China, Rusia y Brasil ya no quieren pagar en dólares: detrás de la guerra del dinero se esconde la nueva batalla por la hegemonía del nuevo orden mundial

Hasta hace poco, nadie les había prestado demasiada atención. Los líderes de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica se reunían cada año en la cumbre del grupo BRICS, lejos de los focos y sin generar mayor interés mediático en Occidente. Pero esta vez es diferente. 

De la última cita de estas 5 potencias emergentes, reunidas esta semana en Johannesburgo, hay una cosa clara: ahora, más que nunca, los BRICS están ganando protagonismo en el Nuevo Orden Mundial, y amenazan con arrebatarle la hegemonía a Occidente. 

"El sistema de gobernanza global tradicional parece estar fuera de servicio, incapacitado y ausente. La comunidad internacional espera ansiosamente que los BRICS desempeñen un papel de liderazgo", dijo en la previa de la cumbre el embajador chino en Sudáfrica, Chen Xiaodong.

Hay dos señales que hacen pensar esto: 

La primera, la enorme popularidad que están ganando: cada vez más países quieren formar parte del club de potencias emergentes. En la última cumbre han acordado abrir sus puertas a Argentina Arabia Saudí, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía e Irán, que formarán parte de los BRICS a partir del año que viene, lo que significa que el club abarcará al 46% de la población y el 36% del PIB mundial.

La segunda tiene que ver con la guerra del dólar, detrás de la cual se oculta la batalla por la hegemonía de la economía mundial. Los BRICS han decidido que ya está bien con el monopolio del billete verde, y en su lugar quieren sustituir los dólares por otra moneda de reserva.

"¿Por qué para hacer negocios con China necesito el dólar? Brasil y China tienen el tamaño suficiente para hacer negocios con sus monedas", criticaba el líder brasileño, Lula da Silva, en la cumbre. 

Durante casi 80 años, el dólar estadounidense ha dominado las reservas internacionales y ha sido la principal moneda utilizada en el comercio mundial. Desde entonces, el billete verde domina el mundo: el petróleo se compra en dólares, la deuda de los países se emite en dólares, y el dólar es el refugio seguro de la inversión cuando la cosa se pone fea. 

Pero claro, esto ha dado un enorme poder a EEUU. Un poder que, ahora, los BRICS quieren arrebatarle. 

Estas economías ya han comenzado a liquidar algunas transacciones comerciales en sus propias monedas nacionales, abandonando al dólar. Sobre todo, en el yuan chino (o renminbi). Un movimiento que se ha bautizado como desdolarización. 

El resultado es que el peso del dólar en las reservas de divisas ha caído del 71% al 60% desde principios de siglo, según el Fondo Monetario Internacional, y que sólo el 28,7% de las operaciones de importación y exportación en los BRICS se hacen en dólares, señalaba Putin. 

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El dominio del dólar permitió a Washington castigar a Rusia tras la invasión de Ucrania, congelando la mitad de sus reservas de divisas y prohibiendo a sus principales bancos el acceso al sistema de pagos internacionales SWIFT.

No es casualidad que el líder ruso, Vladímir Putin, dejara claro en la cumbre que el proceso de desdolarización en transacciones entre los países de los BRICS es irreversible, aunque tuviera que hacer el anuncio vía telemática desde casa, debido a una orden de arresto de la Corte Penal Internacional. 

Entre las medidas rusas de presión, Putin ya lanzó en marzo de 2022 una orden ejecutiva que prohibía a los países "no amigos" firmar contratos de gas natural en cualquier moneda que no fuera el rublo.

Dejar de depender del dólar no solo permitiría al Kremlim salir airoso de algunas de estas sanciones, también significaría debilitar a EEUU. Un objetivo que persigue Rusia, pero también China.

A finales del año pasado, China pidió a los proveedores de Oriente Medio que aceptaran su propia moneda en lugar del dólar en el comercio de petróleo, y el viaje del presidente Xi Jinping a Arabia Saudí supuso "el nacimiento del petroyuan", según el analista de Credit Suisse Zoltan Pozsar.

Como parte de este proceso de desdolarización, los BRICS también apuestan por lanzar una nueva moneda de reserva, pero lo cierto es que no tiene visos de salir adelante, al menos a juzgar por que dicen los analistas. A día de hoy, el yuan sigue representando sólo el 2,7% de todas las reservas de divisas, según el FMI.

"Hay mucha inercia en el estatus de moneda de reserva", asegura un equipo de estrategas dirigido por Kamakshya Trivedi. "Hasta ahora, y probablemente durante mucho tiempo, los intentos de desdolarización seguirán siendo comedidos y limitados".

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Tampoco tiene pinta de que el yuan vaya a desbancar al dólar. Aunque China quiere que el yuan desempeñe un papel internacional más destacado, no quiere necesariamente que se convierta en la moneda de reserva dominante en el mundo: China ni siquiera está preparada para una ruptura total con el dólar, según contó Rory Green, economista jefe para China de la consultora de previsiones macroeconómicas TS Lombard a Business Insider.

Aunque el dólar estadounidense no será sustituido como moneda de reserva mundial de la noche a la mañana, puede verse erosionado por un esfuerzo conjunto para acabar con su reinado y provocar cambios reales en el sistema financiero.

Mientras tanto, Arabia Saudí, Francia, Brasil, India, Pakistán, Bolivia, Irak y otros países han completado operaciones con yuanes o han expresado su voluntad de participar en el comercio denominado en yuanes en el futuro. 

El camino más probable, según el equipo de JPMorgan, es una desdolarización parcial a lo largo de varias décadas, con el yuan chino como candidato más probable para ganarle terreno.