El Banco de España alerta sobre los 5 grandes problemas de la economía española

Los problemas de la economía española

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  • El Banco de España sentencia que la economía española tiene buena salud, pero no hay que desatender los retos estructurales que impiden un mayor crecimiento. 
  • La productividad estancada, los niveles elevados de deuda y déficit públicos o la enorme tasa de desempleo estructural (11%) son algunos de ellos. 

La economía va bien, dice el Banco de España, pero hay problemas estructurales que no deben pasar desapercibidos. 

La inflación se modera a paso de tortuga (3,3% es el dato de abril en España), sin sobresaltos para los bancos centrales. El alza de los tipos de interés (el Banco Central Europeo los ha fijado en el 4,5%) ha tenido un impacto limitado en el crecimiento. La economía española (medida a través del PIB) ha crecido un 2,5%, superior a los pronósticos y por encima del resto de la zona euro. Estas son las líneas maestras que articulan el análisis sobre el estado de la economía española del Informe Anual del Banco de España (BdE) para 2023. 

Sin embargo, avisan, la buena coyuntura no puede evitar que veamos los problemas estructurales que planean sobre la economía española de cara al futuro. 

Estos son los retos y las oportunidades que pueden "condicionar" el crecimiento: no hay convergencia de la renta per cápita española con el resto de Europa, la productividad sigue estancada, los niveles de deuda y déficit públicos todavía son elevados, la tasa de desempleo estructural es demasiado alta y las dificultades para el acceso a la vivienda son cada vez mayores. 

La condenada productividad 

La condenada productividad. La productividad, una condena para la economía española desde hace décadas, desde la explosión del sector turístico y la falta de un sector industrial y tecnológico fuerte que permita absorber el trabajo cualificado y el capital humano que produce el país. 

El informe del Banco de España advierte: "Las ganancias de la productividad son el principal motor del crecimiento económico a largo plazo" de un país. Este factor es esencial para una economía desarrollada, y en España es una de nuestras mayores flaquezas. 

El crecimiento de la productividad en España fue un 13% inferior al de Alemania entre 2000 y 2022, y un 17% inferior al observado en Estados Unidos para el mismo periodo. Eso repercute en otros problemas estructurales de la economía. El escaso avance de la productividad contribuye a la alta tasa de paro estructural y al bajo nivel de la renta per cápita española con respecto a otros países de la Unión Europea. 

El problema de la productividad está compuesto de muchos otros más pequeños que terminan por afectar de manera significativa el crecimiento. 

Las empresas españolas son muy pequeñas 

Este es uno de ellos. Las empresas de mayor tamaño suelen presentar niveles de productividad más elevados. Las más pequeñas están menos diversificadas que sus competidoras de mayor tamaño y eso afecta a la productividad de las mismas. En España, las pequeñas empresas son muchas más que en nuestro entorno. El 77% de las empresas españolas tenían en 2021 entre uno y cuatro trabajadores. Alemania ese porcentaje es de 63%, y en Francia de 70%. 

Consejos del BdE: reducir la cantidad y la calidad de la regulación de la actividad económica. Mejorar el proceso de asignación de licitaciones públicas (intentar que los contratos públicos no vaya siempre a empresas grandes). Facilitar el acceso de las empresas españolas más jóvenes e innovadoras a fuentes de financiación no bancarias como el capital riesgo. 

Desaprovechar el capital humano

"A pesar de la mejora que se ha producido durante las últimas décadas, el nivel formativo de la población española sigue siendo inferior a la media", asegura el informe del BdE. España sigue siendo uno de los países europeos con mayores tasas de abandono escolar, y lo mismo se puede decir el porcentaje de personas con bajo nivel educativo (29% entre los trabajadores españoles, frente al 12% de Francia). 

También existe un problema de inadecuación entre la oferta de capital humano y la capacidad de la economía de absorber ese capital. Trabajadores muy cualificados en áreas que no tienen demanda suficiente (carreras de letras) o cuyos salarios no están a la altura de otros países de la eurozona (carreras más tecnológicas). 

Consejos del BdE: seguir impulsando la permanencia en el sistema educativo, el desarrollo de una Formación Profesional de calidad y la adaptación de la formación universitaria a las demandas del mercado. Mejorar la educación financiera de la población mediante políticas públicas. 

Falta de inversión en innovación 

En el período entre 2018 y 2020, solo un 31% de las empresas innovaron, frente a una media europea del 49%. Los gastos en innovación representaron un 1,4% del PIB, muy por debajo de lo que se observó en 2022 en países como Alemania (3,1%). El resultado es una falta crónica de activos intangibles, que son el oro del presente tecnológico. 

Consejos del BdE: un marco regulatorio y un entorno institucional estable que aporte seguridad jurídica a los inversores. Facilitar el acceso a financiación externa. Seleccionar de manera rigurosa los proyectos de inversión que se ejecuten con los fondos europeos. 

Un marco institucional muy mejorable 

La confianza en las instituciones es esencial para el buen desarrollo de cualquier economía. También de la española. El Banco de España asegura que desde la crisis financiera de 2008 se ha producido una caída en la confianza y en la calidad institucional de España. 

Consejos del BdE: mejorar las regulaciones que afectan a las empresas. Mejorar la eficiencia de las distintas administraciones públicas y la coordinación que hay entre ellas. 

Envejecimiento poblacional

El envejecimiento de la población es uno de los mayores desafíos a los que se enfrentan las grandes economías en los próximos años. Las implicaciones de estos cambios en el crecimiento de la economía y en las dinámicas del mercado laboral son enormes. Influir sobre estas dinámicas poblacionales es uno de los mayores retos que enfrenta la sociedad española. 

Consejos del BdE: promover la prolongación de la vida laboral mediante el refuerzo de la formación continuada y otras políticas. Favorecer el aumento de la tasa de maternidad. Evaluar la sostenibilidad financiera del sistema público de pensiones. 

Bolsas de vulnerabilidad en los hogares

La desigualdad de la renta ha disminuido de forma significativa en nuestro país, asegura el Banco de España, y eso afecta a la productividad y a la capacidad de crecimiento de la economía española. Gran pare del problema está relacionado con las dificultades para el acceso a la vivienda. 

Consejos del BdE: atacar la desigualdad es una batalla con muchos frentes, como facilitar el acceso a una vivienda digna, reducir el paro estructural y mejorar el sistema educativo. 

La deuda pública 

La pandemia disparó en 2022 la deuda pública hasta el 120% del PIB. Desde entonces, ese porcentaje se ha reducido hasta situarse por debajo del 108% a finales de 2023. Además, el déficit público de las administraciones públicas está en el 3,6%, inferior al objetivo fijado en el 3,9%, pero superior al que había antes de la pandemia, de 3,1%. 

Consejos del BdeE: estudiar los efectos sobre el mercado de trabajo y la competitividad de las empresas del incremento de las cotizaciones sociales. Analizar la evolución del ahorro privado para la jubilación y el nuevo marco de gobernanza fiscal europeo, "que pone más énfasis en la sostenibilidad de la deuda pública". 

La solución a estos problemas son políticas a largo plazo 

"Una estrategia integral de reformas ambiciosas con vocación de permanencia". Eso es lo que el Banco de España cree necesario para luchar contra estos problemas que acechan a la economía española desde hace décadas, y que ningún Gobierno ha conseguido atajar con éxito. La solución también pasa por dos programas puestos en marcha por las autoridades europeas: el Next Generation EU (NGEU) y el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR). 

España ya ha recibido del NGEU 37.000 millones de euros de los 163.000 millones que han sido asignados a España. El desembolso del resto de los fondos está vinculado a la consecución de una serie de objetivos relacionados con proyectos de inversión y reformas estructurales que tienen como límite el año 2026. El Banco de España insiste en la importancia de estos fondos por el potencial transformador que tendrían para el país si ejecutarán con rigor. 

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