Scuffers o cómo el desencanto vital de 2 jóvenes madrileños gestó una firma de moda que no tiene techo

Jaime Cruz y Javier López, fundadores de Scuffers.
Jaime Cruz y Javier López, fundadores de Scuffers.

Scuffers

  • Scuffers nace del desencanto vital y el afán por superarlo de Javier López y Jaime Cruz. Hoy es una firma de moda que parece no tener techo. 
  • En tan solo 5 años han pasado de enviar sudaderas a sus conocidos a gestionar 6.000 pedidos al mes y aspirar a unas ventas de 6 millones de euros. 

Ni grandes expectativas comerciales ni complejos holdings empresariales. La marca de moda Scuffers nace del desencanto vital y el afán por superarlo de 2 jóvenes madrileños: Javier López y Jaime Cruz.

Y fruto de esta desazón generacional pero también del frenético ritmo que supone crear una firma desde cero hizo que sus fundadores no se hubieran sentado a pensar el porqué de la aventura empresarial. 

Ahora, insisten, han dado con ello: "Scuffers nació realmente para dar sentido a nuestra vida en un punto donde nos faltaba motivación y quisimos demostrarnos a nosotros mismos de lo que éramos capaces de hacer", confiesan.

Los jóvenes fueron capaces pero, posiblemente, de mucho más de lo que imaginaban: en solo 5 años han pasado de enviar camisetas y sudaderas a sus conocidos a gestionar 6.000 pedidos mensuales. 

"Apostamos todo por el proyecto y ahora vemos que ha dado sus frutos", explican. Ahora, con los fallos convertidos en aprendizajes y el camino claro, la enseña madrileña sostiene que lo suyo solo acaba de empezar.

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Family and friends: el origen de Scuffers

Algunos vecinos pueden resultar un verdadero dolor de cabeza, otros, sin embargo, pueden ser el mejor aliado empresarial que uno imagina. Es el caso de ambos fundadores que, insisten, en no caer en el tópico de jóvenes emprendedores. 

"A nosotros nos juntó el hecho de ser vecinos con aspiraciones y motivaciones en común, además de tener gustos similares, concretamente, por el mundo de la moda", relatan con normalidad. 

El inicio de Scuffers se remonta a 2018 y tiene como telón de fondo el inconformismo propio de un consumidor: lo que había en el mercado no convencía a los fundadores y decidieron ser ellos mismos el impulso de una nueva era.

Con 16 años, tanto López como Cruz, querían sudaderas con una propuesta diferente a lo que había por la calle. El pasado mes de febrero, ya con 24 años, eran ellos los que recibían como empresarios sus propias producciones textiles que, como confiesan, lucen ellos mismos.

Pese a la evidencia comercial, el éxito de Scuffers, insisten, viene de crear una gran comunidad: "Tener una identidad de marca clara en todo momento y el hecho de apostar por el cliente internacional y nunca renunciar a lo que somos", insisten como puntos capitales. 

De hecho, sobre su nombre: Scuffers, admiten que, en un primer momento, sonaba bien, pero la doble F ha ido adquiriendo la verdadera razón de ser de la firma: familia y amigos, en inglés.

Scuffers

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Prueba de esta "gran familia" son los más de 180.000 seguidores que aglutinan en Instagram. Un peso digital que tiene su explicación: "Hemos llevado las acciones un paso más allá, cuidando y estudiando cada detalle de cada campaña". 

Movimientos que han generado sus particulares hitos como el "devorar" colecciones en escasos minutos o ganar 100.000 seguidores en menos de 12 horas

De la prueba y error…

No obstante, llegar hasta el punto actual, explican ambos jóvenes, ha implicado antes superar escollos de todo tipo.

"Hemos tenido desde malas producciones a consecuencia de proveedores aún peores a problemas de financiación, con momentos en los que la caja se quedaba a cero. Todo ello sumado a compras demasiado ambiciosas con apuestas erróneas", confiesan.

Es lo que definen como "los fuegos a los que uno se enfrenta diariamente cuando decide emprender, y que nunca terminan de cesar —más bien, crecen—". 

De hecho, la fabricación, uno de los puntos más sensibles a la hora hablar de textil, es donde Scuffers fue consciente que había que centrar el foco. Actualmente, se valen de Portugal y China, y en España hace lo propio con la bisutería y accesorios, pero el camino no ha estado siempre tan definido. 

En los comienzos apostaron por Portugal, pero el límite llegó con la tipología de producto. "Cuando quieres ampliar el catálogo y trabajar con pantalones, abrigos o camisas todo se complica: los tiempos aumentan y los precios hacían inviable la apuesta".

Scuffers

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Esto les obligó a dar el salto a China: "Allí disponen de toda la maquinaria que Portugal y España no tiene y permite reducir tiempos mientras no comprometes la calidad", defienden. "Esto nos ha permitido dar un salto cualitativo en cuanto a variedad de catálogo y romper todos los límites operativos que se nos planteaban en Portugal".

Con lo que sí se mantienen firmes es la cercanía con el producto: "En este camino, apostamos por los agentes que nos daban mayor transparencia en todo ese proceso de fabricación.Tenemos contacto directo con fábrica y también a través de intermediarios que nos aportan toda la fiabilidad que buscamos".

… A unas ventas que parecen no tener techo

"El cierre de 2021 tuvimos un volumen de facturación de 600.000 euros lo que nos llevó a darnos cuenta de que la marca dejaba de ser un proyecto para ser una realidad con una larga trayectoria por delante".

Unos cálculos que se quedarían cortos para lo que estaba por acontecer en 2022, cuando cerraron el año con un crecimiento de las ventas del 317%, hasta los 2,5 millones de euros

Y las buenas previsiones siguen: "En lo que va de este año y hasta la fecha, estamos experimentando un crecimiento del 240%, lo que nos acerca a nuestros objetivos de facturación este año". Esto implica alcanzar los 6 millones de euros.

Una facturación que logran únicamente a través de un potente canal online que, sin embargo podría convivir con la apertura de la primera tienda física en Madrid y la intención de abrirse a nuevos canales.

Estos planes vienen, eso sí, con una red flag: "Este crecimiento queremos que siga siendo a través de canales propios y no mediante tiendas multimarca. Queremos cuidar mucho ese aspecto de experiencia de compra". 

El empuje, en cualquier caso, viene dado por un robusto mercado nacional —con un peso del 55%— y de un más que ambicioso marco internacional. Este último representa el 45% de las ventas, con gran atención a Alemania —con un 15% de ellas—, seguido de Reino Unido, Francia o Países Bajos.

Con todo, son Javier y Jaime los que mejor defienden que lo cabe esperar con Scuffers es, precisamente, no saber cómo de alto puede llegar: "Tener el cielo como techo, uno que, de momento, parece no tener fin y ojalá siga siendo así". 

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