Los científicos crean una lengua electrónica para que la IA aprenda la parte psicológica del sentido del gusto

Robot foodtech

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  • Aunque la inteligencia artificial ha avanzado mucho en los últimos años, los sistemas de IA no incorporan aún el lado psicológico de la inteligencia humana. 
  • En lo que consideran un primer paso hacia la inteligencia emocional artificial, un equipo de investigadores ha creado una lengua electrónica para dotar a la máquina del sentido del gusto. 

Si bien la inteligencia artificial puede diferenciar miles de sabores —y predecir qué alimentos funcionarán mejor o peor en un mercado concreto— a día de hoy a la máquina imita, no experimenta por sí misma el sentido del gusto.

La IA aún no puede pasar hambre o sentir predilección por un sabor concreto de helado. Pero los científicos están trabajando por conseguirlo. Un equipo de investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania (EEUU) está desarrollando una lengua electrónica que imita la forma en que el gusto influye en lo que se come

Tomando en cuenta tanto la necesidades como los propios deseos (los antojos), la meta es crear un modelo que permita a la IA procesar la información de forma más parecida a un ser humano. —Por ejemplo, enseñarle la razón por la que aunque estás más que saciado no puedes decirle que no al postre—.

La inteligencia emocional como base

"El objetivo principal de nuestro trabajo era cómo podríamos aportar la parte emocional de la inteligencia a la IA", afirma en nota de prensa Saptarshi Das, profesor asociado de ciencias de la ingeniería y mecánica en Penn State y autor correspondiente del estudio publicado en Nature Communications.

"El comportamiento humano es fácil de observar pero difícil de medir y eso hace que sea difícil replicarlo en un robot y hacerlo emocionalmente inteligente. Ahora mismo no hay forma real de hacerlo".  

Los hábitos alimentarios son un buen ejemplo de inteligencia emocional y de la interacción entre el estado fisiológico y psicológico del cuerpo. 

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Si bien el hambre es el impulso fisiológico de comer, y ante esa situación te serviría cualquier alimento, tus elecciones sobre qué comer están influenciadas también por el sentido del gusto. Es lo que hace que a media mañana prefieras matar el gusanillo con una palmera de chocolate que con una manzana.

"Si eres alguien afortunado de tener todas las opciones de alimentos posibles, elegirás los alimentos que más te gusten", explica el ingeniero. “No vas a elegir algo que sea muy amargo, pero probablemente pruebes algo más dulce, ¿verdad?”

Capaz de saborear la sal

Para  trasladar estos entresijos del gusto a la máquina, los investigadores de Penn State fijaron su atención en la lengua humana. Este órgano  traduce la información química en señales eléctricas que envía a las áreas sensoriales del cerebro. Allí complejas redes neuronales configuran la percepción del gusto. 

Para imitar este proceso, el equipo creó una "lengua" electrónica y una "corteza gustativa" electrónica hecha con materiales 2D, de apenas unos pocos átomos de espesor.

La primera va equipada con transistores de grafeno capaces de detectar moléculas químicas, combinados con memtransistores de disulfuro de molibdeno. La "corteza gustativa electrónica" conecta una "neurona del hambre", una "neurona del apetito" y un "circuito de alimentación".

"Esto significa que el dispositivo puede 'saborear' la sal", afirma Subir Ghosh, coautor del estudio y estudiante de doctorado en ciencias de la ingeniería y mecánica.

Los investigadores afirman que esto es lo bastante versátil como para aplicarse a los 5 perfiles de sabor primarios: dulce, salado, ácido, amargo y umami. 

Según Das, un sistema gustativo robótico de este tipo puede tener aplicaciones muy prometedoras, desde dietas personalizadas basadas en inteligencia emocional para adelgazar con éxito hasta comidas personalizadas en restaurantes.

"El ejemplo que se me ocurre es el de las personas que entrenan su lengua y se convierten en catadores de vino. Quizá en el futuro podamos tener un sistema de IA que se pueda entrenar para ser aún mejor catador de vinos". 

El próximo objetivo del equipo de investigación es ampliar la gama de sabores de la lengua electrónica. 

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