7 cosas que nunca deberías hacer según te levantas por la mañana

Una mujer mira por la ventana tras despertarse
  • Las rutinas matutinas no son iguales ni surten el mismo efecto en todas las personas.
  • Sin embargo, hay ciertas prácticas negativas que varios expertos y científicos recomiendan evitar.
  • Estas son 7 cosas que nunca deberías hacer según te levantas por la mañana.

No hay una rutina matutina que surta efecto para todo el mundo por igual.

Tal vez la tuya implica leer las noticias, beber agua o bailar música pop en ropa interior. Sin prejuicio alguno.

Dicho esto, hay ciertas prácticas matutinas que pueden hacer que tu día sea tremendamente improductivo.

Leer más: 14 hábitos comunes de las personas que comparten las personas más simpáticas y que caen mejor

En este artículo, hemos investigado lo que los científicos y otros expertos opinan sobre aprovechar al máximo (o al mínimo) los primeros minutos después del despertar.

A continuación, hemos recopilado 7 cosas que nunca deberías hacer según te levantas por la mañana

1. Posponer la alarma

Posponer la alarma

A veces (de acuerdo, cada día), tu alarma suena cuando aún no estás listo para afrontar el día. Resiste la tentación de posponer lo inevitable durante 5 ó 10 minutos.

Como asegura Timothy Morgenthaler, experto en la ciencia del sueño, a Jessica Orwig de Business Insider EEUU, "la mayoría de los especialistas en sueño piensan que posponer la alarma no es una buena idea".

Esto se debe en parte a que, si te vuelves a caer en un sueño profundo después de presionar el botón de posponer la alarma, estás entrando de nuevo en un ciclo de sueño que definitivamente no podrás terminar. Así que es probable que te despiertes aturdido en lugar de más fresco.

¿Una alternativa mejor? Calcula cuánto sueño necesitas cada noche y asegúrate de dormir esas horas.

2. Remolonear en la cama

2. Remolonear en la cama

Así que has evitado darle al botón de posponer la alarma (¡felicidades!) y ahora permaneces tendido sobre la cama. Usa ese momento para hacerte crecer lo máximo posible (físicamente).

De acuerdo con la psicóloga de Harvard Amy Cuddy, estirarse es una forma de aumentar la confianza cuando despiertas.

Aunque es difícil decir si las personas se sienten bien porque se estiran o viceversa, Cuddy explicaba durante una charla en el 92Y de Nueva York que las personas que se despiertan con los brazos formando una V "están súperfelices".

Por el contrario, aseguraba que hay pruebas preliminares de que las personas que amanecen embutidas en una bola fetal "se despiertan mucho más estresadas".

3. Mirar tu correo electrónico

3. Mirar tu correo electrónico

Si duermes cerca de tu teléfono móvil (y la mayoría de las personas lo hacen), es fácil darte la vuelta y comenzar a desplazar tu dedo sin pensar a través de tu bandeja de entrada.

No lo hagas.

Como Julie Morgenstern, autora del libro Nunca revise el correo electrónico por la mañana, explicaba en The Huffington Post, si comienzas la mañana de esta manera, "nunca te recuperarás".

"Esas interrupciones, esas sorpresas inesperadas, esos recordatorios y esos problemas son infinitos. Hay muy pocas cosas que no puedan esperar un mínimo de 59 minutos", asegura.

4. No hacer la cama

4. No hacer la cama

¿Por qué deberías hacer tu cama? Vas a deshacerla en cuanto vuelvas a dormir en ella más tarde.

Cierto. Pero, según Charles Duhigg, autor de El poder del hábito y Más listo, más rápido, mejor, hacer la cama se asocia con una mayor productividad durante el resto del día.

Nuevamente, no está claro si hacer la cama hace que seas más productivo o si las personas súperorganizadas tienen más tendencia a hacer su cama.

Pero Duhigg explica que hacer la cama es un "hábito clave" que puede provocar "reacciones en cadena que ayudan a otros buenos hábitos a afianzarse".

5. Beber café

5. Beber café

Si crees que no puedes funcionar hasta que te hayas tomado una taza de café, reconsidéralo.

Tu cuerpo produce naturalmente mayores cantidades de la hormona del estrés cortisol, la cual regula la energía, de 8 a 9 de la mañana. Por lo que, para la mayoría de las personas, el mejor momento para tomar café es después de las 9:30 de la mañana.

Si consumes cafeína antes de esa hora, tu cuerpo comenzará a adaptarse produciendo menos cortisol a primera hora de la mañana, lo que significa que estarás creando el problema que precisamente temes.

6. Prepararte para el día en la oscuridad

6. Prepararte para el día en la oscuridad

Mantener las luces apagadas puede parecer una forma más suave de hacer la transición de la noche al día.

Sin embargo, tu reloj biológico está diseñado para ser sensible a la luz y a la oscuridad, según Natalie Dautovich, de la Fundación Nacional del Sueño de EEUU, a The Huffington Post. Por lo tanto, prepararse en la oscuridad podría indicar al cuerpo que aún es de noche y puede hacer que te sientas aún más aturdido.

Si todavía está oscuro afuera cuando te despiertas, Dautovich recomienda encender una luz fuerte, como las que se usan para tratar el trastorno afectivo estacional.

7. Funcionar sin ninguna rutina

7. Funcionar sin ninguna rutina

Tal vez te guste beber un vaso de agua. Quizás escuches algunas melodías. Tal vez llames a un amigo.

Estas actividades, en sí mismas, están bien, pero es mejor si las incorporas en algún tipo de rutina. Como, por ejemplo: despiértate, bebe agua mientras escuchas música, vístete y llama a un amigo de camino al metro.

Los científicos aseguran que nuestra fuerza de voluntad es limitada y, cuando la gastamos temprano en el día para decidir qué hacer a continuación, nos queda menos cuando necesitamos concentrarnos en el trabajo.

En su lugar, deja que tu cerebro funcione automáticamente por la mañana y conserva esos recursos mentales para cuando realmente los necesites.

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