7 síntomas físicos que indican que tienes una crisis de ansiedad

Lidiar con la ansiedad no tiene por qué significar que no puedas trabajar eficazmente.
  • La preocupación y el nerviosismo permanente son síntomas muy conocidos de la ansiedad.
  • Pero este trastorno también tiene su reflejo en el cuerpo de otras maneras.
  • Dado que la ansiedad conlleva niveles elevados de estrés de manera continuada, este puede provocar varias afecciones en el cuerpo como dolores de cabeza, problemas gastrointestinales o alteraciones en la respiración.
  • Descubre más historias en Business Insider España.

La ansiedad se relaciona rápidamente con problemas mentales.

La identificamos como una angustia constante en la que no existe espacio para la calma. La cabeza no para de dar vueltas, te sientes nervioso todo el tiempo y preocupado sobre temores de todo tipo, estén fundamentados o no.

Es natural sentirse de esta forma ante algún acontecimiento estresante. Es un mecanismo natural del cuerpo que lleva a reaccionar ante una situación que considera peligrosa. Si hace siglos podría ser escapar de las garras de un depredador, ahora puede ser encarar un plazo que se acaba para la entrega de un proyecto.

Pero a veces este sentimiento va más allá del temor que lo genera y la sensación de agobio es casi imposible de controlar hasta el punto de afectar a la vida cotidiana. En estos casos podría tratarse de un desorden de ansiedad generalizada, como explica la Clínica Mayo (EEUU).

Para estas personas, enfrentarse al día a día puede suponer todo un desafío.

Leer más: 11 consejos para controlar la ansiedad durante la pandemia del coronavirus

Pero la ansiedad no conlleva únicamente tener que lidiar con síntomas psicológicos, como una preocupación constante o una tendencia a asumir las situaciones y circunstancias como amenazadoras.

Este trastorno se manifiesta en el cuerpo de manera física. 

Aquí hay 7 síntomas físicos que podrían indicar que estás teniendo una crisis de ansiedad.

1. Náuseas, dolores de estómago o problemas gastrointestinales

Dolor de tripa

Los nervios se suelen reflejar de manera directa en el estómago. Las famosas mariposas de la tripa o las alteraciones del apetito son algunos ejemplos de hasta qué punto están relacionados el sistema digestivo y el estrés.

Dado que la ansiedad supone un estado permanente denerviosismo, esta suele reflejarse en afecciones gastrointestinales como la diarrea, las náuseas o la acidez estomacal.

El estrés continuado incluso puede alterar el estado de la microbiota, cambiando su composición o aumentando las bacterias menos beneficiosas y afectando al sistema inmune.

2. Tienes problemas para dormir

Una mujer no puede dormir por el calor.

Las preocupaciones suelen acompañarte a la cama e impedirte dormir, por lo que es frecuente que la ansiedad, y la angustia psicológica que conlleva, venga asociada a problemas de insomnio, como advierte el Instituto del Sueño

No solo puede impedirte dormir. Bajo este estado de nerviosismo también es posible que experimentes sueños intranquilos o te despiertes de manera continuada durante la noche.

El estrés, además, libera hormonas como la adrenalina o el cortisol, que pueden hacer más difícil que duermas bien.

3. Cansancio o fatiga permanente

sueño, cansancio

Otros de los síntomas físicos que puede generar la ansiedad es una sensación de fatiga o cansancio generalizado.

Lo que, en parte, puede deberse a los problemas de sueño que, como se ha visto, provoca este trastorno.

4. Dificultades para respirar bien

problemas para respirar

Niveles de ansiedad muy elevados o ataques de pánico pueden generar problemas para respirar o hiperventilación.

Como el estrés es una respuesta ante un peligro, el cuerpo reacciona ante esto bombeando más oxígeno a los músculos. De esta forma prepara al cuerpo para optimizar la huida. Este aumento de oxígeno supone tener que respirar de manera más acelerada para asegurar esa entrada de oxígeno en el organismo.

Un exceso de respiración puede llevar a la hiperventilación. Esta surge por una descompensación entre la cantidad de oxígeno y de dióxido de carbono que entra y sale del cuerpo.

Como apunta el blogMejor con Saludante esta descompensación el cerebro intenta equilibrar de nuevo la respiración a través de una orden de reajuste que podemos percibir como falta de oxígeno. Lo que puede generar, a su vez, una sensación falsa de ahogamiento.

5. Aumento de la frecuencia cardiaca

Salud del corazón.

Las alteraciones en la respiración que conlleva un ataque de ansiedad pueden hacer que el ritmo cardiaco se acelere, ya que el corazón debe trabajar más para hacer llegar ese aumento de oxígeno al cuerpo. 

A su vez, se sabe que las emociones también afectan a la frecuencia cardiaca. Así, cuando se siente miedo, enfado y por supuesto estrés, los latidos del corazón se aceleran, aunque esto no conlleva en principio riesgos para la salud, tal como remarca la Fundación Española del Corazón.

6. Sudores

Mancha de sudor.
Getty Images

Niveles muy elevados de nerviosismo pueden también hacer que el cuerpo aumente de temperatura, lo que de manera directa provocará que se activen las glándulas de sudoración.

Según aclara la doctora María Alejandra Rodríguez Zía, especialista en Endocrinología, en el portal Sipse, "cuando hay un aumento de la adrenalina, el sistema nervioso periférico es estimulado y las manos, plantas de los pies y axilas reaccionan", lo que provoca que estas zonas puedan estar más sudorosas.

7. Dolores de cabeza o musculares

dolor cabeza
Business Insider España

La ansiedad puede disparar los dolores de cabeza y las migrañas, como advierte la Clínica Mayo. 

También los dolores musculares, ya que estos tienden a tensarse como respuesta natural a esa llamada de alerta que es el estrés, explica la doctora especializada en ansiedad, Mona Potter, al medio SELF.

Si este estado de nerviosismo se prolonga durante mucho tiempo, como en los casos de ansiedad, puede hacer que zonas como el cuello o la espalda terminen resintiéndose.

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Business Insider.