6 señales de que tienes un jefe narcisista y qué hacer al respecto

Caitlin Taylor So
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Un ambiente de trabajo tóxico está llevando a muchos trabajadores a renunciar.

Malte Mueller/Getty Images

  • ¿Tienes un mal jefe? Puede ser una persona narcisista: dos expertos consultados por Business Insider esbozan las señales que los identifican. 
  • Las personas narcisistas —y especialmente los jefes— presumen de estar por encima de las normas e incluso a veces se pueden poner agresivos. 

Seguro que alguna vez has escuchado la expresión: "La gente no deja su trabajo, deja a su jefe".

Mientras que un gran número de personas efectivamente dejan el trabajo por causa de sus jefes, algunos no solo son malos jefes, sino que en realidad tienen un carácter narcisista que les hace ser difíciles de tratar. 

Un narcisista es un tipo de personalidad extremadamente egocéntrica, a menudo con un grandioso sentido de sí mismo, una necesidad constante de admiración, una tendencia a aprovecharse de los demás y una falta total de empatía.

Craig Malkin, psicólogo clínico, profesor de la Facultad de Medicina de Harvard y autor de Rethinking Narcissism (Repensar el narcisismo), describe a un jefe narcisista que tuvo una vez.

"Insistía en que me quedara regularmente hasta tarde en el trabajo con tareas triviales como cambiar el tamaño de las fuentes de los carteles", cuenta a Business Insider. "Estaba más interesado en controlarme y degradarme que en fomentar mi desarrollo profesional".

Es importante tener en cuenta que no todos los malos jefes tienen necesariamente un trastorno narcisista de la personalidad, pero, aun así, pueden mostrar rasgos y comportamientos narcisistas. Estas son las seis señales de que se tiene un jefe o encargado narcisista.

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Siempre son el héroe y nunca fallan

El jefe narcisista prospera en un entorno rodeado de personas que no paran de alimentar la imagen que tiene de sí mismo mediante el elogio o la admiración.

Amy Morin, psicoterapeuta y autora de 13 Things Mentally Strong People Don't Do (13 cosas que no hacen las personas mentalmente fuertes), afirma que es probable que el jefe narcisista se lleve todo el mérito de los éxitos de la empresa.

"Por ejemplo, el jefe puede actuar como si él personalmente te diera tiempo libre extra en las vacaciones, cuando en realidad fue una decisión de sus superiores", apunta Morin a Business Insider.

Este matiz les permite controlar cómo se les percibe y monopolizar los elogios.

"Imagínate al jefe que llega después de haber hecho un desastre y relatar a la junta directiva la angustiosa historia de cómo rescató el proyecto que él mismo había estropeado al llegar tarde con su parte del mismo", explica Malkin. "Naturalmente, omiten la última parte".

Se jactan de estar "por encima de las normas"

Los narcisistas suelen creer que no se les deben aplicar las mismas normas y expectativas.

"El mantra del jefe narcisista es que todas las reglas son directrices. Cuanto más narcisista es un responsable, más probable es que se sienta demasiado especial como para tener que limitar su propio comportamiento y tener que dar explicaciones a nadie, ni siquiera a Recursos Humanos", asegura Malkin.

El experto afirma que el jefe narcisista puede incluso funcionar con un horario totalmente distinto al de los demás trabajadores.

No tienen en cuenta las necesidades y el bienestar de sus empleados

Un jefe narcisista puede mostrar poca preocupación por los problemas que puedan surgir en la vida de sus empleados. Suelen ser insensibles y desdeñosos con las circunstancias de los demás.

"Su falta de empatía puede ser muy perjudicial", afirma Morin. "Suelen decir que animan a la gente a tomarse tiempo libre en esas circunstancias, sin embargo, en la práctica, castigan a quienes lo hacen".

Malkin añade que establecer y atenerse a límites laborales estrictos es difícil, pero necesario con este tipo de jefes.

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No están dispuestos a escuchar críticas constructivas

Los jefes narcisistas no pueden ser molestados con retroalimentación constructiva.

"Cuanto más narcisista es una persona, más se siente amenazado su ego por la sugerencia de que ha pasado algo por alto o que directamente, no está bien", afirma Malkin. "En su mente, solo los simples mortales cometen errores".

Morin añade que la comunicación abierta y honesta es esencial para fomentar y mantener un entorno de trabajo sano. Si la gente tiene miedo de expresar cómo se siente de verdad y solo comenta lo que el jefe narcisista quiere oír, se cultiva una cultura de miedo y deshonestidad.

"Puede convertirse rápidamente en un lugar de trabajo tóxico, ya que la gente no se siente libre para compartir sus propias ideas o expresar cualquier preocupación sobre una estrategia que la empresa esté empleando", afirma Morin.

Nunca reconocen los logros de sus empleados

"Los jefes extremadamente narcisistas se resisten a reconocer el talento o los logros de los demás porque eso amenaza su sensación de que ellos, y solo ellos, merecen el protagonismo y el reconocimiento", afirma Malkin.

Si tienen que felicitar a alguien, se atribuyen a sí mismos el mérito del éxito ajeno, enmarcándolo en el contexto de su brillante liderazgo.

Utilizan la agresión verbal para intimidar

El narcisista utiliza la agresión verbal como táctica de manipulación. Levantar la voz o golpear la mesa con el puño son formas de silenciar e intimidar a los empleados. También puede utilizar la condescendencia y la luz de gas.

"Cuando tuve un jefe narcisista, me mantuve alejada en la medida de lo posible", asegura Morin. "Discrepar con ellos no suele servir de nada, ya que se enfadan y se vuelven hostiles. A menudo castigan a la gente por decir lo que piensa".

Lo mejor es no tomarse los arrebatos de un jefe narcisista como algo personal y pasar página lo antes posible, explica Morin.

Si esto te suena, los expertos aconsejan que la mejor opción de salir de esta situación es dejar el trabajo si es posible.

Chris Williams, ex vicepresidente de Microsoft de Recursos Humanos.

Morin lo afirma rotundamente: lo mejor es dejar el trabajo. Puede acudir a Recursos Humanos, pero eso puede dar lugar a una larga y dolorosa investigación.

No merece la pena intentar cambiar al jefe narcisista ni tratar de caerle bien; solo conseguirás salir más perjudicado en el proceso. En lugar de eso, aléjate de sus acciones y su comportamiento. Morin asegura que es mejor no decir nada negativo sobre por qué dejas el trabajo.

"Concéntrate en lo que puedes controlar: tu actitud y tu comportamiento cuando te vayas", añade Morin. "Cómo responda tu jefe no depende de ti y no está bajo tu control".

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