyó a cimentar la desastrosa inflación de los años setenta. Ronald Reagan hizo llegar el mensaje al banco central sobre sus deseos durante su presidencia, consiguiendo que su jefe de gabinete dijera al entonces presidente de la Fed, Paul Volcker, que no subiera los tipos antes de su campaña de reelección. Volcker no pensaba subir los tipos de todos modos. 

En las últimas décadas, sin embargo, la mayoría de los presidentes evitaron decir gran cosa, hasta Trump. La mayoría de los analistas toma la palabra a Powell de que la Fed no va a tener en cuenta la política en sus decisiones sobre los tipos de interés, ni siquiera en un año electoral. Pero eso tampoco significa que viva en una burbuja.

"No creo que Powell esté pensando en si Trump o Biden le dirán que recorte o suba los tipos", dice Elizabeth Pancotti, directora de Special Initiatives en Roosevelt Forward, una organización hermana del think tank progresista Instituto Roosevelt. "Podría afectar a la forma en que transmita las subidas o recortes de tipos".

Incluso en años no electorales, los miembros de la Reserva Federal son increíblemente cautos con sus palabras. La óptica política podría hacer que lo sean aún más.

Lo que necesitas saber para estar informado

Lo que necesitas saber para estar informado

¿Te gusta lo que lees? Comienza tu día sabiendo qué piensan y qué les preocupa a los ejecutivos de las principales empresas del mundo con una selección de historias enviada por Business Insider España a primera hora cada mañana.

Recibe la newsletter

"Le tomo la palabra a Powell en el sentido de que no están haciendo política con la vista puesta explícitamente en poner el dedo en la balanza por un partido o un candidato presidencial sobre el otro, pero la Fed ciertamente tiene que gestionar el riesgo político", señala Sarah Binder, politóloga de la Universidad George Washington. Las transcripciones completas de las reuniones del Comité Federal de Mercado Abierto, que se mantienen en secreto durante cinco años, muestran que la Fed no es inmune a los vientos políticos. Las transcripciones de 2018, por ejemplo, muestran que los responsables discutieron la necesidad de apoyo político para sus decisiones y eran muy conscientes de la presión externa.

"La Fed realmente no quiere agitar las aguas. No quiere molestar al Congreso. Necesita al Congreso de su lado. No quieren que el Congreso reabra la Ley de la Reserva Federal", afirma Binder. "La Reserva Federal no puede evitar los vientos políticos en este caso".

No todo lo relacionado con la economía está bajo el control de la Reserva Federal, por supuesto, lo que significa que no hay mucho de lo que se pueda culpar a Powell, políticamente o de otro modo. Si la gripe aviar ataca de nuevo y los pollos empiezan a enfermar en masa, los precios de los huevos volverán a subir. El banco central no puede hacer mucho sobre los precios del petróleo y el gas, que dependen de las fuerzas del mercado mundial o de la inestabilidad geopolítica. Es más, la mayoría de los estadounidenses no piensa demasiado en la Fed como factor de su vida económica, aunque lo sea.

Powell camina ahora por la cuerda floja en más de un sentido. Los riesgos económicos de las decisiones de la Fed son reales: si baja los tipos demasiado pronto, la inflación podría empezar a repuntar de nuevo, y si espera demasiado, podría frenar demasiado la economía y empujar al país a una recesión. Es un poco como el escenario de Ricitos de Oro, salvo que está en juego mucho más que una buena noche de sueño.

Conoce cómo trabajamos en Business Insider.