Cómo funcionan las básculas inteligentes y cuáles son sus principales debilidades

Báscula

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  • Las básculas inteligentes utilizan el análisis de impedancia bioeléctrica (BIA) para determinar la composición del cuerpo de forma indolora y no invasivo. 
  • Sin embargo, los expertos precisan que este método tiene muchas limitaciones, ya que se basa en la encadenación de varias conjeturas. 
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Las básculas inteligentes son uno de los dispositivos que se han puesto de moda en los últimos años, pero los expertos precisan que no son del todo fiables debido a que parten de suposiciones basadas en valores medios de la población. 

La medición del peso del cuerpo varía en función de multitud de factores, desde la cantidad de líquidos o alimentos sólidos consumidos, hasta la tipología de la comida, ya que si esta tiene mucha sal, podría influir en la retención de agua. 

De esta forma, lo más normal es que, si un usuario se sube a una báscula en diferentes momentos del día, obtenga distintos resultados. 

Las básculas inteligentes aparecieron con la intención de acabar con esta incertidumbre y reflejar unos resultados objetivos con los que tener una medida aproximada de cómo está compuesto del cuerpo. 

Así, muchas de ellas presumen de su capacidad para determinar el porcentaje de grasa corporal, el de masa muscular, la masa ósea o la cantidad de agua corporal, entre otras medidas.

Todas ellas se resuelven mediante el análisis de impedancia bioeléctrica (BIA).

Según explican los expertos, este método sirve para determinar todos esos factores de forma indolora y no invasiva. 

Para ello, el usuario debe estar descalzo sobre la báscula, con los pies sobre las almohadillas conductoras –que pueden no ser visibles a simple vista– y quedarse quiero durante unos segundos en los que se pasará una corriente a través del cuerpo de un pie a otro. 

A través de este proceso, el dispositivo es capaz de detectar la resistencia eléctrica entre un extremo y otro y, junto a la altura que se introduce en la aplicación asociada, es capaz de determinar cómo es el cuerpo y su composición. 

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Sin embargo, desde LifeHacker precisan que este método tiene muchas limitaciones, ya que el sistema se basa en la encadenación de varias conjeturas para pasar de la altura y el valor de resistencia a la afirmación del porcentaje de grasa asociada. 

Según explican, uno de los problemas fundamentales de la BIA es que parte de suposiciones basadas en valores medios de la población que se consideran aplicables a todos los sujetos. 

Además, de la misma forma que los sistemas tradicionales, este también es capaz de verse influido por factores adicionales como el agua consumida, si se ha hecho deporte previamente o no...

De la misma forma, el mismo medio explica que muchos de estos dispositivos incorporan otros valores adicionales que también se ven afectados por los mismos problemas de precisión. 

Esto se traduce en la recomendación de los expertos de no tomar decisiones sobre qué comer o cuánto entrenar a partir de los números recogidos en estas básculas. Lo mejor, afirman, es siempre consultar con un especialista. 

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