Alemania vs. Francia: guerra europea por los coches de combustión

Un coche eléctrico repostando en un cargador público.

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  • Alemania lidera el grupo de los países europeos que no están de acuerdo con la extinción de los coches de combustibles.
  • En el lado opuesto se encuentra el bloque capitaneado por Francia, donde está España, que quieren aprobar la normativa y que Europa lidere el cambio hacia la reducción de los gases de efecto invernadero.

Desde que se formó el gobierno de coalición en Alemania, las cosas están muy revueltas en la Unión Europea. Los tres partidos que forman el Ejecutivo alemán no consiguen ponerse de acuerdo y tomar una decisión conjunta sobre las políticas europeas, y eso está salpicando al resto de países. Ahora, la gota que ha colmado el vaso es el rechazo del país germano a eliminar los coches de combustión.

Según informa Politico, tras una reunión en Estrasburgo, los principales ministros de los países amantes del automóvil, liderados por Alemania, afirmaron que es necesario modificar la normativa que prohíbe la venta de coches y furgonetas nuevos con motor de combustión para 2035. Esta norma ya está aprobada tanto en el Parlamento Europeo como acordada por los Estados miembros.

"No hay ninguna propuesta de la Comisión Europea que se corresponda con lo que esperamos, y por eso aún no hemos alcanzado nuestro objetivo", ha afirmado el ministro alemán de Transportes, Volker Wissing, tras la reunión.

Una decisión que Francia, líder del otro bloque donde también se encuentra España, no comparte. Ambos países han señalado que apoyarán el plan de emisiones cero de la UE para 2035, lo que les sitúa junto a un grupo de Estados más pequeños que ya se han comprometido a reducir drásticamente las emisiones de CO₂ de los turismos.

"Estamos dispuestos a luchar por ello, porque retrasarlo es un error medioambiental y también un error económico", declara el ministro francés de Economía, Bruno Le Maire. A este bloque pertenece Francia, España, Bélgica, Suecia, Dinamarca, Irlanda y Países Bajos.

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El bloque liderado con Alemania cuenta con el apoyo de Italia, Polonia, Bulgaria y la República Checa. Todos ellos están presionando a la UE para que se abra un resquicio legal para que los coches puedan funcionar con e-combustibles, una alternativa sintética y algo más ecológica a los combustibles fósiles que pueden utilizarse en motores de combustión convencionales.

La unión de estos 5 países tienen el peso suficiente como para vetar la aprobación de esta normativa y del resto de leyes sobre los gases contaminantes, denominadas Euro 7, así como normas de eficiencia del combustible para camiones.

Por el momento, Alemania ya ha movido ficha y ha intentado bloquear la iniciativa de la UE de eliminar progresivamente los vehículos de combustión. Este anuncio por parte del país germano llegó en un momento clave.

La Comisión estaba dispuesta a proponer una declaración jurídica que endureciera el lenguaje no vinculante al margen del texto acordado sobre las normas de CO₂ para coches y furgonetas en 2035, convirtiéndolo en un resquicio para los e-combustibles.

Que Alemania no acepte esta ley se debe a que su Ministerio de Transportes lo controla el Partido Democrático Libre, a favor de los coches. Según ellos, aceptar esta norma supondrá la sentencia de muerte para cientos de empresas especializadas en componentes para motores de combustión. 

"La propuesta de la Comisión estaba redactada tan suavemente que no se le podía sacar mucho partido", afirma Bernd Reuther, portavoz de política de transportes del FDP. "No queremos un compromiso tan vago".

La Comisión tiene poco margen de maniobra para llegar a un acuerdo, ya que el Parlamento Europeo ha dicho que no reabrirá el texto final acordado el año pasado. Tampoco queda mucho tiempo para maniobrar antes de las elecciones europeas del próximo año.

"Tampoco podemos dejarnos presionar por el tiempo, porque no fuimos nosotros quienes dejamos el asunto abierto durante meses", añade Wissing, argumentando que la Comisión debería haber solucionado la cuestión el verano pasado.

 

Alemania tiene claro lo que quiere: una legislación aparte para los e-combustibles que anule las normas de eficiencia del parque automovilístico. Sin embargo, en el hipotético caso de que este texto se elaborase, no hay garantías de que fuese aprobado por el resto de los países.

El ministro de transporte checo, Martin Kupka, declaró que los ministros favorables al motor confían en poder llegar a un acuerdo en los próximos días con la Comisión, que incluya "una exención jurídicamente vinculante por otras vías, no con la reapertura de la legislación".

Sin embargo, el bloque capitaneado por Francia no está dispuesta a dar su brazo a torcer después de llevar negociando casi 2 años para sacar adelante esta normativa y que le queda el último paso, el visto bueno formal de los ministros para convertirse en ley.

"Desde el punto de vista económico es incoherente, desde el punto de vista industrial es peligroso, no redunda en nuestro interés nacional, no redunda en interés de nuestros fabricantes nacionales y, sobre todo, no redunda en interés del planeta", declara Le Maire en relación con los intentos de paralizar el plan.

"Para los franceses, esta situación representa también una oportunidad", declaró un diplomático de un país favorable a la prohibición de los motores. "Cuanto más puedan contribuir a la idea de que Alemania va por libre, más se reforzará la opinión de que los alemanes son un socio poco fiable en Europa".

Francia quiere que todos los fabricantes de coches europeos den un salto inmediato hacia el vehículo eléctrico. Para ello, el país está concediendo ayudas estatales para la fabricación de baterías, algo parecido a lo que empezado a hacer España. Con esto, el bloque busca que Europa sea la líder mundial en reducción de gases de efecto invernadero. 

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