El apocalipsis del Cybertruck de Elon Musk

Adam Rogers
| Traducido por: 
El apocalipsis del Cybertruck de Elon Musk

Slaven Vlasic/Getty Images para The New York Times; Tesla, Inc.; Adobe Stock; iStock; Rebecca

  • Elon Musk cree que su Cybertruck, un coche terriblemente complejo, no sólo seguirá funcionando después de un colapso social, sino que será realmente útil. 
  • En realidad, eso dice bastante sobre el multimillonario y el tipo de apocalipsis que cree que se avecina: "Musk es lo bastante rico como para que su concepción de un apocalipsis sea algo que afecte a la gente normal y no a él".

En la mayoría de los aspectos, el argumento de venta del nuevo Cybertruck de Tesla no difiere en sus particularidades de la propuesta de valor de cualquier otra pick-up o SUV. Está diseñado para ser duro: pesado, alto, de aristas afiladas. "Si alguna vez estás en una discusión con otro coche", aseguró Elon Musk a todos en el evento de lanzamiento del vehículo la semana pasada, "ganarás". No importa que una colisión frontal a sólo 60 km/h parezca suficiente para aplastar la parte delantera del coche y romper su eje trasero.

Sin embargo, a diferencia del Cybertruck, su argumento de venta tiene una curvatura: Musk ha dicho todo el tiempo que está diseñado para ser tu vehículo para el 'Fin del Mundo'. "A veces tienes esas vibraciones de fin de la civilización", explicó en la presentación. "El apocalipsis podría llegar en cualquier momento, y aquí en Tesla tenemos la mejor tecnología para el apocalipsis".

Como señalaron muchos analistas, parece una tontería. Cuando todo se venga abajo y los centros comerciales no resistan, ¿dónde vas a recargar un coche eléctrico? Pero aunque es fácil criticar a Musk por su estrafalario milenarismo, vamos a detenernos un momento y tomarle la palabra. Musk cree que su depredador tecnológico, terriblemente complejo, impulsado eléctricamente y diseñado en fábrica, no sólo seguirá funcionando después de un colapso social (apocalipsis nuclear, subida del nivel del mar, pandemia mundial, etc.), sino que será realmente útil. 

Eso dice bastante sobre Musk y el tipo de apocalipsis que cree que se avecina. Por lo visto, Musk cree que cuando llegue el final, él —y presumiblemente todos los propietarios de un Cybertruck— estarán a salvo en una especie de cúpula blindada, donde las luces seguirán encendidas y habrá champán gratis. ¿Y el resto de nosotros? No tanto. Como dijo un bromista en una red social que Musk no posee, "Musk es lo bastante rico como para que su concepción de un apocalipsis sea algo que afecte a la gente normal y no a él". 

Pero la visión del futuro de Musk es aún más distópica que eso. El Cybertruck está pensado esencialmente para el turismo postapocalíptico: para salir de la arcaica cúpula blindada repleta de armas e ir de compras a la ciudad distópica asolada por la peste, tal vez hacer un poco de glamping en la playa iridiscentemente tóxica más allá de los residuos radiactivos. Será divertido visitar esos lugares, porque poseer un Cybertruck significará que eres lo suficientemente rico como para no tener que vivir allí

Si crees en un apocalipsis con este tipo de camionetas, también debes creer que alguien mantendrá la infraestructura necesaria. Y que trabajarán para ti

Siempre es difícil saber si Musk habla en serio; es una especie de abismo profético. Pero el tipo tiene el apocalipsis en el cerebro. Ha afirmado que "es sólo cuestión de tiempo" que se produzca otra extinción causada por un asteroide como el que acabó con los dinosaurios (potencialmente cierto), que las bajas tasas de natalidad suponen "un riesgo mayor para la civilización que el calentamiento global" (no es cierto) y que un "virus mental despierto" es la razón por la que San Francisco parece haber sufrido un apocalipsis zombi (muy poco cierto). Puso en marcha SpaceX porque espera convertir a la humanidad en multiplanetaria como "copia de seguridad" en caso de que se produzca una catástrofe terrestre, como que la Tierra sea engullida por su sol en expansión (algo que no ocurrirá hasta dentro de al menos 5.000 millones de años). 

Pero últimamente el apocalipsis que más preocupa a Musk es aquel en el que la inteligencia artificial se vuelve lo bastante poderosa como para apoderarse del mundo y matar a todos los humanos. Eso le llevó a fundar Neuralink, una empresa de interfaces cerebro-ordenador con el objetivo de permitir que los humanos se mezclen con la IA, y a cofundar OpenAI, que en un giro que sólo ChatGPT podría amar ha pivotado hacia la creación de una inteligencia artificial lo suficientemente poderosa como para apoderarse del mundo y matar a todos los humanos. 

Elon Musk

La mentalidad apocalíptica encaja a la perfección con el amor de Musk por el largoplacismo, una ideología que afirma que puedes hacer prácticamente todo lo que quieras ahora mismo siempre que salves billones de vidas en un futuro lejano. De ahí el Cybertruck, el último símbolo de estatus para el fin de los tiempos. Si quieres justificar un mundo apocalíptico en el que te paseas en una camioneta de 61.000 dólares mientras los demás se comen a sus crías, éste es tu vehículo. Claro, todos esos perdedores hacinados en un piso 265 de Megacity One se pondrán celosos cuando pases junto a ellos en tu precioso, precioso coche. Pero lo único que hacen es sobrevivir. Tu trabajo, tu misión en realidad, es garantizar la continuidad de la civilización humana. Y para ello, vas a necesitar algo con cristales blindados, una carga útil de 1.100 kg y un interior "tan silencioso como el espacio exterior".

La ironía es que si realmente quieres algo apocalíptico —algo que haya matado o mutilado a millones de personas, que haya transformado el paisaje en algo inhumano y sombrío, que haya surgido de un pacto diabólico que prometía libertad y daba miedo—, ya lo tenemos. Son este tipo de camionetas tan populares en Estados Unidos. 

Apenas dos semanas antes del lanzamiento del Cybertruck, el Instituto de Seguros para la Seguridad en la Carretera de EEUU publicó nuevos datos que confirman lo que los investigadores del automóvil llevan años diciendo. La probabilidad de que una persona muera atropellada por una camioneta es un 45% mayor que en el caso de los vehículos más pequeños. Los lugares con más camionetas registran más muertes de peatones, al igual que las ciudades con más carreteras y menos transporte público. El número de peatones muertos en Estados Unidos se ha disparado un 80% desde 2009, gracias en gran parte al aumento constante del tamaño y las ventas de las pick-ups. Eso supone 20 muertos cada día. Y eso sin contar toda la contaminación atmosférica, la deforestación y el calentamiento global que los camiones están ayudando a alimentar. 

El (cyber)truckpocalipsis es ahora.

A principios del siglo XX, cuando los coches empezaron a estar al alcance de los estadounidenses medios, el argumento de venta se centraba en la libertad de movimiento. Pero con la llegada de las camionetas, el marketing ha cambiado. Las camionetas gigantes representan la seguridad, la protección de los pasajeros frente a un mundo cada vez más hostil. El Cybertruck lleva esta idea a su extremo más hilarante. No sólo aparca dentro de la cúpula blindada, sino que es la cúpula blindada. Y para que ese argumento de venta cuaje, los vendedores de las camionetas tienen que hacernos creer que el mundo es, de hecho, cada vez más hostil. Asegúrate de que todo el mundo puede comprar un arma, y luego vende a todo el mundo un coche blindado. 

Escritores como Ursula K. Le Guin o Ken Liu han expresado de diversas formas la idea de que toda distopía es, inevitablemente, la utopía de otra persona. Cuando el hombre más rico de la Tierra, constructor de naves espaciales, defensor de los asentamientos en Marte y apasionado por la política de derechas, empieza a decirte que pienses en lo que vas a conducir en medio de un ambiente de civilización tardía, vale la pena preguntarse dónde planea pasar él mismo los últimos días. Mi cerebro es aún más aficionado a la ciencia ficción que el de Musk, así que sé que el ciberpunk —el género con el que se identifica su ridículo coche— trata de los peligros de la tecnología descontrolada en un mundo aplastado por la desigualdad. Parafraseando al diseñador de juegos Mike Pondsmith: Cyberpunk es una advertencia, no un manual de instrucciones.

Además, el vehículo postapocalíptico perfecto no es una camioneta grande y fea. Es una bicicleta: ligera, fiable, fácil de reparar y de buscar piezas, capaz de transportar carga, que no necesita más energía que la tuya y tus calorías. Y lo que realmente nos hará superar un apocalipsis —o, preferiblemente, evitarlo— no es conducir un coche de guerra chapado en acero. Es trabajar juntos. La cooperación siempre ha sido el superpoder de la humanidad, cuando nos acordamos de utilizarla. La verdadera cúpula blindada son los amigos que hacemos en el camino.

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