Una nueva investigación llevada a cabo por el Karolinska Institutet en Estocolmo (Suecia) ha estudiado el vínculo que existe entre las proporciones de dos transportadores de lípidos en la sangre y los futuros eventos cardiovasculares.

En concreto, el estudio llevado a cabo en población escandinava y publicado en PLOS Medicine, analizó la relación entre las proporciones apoB / apoA-1 y la incidencia de ataques cardíacos no fatales, accidentes cerebrovasculares y mortalidad cardiovascular (MACE).

La principal conclusión del estudio es que las personas con niveles más altos de apoB y niveles más bajos de apoA-1 tienen casi 3 veces más probabilidades de sufrir un ataque cardíaco que aquellos con proporciones más bajas de apoB a apoA-1.

Para el informe se utilizaron datos de la cohorte AMORIS, una base de datos que contiene registros de salud que incluyen análisis de muestras de sangre y orina de personas en Suecia entre 1985 y 1996. Los participantes eran un total de 137.100 hombres y mujeres de entre 25 y 84 años sanos.

Los científicos analizaron niveles de apoB, niveles de apoA-1, colesterol total, triglicéridos y glucosa en suero. 

Los tiempos de seguimiento promedio fueron de 17,8 años durante todo el período de estudio de 30 años. Durante este tiempo, se habían producido 22.473 MACE, incluidos 8.567 ataques cardíacos no mortales, 8.194 accidentes cerebrovasculares no mortales y 5.712 muertes cardiovasculares.

A partir de su análisis, se concluyó que cuanto más alto era el nivel de apoB y más bajo era el nivel de apoA-1, mayor era el riesgo cardiovascular entre hombres y mujeres.

Las personas con valores más altos de apoB / apoA-1 multiplicaban por 3 sus papeletas de sufrir un ataque cardíaco, tenían casi un 70% más de riesgo de sufrir un evento cardiovascular importante y casi un 40% más de probabilidades de morir por causas cardiovasculares.

Los investigadores también encontraron que la proporción apoB / apoA-1 podría predecir eventos cardiovasculares incluso 20 años antes de que ocurrieran.

Marcadores de riesgo para el ataque cardiaco

El descubrimiento podría propiciar que las directrices futuras en torno a los factores de riesgo consideren la proporción de estos marcadores de lípidos en sangre. 

Otros marcadores de riesgo son la dislipidemia, o niveles anormales de colesterol y otros lípidos en sangre. Unido a las lipoproteínas de baja densidad (C-LDL), suman un mayor peligrro de enfermedades cardiacas. 

También se incluye el colesterol unido a lipoproteínas de alta densidad (HDL-C), que protege contra el riesgo de enfermedad cardiovascular; y apoB, que transporta el LDL-C y otros lípidos relacionados con las enfermedades cardiovasculares a los tejidos del cuerpo. El ApoA-1 transporta HDL-C.

Aunque estudios previos han señalado que la proporción entre los mencionados marcadores puede apuntar hacia el riesgo cardiovascular, por el momento las guías internacionales no incluyen esta medición. 

En la nueva investigación, esta relación se confirma.

"Los resultados muestran que cuanto mayor es el valor de apoB / apoA-1, mayor es el riesgo de infarto de miocardio, accidente cerebrovascular y necesidad de cirugía coronaria", dice Göran Walldius, autor principal y profesor emérito del Instituto de Medicina Ambiental, Unidad de Epidemiología, Karolinska Institutet.

"El estudio también mostró que el riesgo se amplificaba en presencia de niveles protectores bajos de apoA-1".

Además, la proporción apoB / apoA-1 puede detectar a aquellos individuos que tienen un LDL aparentemente normal o incluso bajo que pueden no ser detectados solo por LDL, no HDL o incluso por apoB solo.

Es el caso de personas con altos niveles de triglicéridos, síndrome metabólico, diabetes y obesidad que tienen riesgo de complicaciones cardiovasculares. 

Los límites del estudio

En cuanto a las limitaciones de la investigación, los autores destacan en primer lugar que no tenían acceso a todos los principales factores de riesgo cardiovascular de la cohorte completa. "Sin embargo, hubo un intento de compensar esto mediante el uso de análisis de validación de cohortes de investigación adicionales", destacan. 

Tampoco tuvieron información sobre los fármacos recetados durante el período de medición, lo que pudo reducir la fuerza de la asociación entre las proporciones apoB / apoA-1 y los eventos cardiovasculares.

No obstante, por su largo período de seguimiento y la gran cantidad de eventos destacan que es un estudio de buena calidad llevado a cabo en una gran población de pacientes, y con una razonable proporción de mujeres. 

Hay que tener cuidado: al haberse realizado en una población mayoritariamente sana en Escandinavia, se debe tomar precaución a la hora de extrapolar los resultados a otros entornos.

La conclusión final de los autores es que apoB, apoA-1, y especialmente el cociente apoB / apoA-1, deberían ser considerados en futuras guías internacionales para pacientes donde los indicadores habituales de dislipidemia son menos efectivos para evaluación del riesgo cardiovascular. 

"La detección y el tratamiento tempranos de la dislipidemia pueden prevenir enfermedades cardiovasculares graves y salvar vidas", anotan los responsables de la investigación.