¿Ni vivienda ni pensión? Cómo es el futuro que le espera a los jóvenes, la generación olvidada

Un grupo de personas en una ilustración

Getty Images

Nadie entiende a los millennials, siempre con esa costumbre extraterrestre de no querer comprarse una casa, de cambiar de empleo como de calcetines y de no establecerse en ninguna parte. 

Lo cierto es que es difícil de entender. Cómo a los 30 años, la generación más formada de la historia continúa encadenando contratos temporales, prácticas sin remunerar y bajos salarios.

"Los jóvenes no son tontos. No les gusta vivir en una habitación en lugar de en un piso", dice Gonzalo Bernardos, profesor titular de Economía de la Universidad de Barcelona. "Sus padres les dijeron que si estudiaban, si se esforzaban, vivirían mejor, y viven sustancialmente peor y sin perspectivas de mejora".

Comprar una casa no está en sus planes. No puede estarlo cuando el 66% de los que trabajan tienen un contrato temporal y uno de cada tres de esos contratos duran menos de una semana. 

Tampoco si miramos sus salarios. Los menores de 35 cobran de media 1.465 euros brutos al mes, casi la mitad que los mayores de 45. Si quisieran vivir solos, tendrían que destinar el 94% de su sueldo a la vivienda. Por eso, el 64,5% todavía vive con sus padres.

En base a estas circunstancias, añade Bernardos: "¿Qué pensión les va a quedar con lo que están cobrando y la mitad del tiempo en el paro?".

"Los jóvenes cobrarán menos pensiones o tendrán que trabajar mucho más y jubilarse más tarde para poder cobrar pensiones similares", augura Rafael Doménech, responsable de Análisis Económico de BBVA Research.

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Sin vivienda y con cotizaciones mínimas, ¿qué futuro le espera a los jóvenes? ¿Tendrán una pensión suficiente a los 70 años para hacer frente a un alquiler o hipoteca? Business Insider España ha hablado con economistas y analistas sobre el drama de los jóvenes. 

La reforma de las pensiones, ¿perjudica a los jóvenes?

Pensionistas manifestándose

La semana pasada entró en vigor el primer capítulo de la reforma de las pensiones. Desde enero, las pensiones se revalorizarán cada año teniendo en cuenta la subida de la inflación. 

Sólo en 2021 y 2022, esta subida, de casi el 4%, costará 6.500 millones de euros. ¿Cómo se pagará este aumento del gasto público? Con el llamado Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), o lo que es lo mismo, una subida de las cotizaciones sociales.

Las empresas pagarán 0,5 puntos más de las cotizaciones sociales, y los trabajadores, 0,1 puntos más, para pagar el aumento del gasto en pensiones.

Este mecanismo de equidad es poco equitativo, critica Fedea en un informe: "La nueva normativa tiende a perjudicar a las cohortes más jóvenes, que son precisamente las que merecerían un respiro".

Para Octavio Granado, analista de la Fundación Alternativas y ex secretario de Estado de Seguridad Social, esto no es así: "Subir las bases de cotización de la gente joven es positivo. Significa que van a pagar más, pero también que cobrarán mejores pensiones en el futuro".

Pero el esfuerzo que los jóvenes tienen que dedicar para sostener las pensiones de hoy no deja de crecer y no es sólo por el aumento de cotizaciones. 

Ahora mismo, la tasa de dependencia de mayores de 64 años está en el 30%, es decir, que hay 3 trabajadores sosteniendo a cada pensionista. Pero conforme los baby boomers se vayan jubilando, habrá menos trabajadores para mantener a cada pensionista. 

Para 2050, los mismos 3 trabajadores ya no sostendrán a un pensionista, sino a 2. El Banco de España pronostica que la tasa de dependencia se va a disparar al 60% para entonces. Como habrá menos población activa y más jubilados, los empleados tendrán que esforzarse el doble para mantener las pensiones y son los más jóvenes los que correrán con ese aumento de la presión, más el alza en las cotizaciones de ahora.

"El número de pensionistas va a seguir aumentando, pero la población en edad de trabajar no va a aumentar. Estamos en un invierno demográfico", añade Doménech.

"Estamos protegiendo más la renta de los mayores"

Desde 2008, la renta media disponible ha aumentado, tanto en el caso de las personas mayores, como en el de los jóvenes. Sin embargo, la renta media de la población mayor de 65 años ha crecido más que la renta disponible de los menores de 29. 

"Estamos protegiendo más la renta de los mayores con un endeudamiento público, dejando una carga que recae sobre los jóvenes, que ven además cómo su renta disponible crece menos", apunta Doménech.

Las pensiones, de hecho, van a convertirse en la causa que explique el 74% del alza de la deuda de aquí a 2050, según la Airef.

El nivel de deuda de un país per se no tiene por qué ser una losa para las siguientes generaciones. No lo es cuando esa deuda se dedica a mejorar el capital humano, tecnológico... El problema, avisa Doménech, es que "nos estamos endeudando con una carga mayor para que la paguen los jóvenes y que financia un gasto que no les deja en mejores condiciones en el futuro".

La generación olvidada: "No habrá recursos para solucionar sus problemas"

Chicas jóvenes con mascarilla contra el coronavirus

Ciro De Luca/Reuters

En 2022, el 37% del gasto público presupuestado por el Gobierno irá a pagar las pensiones: 171.165 millones de euros. En cambio, el gasto dedicado a los jóvenes será de 12.550 millones, 13 veces menos, y eso que el Gobierno lo ha duplicado (en 2021 no llegaba a 7.000 millones).

"No voy a decir que esté en contra de pensiones mejores, pero, ¿no deberíamos pensar que a lo mejor también se deberían aumentar otras partidas?", señala José Ignacio Conde-Ruiz, doctor en Economía por la Universidad Carlos III, catedrático de Fundamentos del Análisis Económico en la Universidad Complutense y subdirector de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea).

En los próximos años, el gasto en pensiones no va a dejar de aumentar y lo hará a pasos de gigante. 2023 marca el pistoletazo de salida para la jubilación de casi 14 millones de baby boomers, nacidos entre 1958 y 1977. 

A esto hay que sumarle la presión creciente del gasto en Sanidad con el que hacer frente a una población cada vez más envejecida. En 2050 sólo Japón será más viejo que España. Nuestro país se convertirá en el segundo del mundo con más mayores: de cada 100 personas en edad de trabajar, 76 serán pensionistas, según la OCDE.

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Pero el Estado no tiene un bolsillo mágico con el que financiar gasto público. Los Gobiernos dedicarán cada vez más recursos a solucionar los problemas de las personas mayores (más gasto en pensiones, en sanidad, en dependencia...) "y no habrá recursos para solucionar los problemas de los jóvenes. Es una cuestión de aritmética", augura Conde-Ruiz.

Para Conde-Ruiz, un primer paso está en la propia sociedad. "La gente no debería mirarse sólo el ombligo a la hora de votar, para que así los políticos ofrezcan medidas que también beneficien a los jóvenes. Si no pasa, acabaremos entrando en un agujero negro que lo absorberá todo".

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Educación BQ

Lo que los políticos no parecen estar teniendo en cuenta es que una economía volcada en financiar el gasto social no productivo es igual a una sociedad menos productiva y, a la larga, más pobre. 

Algo peligroso, teniendo en cuenta que la deuda alcanzará niveles monstruosos y será más difícil de pagar.

"A medida que aumenta más el gasto social en detrimento del gasto público productivo, esto afecta negativamente al crecimiento económico. Vamos a tener un Estado del bienestar proporcionalmente más generoso, pero el tamaño total de los recursos potenciales será menor, porque tenemos una sociedad menos productiva", advierte Doménech.

En términos relativos, las pensiones serán mayores a los salarios, pero en términos absolutos la brecha de rentas que nos separa del resto de países europeos se irá agravando a medida que hacemos esa apuesta. 

"Lo que le hace falta a los jóvenes es precisamente lo que la economía necesita para crecer: mercado laboral, un mejor sistema educativo, políticas para promover la emancipación familiar y la natalidad... Todas estas cosas que deberían hacerse y que benefician a los jóvenes también benefician al país para crecer, coincide Conde-Ruiz.

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"Los jóvenes no tienen que preocuparse por las pensiones"

Muchos jóvenes se preguntan hoy qué va a pasar con su pensión. Pero lo cierto es que la patata caliente de las pensiones, si tiene que explotar, lo hará mucho antes.

"El problema va a solucionarse antes porque, para llegar a su pensión, antes hay que pasar por mi pensión", resume Conde-Ruiz.

Conforme los baby boomers se vayan jubilando, la pirámide poblacional se irá invirtiendo. "Sabemos que no va a haber mucha gente en edad de trabajar", añade. Esto tiene una parte buena y es que no habrá tanto paro porque habrá muchos puestos de trabajo sin cubrir. 

Es más, en el futuro no existirá esa rivalidad entre mayores y jóvenes por un puesto de trabajo, porque, directamente, no habrá jóvenes. 

"La Airef hizo un estudio en el que pronostica que tendrán que venir a España 150.000 personas al año para rellenar huecos en nuestro sistema laboral. Vamos a tener trabajos que no podremos ocupar", apunta Granado.

Si este escenario se cumple, las empresas tendrán que hacer más atractivas las vacantes que quieren cubrir, por lo que los salarios mejorarían. "Con esto blindaremos el sistema de pensiones. Si escatimamos salarios y condiciones de trabajo, entonces el sistema de pensiones vivirá cierta crisis", añade Granado.

Es totalmente falso que los jóvenes no cobraran pensión. Lo que parece cierto por la evolución de la pirámide poblacional es que la relación entre la primera pensión cobrada y el último salario será menor que ahora. Pasará del 80% al 60% como es la media en la UE. De ahí la necesidad de ahorrar para la jubilación", pronostica Jordi Fabregat, profesor titular del Departamento de Economía, Finanzas y Contabilidad en Esade. 

"Los jóvenes no tienen que preocuparse por la pensión que van a recibir porque van a pasar muchas cosas antes", aclara Conde-Ruiz. En su lugar, tendrán que preocuparse por entender que el envejecimiento demográfico tiene una parte positiva y una negativa.

"Los jóvenes no deberían preocuparse por su pensión, sino por que no les sustituya una máquina"

Más que preocupados por quedarse sin pensión, los jóvenes deberían preocuparse por que lo que hacen no lo pueda hacer una máquina. "Se acabó lo de ir a la escuela hasta los 20 años y luego trabajar hasta que te jubilas. Habrá que pasar varias veces por la escuela, aprender a reciclarse", diagnostica Conde-Ruiz.

"En estos momentos, en España hay mucho paro y centenares de miles de puestos de trabajo que no se cubren porque las personas cualificadas están en otras partes y no se quieren desplazar o porque el sistema educativo no se ha reformado al ritmo del mercado de trabajo", coincide Granado.

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En su opinión, el gran drama está en que el sistema educativo no evoluciona con la rapidez de los grandes cambios tecnológicos de las últimas décadas. Por eso hace falta impulsar la formación dual. 

En términos de salario, explica Fabregat, "habrá una diferencia notable entre los jóvenes sin formación y aquellos que se preparen para las necesidades futuras, como son las materias de programación, inteligencia artificial, sostenibilidad energética", y eso se traducirá en diferencias en las pensiones.

"Una empresa cambia de hardware, de equipos, porque le va en ello su existencia. Tendría que pasar lo mismo con el capital humano. Hay que conseguir que la gente aprenda a trabajar mientras trabaja, que se recupere la figura del aprendiz, pero no pagando una décima parte", añade Granado.

"Los jóvenes de hoy se enfrentan a un mundo más cambiante que el de sus padres y en una situación más precaria. No les queda más remedio que seguir formándose y ahorrar en la medida de sus posibilidades para afrontar la jubilación en que previsiblemente la pensión será significativamente inferior a su salario en aquel momento”, concluye Fabregat.


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