Se mudaron a barcos y casas flotantes y descubrieron un mundo de aventuras y gastos ocultos

Amanda Goh
| Traducido por: 
Composite image of millennials.

Kate Fincham/mylittlehouseboat; Brandon Jones y Sarah Spiro/keepingafloatwiththejoneses; Lily y Dylan Rose/Aboard Andante

  • Olvídate de comprar una casa en tierra firme: hay quien prefiere los ríos y lagos.
  • Aunque este estilo de vida tiene sus ventajas, no es necesariamente más barato que tener una casa en tierra.

Mudarse a su casa flotante de 33 metros cuadrados hace un año fue un sueño hecho realidad para Sarah Spiro y Brandon Jones.

La casa, situada en el lago Fontana, en Carolina del Norte (Estados Unidos), tiene un interior tipo loft con techos altos y ventanas por todas partes.

"Me encanta que, estés haciendo lo que estés haciendo, puedas mirar por la ventana y disfrutar de una vista súper tranquila, aunque estés fregando los platos", explica Spiro, de 27 años, a Business Insider.

La pareja construyó una casa flotante en medio de un lago de Carolina del Norte.
La pareja construyó una casa flotante en medio de un lago de Carolina del Norte.

Brandon Jones y Sarah Spiro/keepingafloatwiththejoneses

Spiro y Jones se gastaron 90.000 dólares (83.000 euros) en construirla y afirman que les habría resultado difícil comprar una casa en tierra por ese precio. Pagan 5.000 dólares (4.600 euros) anuales de amarre por su casa flotante.

Ahora, no se imaginan volver a la vida en tierra.

"Supongo que depende de la persona, pero nosotros nunca volveríamos atrás", asegura. "Es mejor que vivir en tierra".

Brandon Jones y Sarah Spiro construyeron una casa flotante en un lago.
Brandon Jones y Sarah Spiro construyeron una casa flotante en un lago.

Brandon Jones y Sarah Spiro/keepingafloatwiththejoneses

Vivir en el agua

Vivir en el agua está de moda en las redes sociales, donde ha dado lugar a hashtags populares como #houseboat y #narrowboatlife, y ha contribuido a dar visibilidad a creadores como Adam Lind, de @adam.floatinghome.

También forma parte del movimiento por una vida alternativa, en el que la gente opta por alojarse en casas diminutas, casas sobre ruedas u otras formas de vivienda en lugar de las casas tradicionales de ladrillo y cemento.

Es difícil obtener datos sobre el número de personas que viven en casas flotantes, barcos habitables y embarcaciones estrechas, ya que no existe una única autoridad responsable del seguimiento de todas estas formas de vivienda.

Sin embargo, los datos a escala regional sugieren que este estilo de vida sigue siendo bastante exclusivo.

Según John McPherson, agente inmobiliario de Portland Floating Homes, en 2023 se registraron 70 ventas de casas flotantes en el Regional Multiple Listing Service (RMLS), que cubre la zona de Portland y una parte importante del noroeste de Oregón.

En el caso de los barcos habitables, el inventario estadounidense es mayor en las ciudades de Portland y Seattle, con una media de 47 y 23 anuncios mensuales en 2023, respectivamente, según los datos facilitados por Realtor.com.

Las siguientes ciudades con más anuncios de casas flotantes son Scappoose (Oregón), Sausalito (California) y Johns Island (Carolina del Sur), cada una de ellas con entre cinco y diez anuncios mensuales en 2023, según datos de Realtor.com.

Lily y Dylan Rose se mudaron a su barco vivienda en el lago Unión, en Seattle, en junio de 2019.
Lily y Dylan Rose se mudaron a su barco vivienda en el lago Unión, en Seattle, en junio de 2019.

Lily y Dylan Rose/Aboard Andante

También es difícil encontrar datos completos sobre la tendencia en el resto del mundo.

La organización Canal & River Trust, que se ocupa de 3.200 kilómetros de canales y ríos en Inglaterra y Gales, declara a Business Insider que hay unas 34.760 embarcaciones en sus vías navegables. De ellos, el 21% se describen como gentte que hace "vida a bordo".

Un mercado inmobiliario castigado empuja a la gente a buscar alternativas

Elizabeth Earle vive en una embarcación estrecha que compró por 35.000 libras, unos 40.800 euros, en 2022. Anteriormente explicó a Jordan Pandy, de Business Insider, que ese estilo de vida era la forma menos costosa para ella de comprar una casa en Reino Unido.

"El precio de una casa en Inglaterra es un poco ridículo en este momento", comentó Earle, de 34 años. "Incluso si eres capaz de ahorrar 200 libras (233 euros) al mes, ¿cómo vas a ahorrar 20.000 libras (23.300 euros) para una hipoteca? Parece tan inalcanzable comparado con cómo lo hacían nuestros padres".

Earle es feliz viviendo en un barco y no tiene planes de mudarse a tierra.
Earle es feliz viviendo en un barco y no tiene planes de mudarse a tierra.Elizabeth Earle

Los comentarios de Earle son válidos para gran parte de su generación en todo el mundo.

Los millennials están cargados de deudas, luchan por aumentar su patrimonio neto y se están quedando fuera de las ciudades. Algunos se van a vivir con sus padres porque no pueden permitirse vivir solos.

La vivienda también se encarece. En Estados Unidos, la mayoría de las previsiones apuntan a que el precio de la vivienda podría subir entre un 1,4% y un 4,1% en 2024.

3 gráficos que muestran que el drama de la vivienda es más grave fuera de España (y uno que lo desmonta)

Y aunque puede que los millennials sean los que más están sufriendo en el mercado inmobiliario, hay personas de todas las edades que buscan una vida en el agua.

"Lo que he observado es que muchos compradores tienen 40, 50 o 60 años. Algunos rondan los 70", afirma McPherson.

A menudo se trata de personas que quieren hacer algo específicamente para ellos ahora que son mayores, que es disfrutar del río, las vistas y la navegación, añade.

"La vivienda se ha vuelto cada vez más inasequible para muchos estadounidenses debido a los altos precios históricos unidos a unos tipos hipotecarios que se acercan al 8%", explica a Business Insider Daryl Fairweather, economista jefe de Redfin. "Esto se debe principalmente a la intensa escasez de oferta de vivienda en EEUU: nos faltan millones de casas, lo que está disparando los costes".

Una encuesta reciente de Realtor.com también reveló que más de la mitad de los potenciales compradores de vivienda estaban reconsiderando sus planes de comprar una casa, afirma a Business Insider Hannah Jones, analista senior de investigación económica de Realtor.com.

"La barrera relativamente alta a la propiedad de la vivienda puede empujar a los posibles compradores a alquilar durante más tiempo o a buscar otras formas de vida para ahorrar dinero para la compra de una casa", comenta Jones.

Spiro posa en una plataforma flotante donde la pareja planea construir su casa.
Spiro posa en una plataforma flotante donde la pareja planea construir su casa.

Brandon Jones y Sarah Spiro/keepingafloatwiththejoneses

Costes ocultos

Pero si el objetivo es recortar gastos, puede que la vida en el agua no sea la solución.

"Yo no diría que tener una casa flotante es mucho más barato que tener una casa normal en tierra, pero es una alternativa mucho más barata a tener una propiedad frente al mar en Portland", afirma McPherson.

El seguro del hogar de una casa flotante suele costar el doble que el de una casa normal en tierra, explica McPherson. La mayoría de los propietarios de casas flotantes también tienen que pagar una cuota mensual para alquilar o mantener la zona de amarre en la que se encuentra la casa.

Además, el flotador –la parte de la casa flotante que equivale a los cimientos– se deteriora con el tiempo, explica McPherson.

"Dependiendo de lo que haya que hacer, el mantenimiento puede costar unos 10.000 dólares (9.200 euros)", afirma McPherson. Si un flotador es demasiado viejo, hay que sustituirlo, y no es una tarea que pueda hacer uno mismo.

"Actualmente, sustituir un flotador puede costar entre 80.000 y 130.000 dólares (entre 73.700 y 120.000 euros), o incluso más, dependiendo del tamaño de la casa y de lo que haya que hacer exactamente", señala.

Laura Woodley, de 35 años, pidió un préstamo para comprar una embarcación estrecha en Reino Unido en 2020. Sus amortizaciones cuestan unas 650 libras, u 758 euros, al mes.

Woodley afirma que la vida en un barco estrecho no es para todo el mundo.
Woodley afirma que la vida en un barco estrecho no es para todo el mundo.Laura Woodley

"Mucha gente piensa que vivo en un barco para ahorrar dinero, pero en realidad gasto más que cuando alquilaba, aunque ahora vivo sola en vez de con compañeros de piso", declaró Woodley anteriormente a Business Insider.

La licencia del barco, los gastos de calefacción y los costes de mantenimiento suman aproximadamente otras 425 libras (495 euros) al mes, y eso sin contar los desembolsos de emergencia.

"Hace un par de inviernos, se me cayó la mitad de la chimenea y se rompió la calefacción, y tuve que pagar 700 libras (816 euros) para arreglarla", explica Woodley. "Vivir en una embarcación estrecha no es tan sencillo como tener una serie de gastos mensuales fijos como si vivieras en una casa".

El valor del estilo de vida y la comunidad

Aparte del dinero, el estilo de vida tiene sus ventajas.

La casa flotante de Fincham está en un puerto deportivo con otras casas flotantes.
La casa flotante de Fincham está en un puerto deportivo con otras casas flotantes.Kate Fincham/@mylittlehouseboat

"Es un modo de vida muy sereno y tranquilo en comparación con el centro", explica a Business Insider Kate Fincham, de 35 años. Su casa flotante está amarrada en Bluffers Park Marina, a unos 30 minutos del centro de Toronto.

"Hay muchos bosques y senderos junto al agua, y también dos playas", añade Fincham. Fincham pasa las mañanas de verano recorriendo el lago en kayak.

Un pájaro posado en un muelle junto a una casa flotante.
Un pájaro posado en un muelle junto a una casa flotante.

Lily y Dylan Rose/Aboard Andante

Lily Rose, de 32 años, vive en una casa flotante en el lago Union de Seattle con su marido Dylan.

"Los patitos y los polluelos nos visitan a finales de primavera y principios de verano, y eso es lo que más nos gusta de nuestra casa flotante", cuenta Rose.

"Disfrutamos sacando nuestras paddleboards para un almuerzo rápido durante la semana o navegando hasta el extremo sur del lago Union en nuestro pequeño Boston Whaler de 3,3 metros para ver las carreras de veleros Duck Dodge en verano", añade Rose.

La pareja tiene acceso directo al lago desde su casa flotante.
La pareja tiene acceso directo al lago desde su casa flotante.

Lily y Dylan Rose/Aboard Andante

Para Fincham, la comunidad y la libertad que ha encontrado en el estilo de vida de una casa flotante son muy valiosas.

"Creo que siempre es inspirador que la gente piense: 'Oh, no tengo que ahorrar para comprarme un piso' o lo que sea. También hay otras formas de vivir", afirma Fincham.

Fincham frente a su casa flotante durante el invierno.
Fincham frente a su casa flotante durante el invierno.Kate Fincham/@mylittlehouseboat

La vida en una casa flotante le ha ayudado a estrechar lazos con sus vecinos.

"Los vecinos estamos muy unidos, y siempre hay actividades y noches de juegos, noches de cine, o gente que va a cenar junta", explica. Cuando vivía en una casa en el centro, apenas conocía a la gente que vivía a su alrededor.

"Hay que saber adaptarse a los golpes", afirma Fincham. "A veces no es la forma de vida más fácil, pero siempre pienso que, para mí, es la mejor".

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