Las 2 bacterias en tu intestino que te impiden ser feliz, según investigadores de Harvard

cerebro intestino
  • Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard revela vínculos entre determinadas bacterias intestinales y emociones positivas como la felicidad y la esperanza. 
  • Los resultados se publicaron en Psychological Medicine señalan en concreto a 2 tipos de bacterias presente en menores niveles en aquellas personas que declaraban sentirse más felices.

Los científicos cada vez tienen más claro que la manera en la que cuidas de tu microbiota intestinal podría tener un impacto directo en tu salud mental y cognitiva. Por algo el intestino se conoce como segundo cerebro

Puede que seas un 70% agua. Pero también eres un entorno en el que habita una vasta comunidad de microorganismos. No solo bacterias sino también virus, hongos y arqueas residen en el intestino. El microbioma intestinal, como se le conoce, pesa alrededor de 2 kilogramos, más que el cerebro humano de 1,4 kilogramos, y puede tener la misma influencia sobre el cuerpo.

Una creciente evidencia de estudios relaciona las bacterias intestinales con condiciones tan diversas como el autismo, la enfermedad de Alzheimer o de Parkinson. La variedad de estos microorganismos parece tener algo que ver asimismo con la ansiedad o la depresión. Es más, incluso podrían tener algo que decir en el estado de felicidad de una persona, según investigadores de Harvard.

Un nuevo estudio de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan dependiente de la prestigiosa universidad evidencia vínculos entre determinadas bacterias intestinales y emociones positivas como la felicidad y la esperanza

"Muchos estudios han demostrado que las alteraciones del microbioma intestinal pueden afectar al eje intestino-cerebro y provocar diversos problemas de salud, como ansiedad, depresión e incluso trastornos neurológicos", explica la coautora del estudio, la doctora Yang-Yu Liu, profesora asociada de Medicina de la Facultad de Medicina de Harvard.

"Es probable que esta interacción fluya en ambos sentidos: el cerebro puede influir en el intestino y el intestino puede influir en el cerebro. Las emociones que tenemos y cómo las gestionamos podrían afectar al microbioma intestinal, y el microbioma también podría influir en cómo nos sentimos", añade la primera autora, la doctora Shanlin Ke, en nota de prensa.

¿Está relacionado tu bienestar emocional con la salud intestinal?

En el nuevo estudio participaron 200 mujeres del Nurses' Health Study II. Las participantes, de mediana edad y en su mayoría blancas, rellenaron una encuesta en la que se les preguntó sobre sus sentimientos en los últimos 30 días. 

Las cuestiones incluyeron datos sobre emociones positivas (sentirse felices o esperanzadas sobre el futuro) o negativas (tristes, preocupadas, inquietas, desesperanzadas, deprimidas o solas).
Se evaluó además cómo gestionaban sus emociones. 

3 meses después, las mujeres proporcionaron muestras de heces, que se analizaron mediante secuenciación metagenómica. El equipo comparó los resultados del análisis microbiano con las respuestas a la encuesta, buscando conexiones.

"Algunas de las especies que aparecieron en el análisis se habían relacionado anteriormente con problemas de salud, como la esquizofrenia y las enfermedades cardiovasculares", explica Anne-Josee Guimond, coautora del estudio e investigadora postdoctoral en el laboratorio de Kubzansky. 

"Estos vínculos entre la regulación de las emociones y el microbioma intestinal podrían afectar a los resultados de salud física y explicar cómo influyen las emociones en la salud", añade.

El análisis descubrió que las personas que reprimían sus emociones tenían un microbioma intestinal menos diverso. Los investigadores también descubrieron que aquellas que declaraban sentirse más felices tenían niveles más bajos de la bacteria Firmicutes CAG 94 y de la bacteria Ruminococcaceae D16. Mientras que aquellas que mostraron emociones más negativas tenían más de estas bacterias.

"Me intrigaba que las emociones positivas y negativas tuvieran resultados similares en direcciones opuestas", afirma Kubzansky. "Es lo que cabría esperar, pero me sorprendió que lo viéramos".

Los resultados, publicados en Psychological Medicine también revelaron que las emociones negativas estaban vinculadas a una menor capacidad de actividad en múltiples acciones relacionadas con el metabolismo.

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