El armario de la generación Z: condenado al 'fast fashion', pero cada vez más cerca de la segunda mano y de los nuevos templos de la moda

Nude Project

Nude project

  • El 85% de la generación Z tiene su armario cargado de prendas provenientes de grandes cadenas de moda, según un estudio realizado por la plataforma Ecodicta y la consultora Mazinn
  • El informe apunta, sin embargo, a un sorpaso de la segunda mano en 2030 y al idilio por firmas emergentes como Nude Project o Blue Banana. 

"La realidad, sí, la realidad, ese relámpago de lo invisible", comenzaba el poema más famoso de la antología de Luis Cernuda, y 90 años después de su publicación sirve para ilustrar el desafío que encara el sector de la moda ante el armario de sus consumidores más clave: la generación Z

El problema es palmario: el grupo poblacional conformado por los nacidos a finales de la década de 1990 e inicio de los 2000 son más conscientes que nunca de la causa medioambiental, pero viven entregados al fast fashion.

Así lo revela un reciente estudio llevado a cabo por la plataforma de alquiler de ropa Ecodicta y la consultora Mazinn y que ahonda, precisamente, en cómo es el armario de la gen Z. 

La hegemonía, al menos por el momento, es clara: el 85% de los encuestados afirma tener de forma predominantemente prendas de grandes cadenas. Sin embargo, existe una aspiración personal por dar un vuelco a los datos. El estudio recoge que más de la mitad de los encuestados —el 58%— dice tener al menos una prenda de segunda mano, ya sea comprada o heredada.

La intención está ahí, pero los problemas también: "La generación Z tiene un alto conocimiento del problema en la moda, pero a menudo, por poder adquisitivo o por impulsividad, no consume de forma sostenible", sostiene Adrián Ballester, fundador de Mazinn.

El futuro no descarta un sorpaso en la industria y el presente más inmediato ya alberga nuevos capitanes de la moda que no para de ganar adeptos. 

El camino de la moda por ser sostenible: destina el 0,3% a la protección ambiental, tiene poca capacidad de reciclaje y provoca daños irreparables al planeta

2030: el año del sorpaso de la segunda mano al 'fast fashion'

El escaparate de una tienda de ropa en el centro de Madrid

¿En qué lugar queda la sostenibilidad? "Como una aspiración, o en crecimiento, pero no como una realidad actual", responde el informe. 

Pese a todo, el cambio de tornas no parece imposible. La generación Z sostiene que en sus armarios se producirá un sorpaso de la segunda mano frente al fast fashion, pero —eso sí— posterga el movimiento al 2030.

Estimaciones en línea con el crecimiento de la segunda mano que augura también KMPG en su informe Global Fashion Drivers y cifra, actualmente, en menos del 30% la moda sostenible, aunque con la esperanza de que ocupe hasta el 50% del armario de los ciudadanos. 

Gema Gómez, directora de Slow Fashion Next, también sitúa esta fecha como el punto de partida: "En 2030 se va a reducir la producción de productos". La experta sitúa el auge de la segunda mano y el alquiler de moda como los motores tractores del cambio y en definitiva, el lujo silencioso: comprar menos pero de mayor calidad. 

El avance económico del mercado de segunda mano, en cambio, sí se hará notar antes. Según el informe anual de ThreUp, se calcula que la industria alcanzará en 2028 los 350.000 millones de dólares —más de 320.000 millones en euros—. 

La hora de los nuevos templos de la moda 

En imagen, Bruno Casanovas y Alex Benlloch, fundadores de Nude Project.
En imagen, Bruno Casanovas y Alex Benlloch, fundadores de Nude Project.

Nude Project

Pero con futuro sorpaso o no, el estudio no esquiva cómo diferentes marcas emergentes se han postulado ya como el templo de la moda de la población más joven.

Tanto es así que las marcas de nueva creación ya son la cuarta preferencia a la hora de copar el armario de la generación Z, solo por detrás del imbatible fast fashion y la segunda mano en sus dos variables —comprada o heredada—.

Fenómenos empresariales como Blue Banana, Nude Project o Scuffers ya son, por derecho propio, los nuevos capitanes de la moda y sus ambiciosos números dan buena cuenta de ello.

Nude Project, la marca formada por Bruno Casanovas Alex Benlloch vive su mejor momento y ha conformado un universo que le permitió cerrar 2023 con una cifra de negocio superior a los 26 millones de euros, un crecimiento superior al 130%, tras vender cerca de medio millón de prendas en más de 100 países. 

Tampoco es menor el eterno viaje que emprendió Blue Banana con una inversión de 3.000 euros y que 7 años después ya factura más de 19 millones de euros. La firma de Juan Fernández-Estrada y Nacho Rivera acaba, además, de abrir en México su primera apertura fuera de España.

Javier López y Jaime Cruz son los fundadores Scuffers, una firma que en solo 5 años ha pasado de enviar camisetas y sudaderas a sus conocidos a gestionar 6.000 pedidos mensuales. Los más 300.000 seguidores que aglutinan en Instagram están detrás de que sus colecciones se agoten en minutos y unas ventas superiores a los 6 millones de euros.

El poder de estas firmas y su cuidado papel en redes generan la fórmula perfecta: el 47% de los jóvenes se inspira en influencers y en redes para decidir su compra. “Este fenómeno que nace en redes sociales pero se retroalimenta con espacios físicos y hace que los jóvenes fluyan hacia las tiendas de las marcas emergentes”, incide Raúl González, CEO de Ecodicta.


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