La fundadora de We Are Knitters, la startup española que arrasa con la venta online de ovillos, da la clave para ser productiva: vivir con un 'deadline' continuo

Alberto Bravo y Pepita Marín, cofundadores de la empresa de lanas y kits para tejer We Are Knitters.
Alberto Bravo y Pepita Marín, cofundadores de la empresa de lanas y kits para tejer We Are Knitters.

Pepita Marín, una de las fundadoras de We Are Knitters, reconoce que no le interesaba nada la costura, a pesar de que su empresa centra su modelo de negocio en la venta electrónica de kits para tejer. 

Sin embargo, poco importó el interés inicial. Marín, junto a Alberto Bravo, encontraron un nicho de mercado y fueron a él. 

"Empezamos a tejer, nos encantó la experiencia y nos picó la curiosidad de empezar a hacerlo de manera profesional. Vimos que era una idea de negocio que se podía trasladar a España", explica la empresaria. 

Ahora, 13 años después, la startup no han dejado de crecer empresarialmente. Tal es así que el e-commerce ya factura cifras por encima de los 10 millones de euros y la internacionalización es un hecho. 

Solo entre un 7% y un 8% de las ventas se producen en España. El resto se realizan en Estados Unidos, que supone el principal mercado, y le sigue en Alemania, Francia y Reino Unido.

A pesar del brillo actual hubo camino por recorrer: "Todo era muy casero, tanto la web, como las fotos y los vídeos, en los que salían amigas nuestras", explicaba Marín durante una entrevista para Business Insider España.

Pero antes de que We Are Knitters fuese una realidad empresarial, los fundadores trabajaban como auditores financieros en PwC, por lo que saben con certeza cómo era trabajar a gran escala y hacer de la productividad el mejor aliado.

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Un rendimiento que, aunque ha cambiado de códigos, ahora como emprendedores de pleno derecho se ha convertido en la pieza principal.

En este sentido, la empresaria tiene claro cuál ha sido el punto de inflexión para ganar en productividad: la maternidad. "Todo es como vivir en un deadline continúo". 

"Tengo 2 niños de 6 y 4 años que requieren atención y cuidados. Esto me hace estar mucho más enfocada en mi trabajo diario para poder estar más enfocada en ellos después", relata. 

Con todo ello, sobre en qué punto queda la desconexión laboral, la fundadora reconoce que tras 11 años emprendiendo no es la mejor en ello, pese a los intentos para solventarlo. 

"Desde hace poco tiempo corregirlo porque si no, es insostenible, lo he vivido como un sprint cuando, en realidad, es un maratón", cuenta.

En esta tarea por buscar vías de escape de lo laboral, Marín explica que hace deporte 2 veces por semana y, muy especialmente, no descuida la salud mental. 

"He ido bastante al psiquiatra, lo cual me ha ayudado mucho y, cómo no, tejer. Me ayuda mucho a mantener la salud mental y a desconectar por las noches", explica. 

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