Este ingeniero autodidacta de 26 años lidera proyectos para hacer a una institución europea más "inclusiva" en el mundo digital

Carlos Pons

Everis

  • Carlos Pons trabaja en Everis y desde octubre de 2019 es consultor externo en innovación y transformación digital para el Consejo de la Unión Europea.
  • Defiende en una entrevista con Business Insider España que lo digital hasta ahora no estaba siendo inclusivo ni respetando la diversidad.
  • Aclara que ya se han dado pasos en materia de concienciación y que todavía queda trabajo por delante: pone al usuario en el centro de los desarrollos tecnológicos.
  • Descubre más historias en Business Insider España.

La sociedad se vuelve cada vez más inclusiva y acepta su diversidad. Esto se refleja, irremediablemente, en el desarrollo tecnológico. "El mundo digital no estaba siendo inclusivo", advierte Carlos Pons.

Pons es un ingeniero autodidacta de 26 años que trabaja en Everis, una multinacional española que ahora forma parte de NTT Data, y que provee de servicios integrales TI para clientes tanto privados como públicos. Uno de sus clientes, precisamente, es el Consejo de la Unión Europea, donde el propio Pons ejerce como "líder" en innovación y transformación digital.

Por la naturaleza de su trabajo, Pons no puede compartir demasiados detalles. Pero es fácil imaginar la importancia que ha tenido la digitalización y "lo digitalizado" en tiempos de pandemia, en los que las reuniones del Consejo de la UE se han tenido que celebrar de forma estrictamente telemática.

Pons explica que su labor en el Consejo General de la Unión Europea, desde que aterrizó en el organismo comunitario a mediados de 2019, ha sido poner la experiencia de sus usuarios —en este caso, los funcionarios y los trabajadores de las delegaciones de los estados miembros que utilizan las herramientas tecnológicas de la administración— en el centro de los desarrollos.

La filial española de McDonald's se convierte en pionera a nivel global al lanzar un protocolo para gestionar la diversidad sexual y la reasignación de sexo dentro de la compañía

"Puede parecer obvio últimamente, pero no lo es tanto". Es un proceso de desarrollo "circular", que se denomina user centricity y que esencialmente busca que "los servicios digitales se desarrollen en base a las necesidades reales de los usuarios". Así, Pons ha implementado en estos 2 años unos marcos de trabajo "de colaboración" en los procesos centrados siempre en el usuario de las soluciones.

Por aterrizar un poco mejor su desempeño: Pons explica en una reciente entrevista con Business Insider España que gran parte de su labor se centra en hacer tests de usabilidad, entrevistar a los usuarios de las soluciones informáticas del Consejo, hacer capturas y análisis de los requisitos y expectativas que los funcionarios pueden tener sobre los programas que vayan a emplear. 

Así, trata de mejorar la experiencia y la eficacia de estas herramientas atendiendo a las necesidades de los más de 3.000 trabajadores del mismo Consejo y de las 30.000 personas que dependen de las delegaciones de países de la UE.

"Fruto de este trabajo en el equipo de Everis hemos crecido orgánicamente dentro del Consejo, y tenemos más compañeros mejorando todos los procesos de desarrollo con diferentes especialidades", destaca Carlos, satisfecho. Otro ejemplo para comprender bien su trabajo: digitalizar una administración para poder trabajar a distancia requiere escuchar a los trabajadores. Saber qué necesitan y cómo lo necesitan.

Pero las herramientas que han pasado por el filtro del trabajo de Pons no se ciñen al trabajo rutinario y diario del Consejo. También ha mejorado los procesos tecnológicos mediante los que se gestiona buena parte del proceso político de la institución. "Siendo más explícitos: gestión desde documentos, reuniones o decisiones".

Por qué es importante detenerse en los usuarios

El discurso de Pons se centra en que el mundo digital no estaba siendo inclusivo. "Hay que entender que los procesos de desarrollo se centren cada vez más sobre los usuarios es una victoria. Hace 20 años, al hacer por ejemplo una página web, un desarrollador se sentaba, la creaba según su propio gusto, la entregaba y ya está. No había contacto con el usuario ni procesos para generar engagement".

"En un entorno así, la accesibilidad, un atributo que tienen que tener los servicios públicos digitales, quedaban relegados a un segundo e incluso a un tercer plano", lamenta.

Pero las cosas están cambiando y Carlos Pons cree que "las nuevas generaciones tienen que ver con ello". "Nos hemos vuelto una sociedad mucho más crítica en diversos aspectos. Diversidad, inclusión, sentimiento de pertenencia. No se trata solo de temas de discapacidad. También es una cuestión de interpretar los espectros del género. Muchas cosas antes se asumían porque se resolvía con que era atender a una minoría".

Carmen Recio trabaja para IBM en Zúrich apoyando a comunidades interesadas en la computación cuántica: así se están creando "los expertos del futuro"

Por supuesto, "cada país tiene su progreso", pero en los últimos 5 años este joven ingeniero cree que se ha vivido "un boom" porque hay jóvenes que quieren que su trabajo tenga "un impacto positivo". "La gente necesita un propósito. Ya no nos conformamos con hacer nuestro trabajo, llegar a un empleo y marcharse en 25 años. Nos queremos realizar como personas".

Para Pons, esa realización viene por hacer que los servicios digitales del Consejo de la Unión Europea sean más inclusivos. "He visto en todo el sector un crecimiento exponencial y creo que la pandemia lo ha acentuado, porque hemos tenido una oportunidad para pararnos e imaginar el futuro que queremos. Hemos tenido un momento de reflexión muy importante, de plantearnos las cosas a muchos niveles".

Ha sido "un golpe de realidad" que también ha transformado el ámbito profesional. "El mundo no va a ser como hasta ahora lo estaba siendo".

Carlos siempre ha defendido la necesidad de abogar por la inclusión, también en el mundo digital, por su propia experiencia. Un familiar de Pons tenía problemas de psicomotricidad y era ciego. "Siempre he tenido ese interés, obviamente". Pero para muchas compañías la accesibilidad web, por ejemplo, era un simple "plus". "Ahora lo veo, y las instituciones también lo ven: la inclusión tiene que ser parte de todos los procesos".

"Se tiene que dar por sentada".

La inclusión en el ámbito digital, algo más que una tendencia

Banderas de la Unión Europea

Getty Images

La inclusión se debe normalizar y tanto el mundo físico como el mundo digital debe atender la diversidad de las sociedades. Pero hasta ahora no ocurría. Carlos Pons diagnostica que se debía fundamentalmente a dos problemas. "La concienciación y la formación".

"La concienciación implica que la gente no era consciente de qué ocurría. De qué era preocuparse por la inclusión". El ingeniero defiende que no se debe tratar este elemento como un proceso más del desarrollo tecnológico. Nada de "hablar también de inclusión". "Debe estar integrado".

"Los profesionales, cuando entramos en el mercado laboral, no tenemos esos conocimientos de forma natural. Sabemos montar un servidor, sabemos usar las últimas tecnologías, pero esa necesidad de que lo digital sea accesible e inclusivo no está. No es que forme parte de otro mundo: es que no se nos enseña. Espero que las próximas generaciones tengan este conocimiento mucho más integrado y asumir estos desafíos les salga de una forma mucho más natural".

Directivas de Zoom y WayUp desvelan cómo los procesos de contratación virtual pueden impulsar la diversidad y la inclusión en las empresas

Él reconoce que ha estado dando charlas en universidades sobre estos temas, "como algo externo porque no forma parte de los propios cursos formativos". Sí existe "gente comprometida", "pioneros". Son la punta de lanza de un proceso que es el de la concienciación. De pasar de la nada a que se empiece a concienciar, y que una vez superado este paso, esa concienciación pase a un estado de emergencia.

"Ahora están siendo más escuchados".

Queda, por supuesto, trabajo por hacer. "Es un cambio cultural también, no solo una tendencia". Incluso en el ámbito corporativo se han dado pasos en ese sentido. "Se ven muchas noticias de posicionamientos estratégicos a nivel ejecutivo. De mujeres, de personas de color, de personas con discapacidad. Son movimientos estratégicos porque las compañías se dan cuenta de que la sociedad está cambiando".

Los problemas de un mercado de trabajo "cuadriculado"

Al igual que la googler Rocío Heredero, que trabaja en la división de ciberseguridad de la multinacional del buscador en Málaga, Carlos Pons ha conseguido acceder al mercado de trabajo sin titulación universitaria.

"Empecé a trabajar pronto, como freelance. No tengo formación universitaria. Me lo he ido guisando yo solo", explica riendo. "Soy autodidacta".

"Siempre me han apasionado los ordenadores y empecé a programar con 12 años, más o menos. De crío me tiraba mucho tiempo delante de ordenadores. Internet me abrió una puerta para colmar mi curiosidad. Y entré en una vía que no tenía punto de retorno". Por eso, cuando tenía 16 años y le tocaba decidir si iría a la universidad, él se vio capacitado para empezar a trabajar.

Rocío Heredero trabaja en Google desde Málaga como especialista en ciberseguridad y no tiene el grado universitario: "Ellos apuestan más por habilidades que por títulos"

Si bien Heredero está terminando sus estudios universitarios y su llegada al mundo de las multinacionales tecnológicas se debe a una mezcla de casualidades y su talento, Pons es que directamente no veía "la necesidad" de empezar un grado universitario. "El sistema educativo no era compatible con la percepción que yo tenía".

"Se me estaba dirigiendo al sistema porque me iba a dar una seguridad: una acreditación, un reconocimiento, un título".

Y "efectivamente", "esa pieza" siempre le ha "faltado". "Es la pieza que siempre he tenido que pelear. Porque el conocimiento estaba. La dificultad era cómo convencía a los empleadores de que lo tenía".

Carlos cree que es "un problema en el mercado español y en el europeo en general". "Somos muy conservadores, no nos atrevemos a asumir ideas novedosas o revolucionarias que se salgan de nuestros estándares". "Tenemos muy claro que una persona tiene que seguir una línea segura hasta el final, lo que implica hacer una carrera y acabarla. Pero la universidad se está saturando y muchas veces no te dan ese conocimiento que pueda ser accionable en el mercado laboral".

"Por eso hacemos másteres, especializaciones. Nos sobrecualificamos. Más bien, nos sobrejustificamos para poder conectar con el mercado laboral, que es muy cuadriculado en ese aspecto".

Al propio Carlos le costó acceder al mercado laboral. "No es un mercado laboral sano, con abundancia: hay mucha sobrecualificación. Esa mentalidad la hemos desarrollado en un entorno supercompetitivo". "Es un bucle", resume. "Cuanto más competitivo es el entorno, más nos preparamos los candidatos, y todavía más competitivo se vuelve por la sobrecualificación".

Las 3 estrategias que las empresas deben hacer para aumentar la diversidad, según un alto ejecutivo responsable de lograr la paridad de género en 2030

Por eso se abre "una brecha" entre quienes juegan con "las mismas reglas" (cursar estudios universitarios, acumular títulos) y quienes no.

"A lo largo de mi carrera tuve que conseguir varios puntos de confianza con diferentes personas que me dieron la oportunidad de demostrar lo que sé y lo que valgo". Desde que accedió al mercado laboral y pudo colmar su currículum con experiencia, todo ha sido más sencillo. Y desde octubre de 2019, Carlos está ayudando al Consejo de la Unión Europea a ser más inclusivo. También en el mundo digital.

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Business Insider.