¿Cómo solicitar una incapacidad permanente?

Siempre que sea posible, lo mejor es recurrir a un profesional que te guíe y asesore en todo el proceso. Si, aun así, prefieres hacerlo de manera individual, debes saber cómo solicitar una incapacidad permanente.

La incapacidad permanente, tal y como la definen en la Seguridad Social, es una prestación económica que, en su modalidad contributiva, trata de cubrir la pérdida de rentas salariales o profesionales que sufre una persona, cuando estando afectada por un proceso patológico o traumático derivado de una enfermedad o accidente, ve reducida o anulada su capacidad laboral de forma presumiblemente definitiva.

¿Quién puede solicitar una incapacidad permanente?

La solicitud de incapacidad permanente se puede iniciar:

- De oficio: 

• A iniciativa de la entidad gestora, cuando el trabajador proceda de incapacidad temporal y haya sido dado de alta médica por agotamiento del plazo o por encontrarse en una situación constitutiva de incapacidad permanente.
• A petición de la Inspección de Trabajo.
• Por petición del Servicio Público de Salud, aportando el alta médica y el historial clínico previa autorización del interesado.

- A solicitud de las entidades colaboradoras, que aportarán el alta médica del trabajador, el historial clínico y el expediente previo.

- A petición del propio interesado. En ese caso, deberá cumplimentar el modelo de solicitud de incapacidad permanente y aportar la documentación personal y la específica que se indica en dicho modelo.

Si lo hace el propio trabajador, puede realizar este trámite a través de la Sede Electrónica de la Seguridad Social, por correo ordinario o en un centro de Atención e Información de la Seguridad Social, solicitando cita previa en los teléfonos 901 10 65 70/ 91 541 25 30, en la web o en las direcciones provinciales.

¿Cómo se decide si te conceden la incapacidad permanente?

Ya sabes cómo solicitar una incapacidad permanente, pero no está de más que conozcas qué es lo que pasará con tu petición una vez presentada. 

Empieza entonces la fase de instrucción, en la que la Seguridad Social podrá solicitar cuanta documentación y pruebas médicas se estimen necesarias.

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Después, el equipo de valoración de incapacidades (EVI) formulará el dictamen-propuesta teniendo en cuenta el informe médico de síntesis elaborado por los facultativos de la dirección provincial del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) y el informe de antecedentes profesionales.

Finalmente, los directores provinciales del INSS dictarán resolución expresa declarando el grado de incapacidad, la cuantía de la prestación económica y el plazo a partir del cual se puede instar la revisión de la incapacidad por agravación o mejoría.