Vuelve el bipartidismo, Moreno gana 'a la Feijoo', el PSOE rechaza extrapolaciones y Vox se estanca: 4 tendencias de las elecciones andaluzas en clave nacional

Juan Manuel Moreno celebra el resultado de las elecciones andaluzas.
Juan Manuel Moreno celebra el resultado de las elecciones andaluzas.

REUTERS/Marcelo del Pozo

El Partido Popular ha cosechado por primera vez en su historia una mayoría absoluta en Andalucía. El Parlamento andaluz, así como la geografía de la comunidad autónoma, se han teñido de azul. Juan Manuel Moreno Bonilla no necesitarán de ningún otro grupo —Ciudadanos ha desaparecido y Vox se ha estancado— para gobernar la Junta hasta 2026.

Los resultados electorales de este 19 de junio arrojan varios titulares. Quizá uno de los más reseñables a nivel nacional es precisamente el esperado y asumido batacazo de los socialistas, que aunque han logrado mantener el tipo —31 escaños frente a los 33 que obtuvieron en 2018—, se han quedado por debajo del millón de votos.

Al inicio del recuento, fuentes de Ferraz ya deslizaban a los medios que no se debía hilvanar lo que arrojasen las urnas en Andalucía con la situación política a nivel estatal. Excusatio non petita que reflejaba cierto nerviosismo en el socio mayoritario del Gobierno. Con todo, las fuentes del PSOE no van desencaminadas.

Hasta las generales de 2023 todavía queda partido.

Juan Manuel Moreno adelanta a Ayuso con una campaña 'a la gallega'

Juan Manuel Moreno Bonilla volverá a presidir la Junta cuatro años más tras una campaña electoral que ha recordado a las que ya ha protagonizado Alberto Núñez Feijoo cuando era candidato a presidir la Xunta de Galicia. El PP de hoy es bien distinto al PP de hace tan solo unos meses. Pablo Casado dimitió tras perder una mano contra Isabel Díaz Ayuso. Pero hay estrategias que siempre vuelven.

Una es la de tener las siglas del partido bien pequeñas en el material de campaña. El logo del PP era apenas un apéndice al nombre en grande de Juan Manuel Moreno que se pudo leer en toda la cartelería electoral que desplegaron los populares desde hace dos semanas. "Gracias a Alberto Núñez Feijoo, que ha estado apoyando y entendiendo lo que es Andalucía", clamaba Moreno anoche.

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Ahora, esta campaña a la Feijoo se salda con una victoria sin paliativos, también a nivel interno. El presidente andaluz es ahora un barón más sólido dentro del PP que Isabel Díaz Ayuso. La lideresa madrileña no logró la mayoría absoluta en las elecciones anticipadas madrileñas del 4 de mayo del año pasado. El protagonismo de Ayuso en la campaña andaluza ha sido, de hecho, escaso.

Con todo, y a expensas de que el propio Feijoo siga encontrando su tono y estilo de oposición a nivel nacional, los socialistas que desde Madrid piden no ligar estos resultados electorales con lo que suceda en las elecciones generales del año que viene no piden nada extraordinario: Feijoo y el PP nacional no son Moreno Bonilla. Aunque ahora les gustaría parecerse algo más a él.

Espadas pide tiempo: "Desde ahora, soy jefe de la oposición"

El resultado electoral de los socialistas en la noche de este 19 de junio ha sido malo. Adriana Lastra, vicesecretaria general del partido, trató de quitar hierro al asunto anoche, incidiendo en una comparecencia ante los medios en que Moreno Bonilla había convocado las elecciones pensando en su propio interés electoral y no en el interés de los andaluces.

Más allá de esa falta de autocrítica, los socialistas batieron dos hitos al conseguir solo 31 escaños —33 en 2018— y quedarse por debajo del millón de votos por primera vez en su historia electoral andaluza. Tras haber gobernado la región durante casi 40 años de forma continuada, las siglas siguen arrastrando la mácula por los escándalos de corrupción de anteriores gobiernos de la Junta.

Hay quienes han hecho equivalencias entre el candidato Juan Espadas, exalcalde de Sevilla, y el excandidato madrileño de los socialistas, Ángel Gabilondo. Espadas, en ese sentido, pide tiempo. "Toca ser coherentes y trabajar desde el Parlamento de Andalucía". "Desde mañana [por hoy] soy jefe de la oposición".

Los conflictos internos en el PSOE, con la desarticulación de la corriente que apoyaba a Susana Díaz, puede hacer que los socialistas todavía necesiten de ese tiempo para reestructurarse y afianzarse en Andalucía, la que hasta ahora había sido uno de sus grandes bastiones.

Pero de la misma manera que Juan Manuel Moreno Bonilla no es Feijoo ni el PP andaluz es el PP nacional, tampoco Espadas es Pedro Sánchez, ni el PSOE andaluz es el PSOE a nivel nacional. Es prematuro hacer vaticinios sobre lo que ha pasado en Andalucía con lo que podrá pasar de aquí a unos meses.

Lo que Andalucía da, Andalucía quita: Vox conoce su techo electoral

Si es pronto para intuir qué podría pasar en unas elecciones generales en 2023, también lo es para saber qué sucederá con Vox. Aunque la fuerza de extrema derecha parecía en un imparable ascenso tras conseguir en las elecciones castellanoleonesas de febrero acceder al Gobierno regional de Mañueco, el efecto 'Macarenazo' que esperaban los de Santiago Abascal no ha tenido éxito.

Y es paradójico por una cosa. El primer parlamento regional al que pudo entrar Vox hace casi cuatro años fue precisamente el andaluz, en el que irrumpió en las elecciones autonómicas de 2018 con 12 escaños. Entonces el candidato fue Francisco Serrano, hoy apartado y sobre el que pesan investigaciones por fraude.

Esta vez la candidata era Macarena Olona. Se presentaba por un pueblo de Granada, una provincia en la que apenas ha celebrado actos de campaña. Sobre ella se ha sembrado la duda de la pertinencia y legitimidad de su empadronamiento en Salobreña. Se la ha tildado de paracaidista por concurrir en una provincia y una autonomía: la acusan de no conocer el territorio.

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Finalmente Vox pasa de 12 a 14 escaños. Aunque es una mejora, también representa un techo con el que no contaban. Al menos no todavía. La mayoría absoluta del PP, conquistada también por la fragmentación a la izquierda del PSOE, deja a Olona sin la posibilidad de formar parte del Gobierno de la Junta, algo en lo que confiaba.

Durante el escrutinio se ha llegado a dudar incluso de que la propia Olona acabe formando parte de su grupo parlamentario andaluz.

Ciudadanos desaparece y la izquierda se fragmenta: el hemiciclo vuelve al bipartidismo

Pocas horas antes de que comenzaran a escrutarse los votos, algunos sondeos deslizaban la posibilidad de que en el Parlamento lograsen mantenerse al menos un escaño de Ciudadanos y que irrumpiera una fuerza provincialista como Jaén Merece Más, una candidatura al estilo de Teruel Existe, de la plataforma por la España vaciada.

No ha sido así. Juan Marín, hasta mediados de julio todavía vicepresidente de la Junta andaluza, ya ha anunciado que presentará este lunes su dimisión de todos sus cargos orgánicos en Ciudadanos, aunque ha abierto la puerta a continuar como afiliado de base en la organización que hoy dirige Inés Arrimadas.

La posibilidad de que Moreno Bonilla, que ha gobernado cómodo estos cuatro años con los consejeros de Ciudadanos, rescate a algunos de los mismos para su futuro gabinete, no se desdeña.

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Entre tanto, la izquierda a la izquierda del PSOE corrobora su sangría, cayendo de 17 escaños a 7, repartidos en 5 de Por Andalucía (una confluencia protagonizada por Izquierda Unida y Más País, con el apoyo de Podemos) y Adelante Andalucía (el partido alumbrado por Teresa Rodríguez, exdirigente de Unidas Podemos en la región).

La entrada de Adelante con dos escaños en el Parlamento también consolida las aspiraciones de la primera fuerza soberanista y anticapitalista que llega a las instituciones autonómicas. El politólogo Jesús Jurado advertía en una reciente entrevista en cómo un andalucismo cultural está transformando a la juventud andaluza, y que sus efectos no se podrían medir en esta convocatoria electoral.

Los embates entre ambas formaciones de izquierdas no han cesado incluso después del cierre de los colegios electorales, con dardos de la candidata de Por Andalucía, Inma Nieto, a la de Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez, y viceversa. Lo singular es que de haber confluido ambas formaciones en una única candidatura, habrían puesto en peligro la mayoría absoluta del PP.

En otras palabras: de haber ido juntas Por Andalucía y Adelante Andalucía, el Gobierno de Moreno Bonilla se vería empujado con Vox a pactar un Gobierno de coalición, o a esperar, al menos, una mayoría simple de más síes que noes en la segunda votación de la Cámara andaluza. Con los datos escrutados por encima del 99%, la única cosa que queda clara es que el bipartidismo ha vuelto.

Si en 2018 el parlamento quedó fragmentado en cinco grupos de similares fuerzas, PP, PSOE, Cs, Adelante y Vox, esta vez la mayoría absoluta del PP seguida del PSOE deja sin muchas opciones al resto de formaciones.

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