Bienvenido a la era de los superchips de Nvidia

Hasan Chowdhury
| Traducido por: 
Ilustración de los superchips de Nvidia.

Chelsea Jia Feng/Business Insider

  • Jensen Huang ha declarado el comienzo de la era de los "superchips". 
  • El CEO de Nvidia ha inaugurado una nueva etapa en el sector de la inteligencia artificial con la presentación de una nueva generación de chips.

Jensen Huang no tardó en llamar la atención del público cuando subió al escenario este lunes ante un auditorio repleto en un pabellón de 18.000 butacas de San José, en California (Estados Unidos): "Espero que os deis cuenta de que esto no es un concierto".

Al CEO de Nvidia no se le escapaba que estaba dando el pistoletazo de salida a un evento que se había comparado con Woodstock y que había atraído a estrellas como George Lucas, Trevor Noah o Kendrick Lamar

Pero Huang tenía una razón peso para hacer ese comentario. Se disponía a anunciar el comienzo de la era de los "superchips" de inteligencia artificial y a erigirse en su líder en un momento histórico para la compañía que él mismo cofundó en el año 1993.

Tal y como explicó la propia empresa, los chips de Nvidia ya se encuentran en el interior de los dispositivos que permiten a la humanidad ser testigo de la formación de estrellas en galaxias lejanas, hacer un seguimiento de fenómenos meteorológicos extremos o dirigir cirugías robóticas en quirófanos.

Aunque se hizo famosa diseñando tarjetas gráficas —GPU, por sus siglas en inglés— especializadas en renderizar imágenes para videojuegos, la compañía con sede en Santa Clara, EEUU, se ha transformado en un gigante de Silicon Valley que vale 2,2 billones de dólares —unos 2 billones de euros al tipo de cambio actual— diseñando microchips para el auge de la IA generativa.

La frenética demanda de sus chips H100, que constituyen la espina dorsal de la computación necesaria para alimentar todo tipo de aplicaciones (desde ChatGPT, de OpenAI; hasta Gemini, de Google), contribuyó a que la empresa alcanzase un récord de ingresos de 56.100 millones de euros el año pasado.

Ahora Huang está listo para convencer a los líderes tecnológicos de que Nvidia conoce el secreto de la próxima fase de la inteligencia artificial.

Nvidia inaugura la era de los superchips

Es difícil de imaginar lo indispensable que se ha convertido una compañía como Nvidia para las grandes tecnológicas que buscan sacar provecho de la explosión de la IA que comenzó con la llegada de ChatGPT.

Los microchips del fabricante, como el H100 (con un precio que oscila entre los 30.000 y los 40.000 euros), han sido buscados desesperadamente por otros CEO como Mark Zuckerberg o Sam Altman en los últimos meses, en medio de una escasez de oferta.

A pesar de la competencia que han ejercido empresas rivales como AMD, dirigida por Lisa Su (prima de Huang, el CEO de Nvidia), y de los diseños internos en los que trabajan las grandes tecnológicas, casi todas las organizaciones que trabajan en aplicaciones de inteligencia artificial generativa han optado por los chips de Nvidia.

Huang holds up two chips while speaking onstage at the GTC conference.

En parte, esto se debe al software CUDA desarrollado por la firma de Santa Clara, que facilita el uso de su hardware. También se debe a la reputación que Nvidia se ha labrado en la comunidad tecnológica al ofrecer microchips cada vez mejores y más rápidos cada pocos años para satisfacer —en el caso de la IA— unas demandas de carga de trabajo cada vez más complejas.

Eso ayuda a explicar por qué tantos líderes tecnológicos se han puesto a merced de Nvidia ante el lanzamiento de su nuevo chip.

Durante su discurso de apertura de la conferencia para desarrolladores que organizó su compañía, Huang reveló el B200, el sucesor del popularísimo H100. La "B" proviene de "Blackwell", por el estadístico estadounidense David Blackwell, y representa una mejora con respecto a su predecesor en todos los sentidos.

El B200 es cinco veces más rápido en inferencia, reduce 25 veces el coste y el consumo de energía, tiene 128.000 millones de transistores más que el modelo anterior y promete alimentar modelos de inteligencia artificial a escala de billones de parámetros, en lugar de los miles de millones que gestionan modelos como el Llama 2, de Meta.

La parte "súper" de los superchips también radica en el hecho de que el Blackwell es el resultado de la unión de dos GPU que funcionan como una sola.

"La IA generativa es la tecnología que define nuestro tiempo. Blackwell es el motor de esta nueva revolución industrial", aseguró el CEO de Nvidia.

El resto de la industria se ha deshecho en elogios hacia el B200, con un "quién es quién" de líderes tecnológicos pronunciando sus respectivos elogios: Michael Dell, Satya Nadella, Elon Musk, Larry Ellison, Andy Jassy, Altman, Zuckerberg...

En palabras de Pedro Domingos, profesor emérito de ciencias e ingeniería informática de la Universidad de Washington: "Es increíble ver a todos los CEO de gigantes tecnológicos besar el anillo de Jensen Huang".

Esto demuestra hasta qué punto Nvidia espera generar más expectación con la era de los superchips, pero todavía no está claro si lo conseguirá. La respuesta de los inversores al anuncio del fabricante fue tibia y el precio de sus acciones permaneció prácticamente invariable en las operaciones previas a la apertura de este martes.

Muchos se preguntarán cómo acabará siendo la demanda de un chip cuyo precio todavía no se ha revelado y si podrá igualar el furor por el H100 entre sus clientes potenciales de sectores que tienen más margen para apostar por la inteligencia artificial.

Por el momento, Huang tiene claro que la era de los superchips está aquí. El resto del sector de la IA tendrá que decidir si se une al CEO de Nvidia en esta nueva etapa o no.

Conoce cómo trabajamos en Business Insider.