El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Es uno de los trastornos del desarrollo neurológico más comunes en la infancia que, a menudo, continúa hasta la edad adulta. La prevalencia en niños y adolescentes españoles oscilan entre el 4,9% y el 8,8%, cifra la Sociedad Española de Pediatria Extrahospitalaria y Atención Primaria.

Se trata de un trastorno hereditario que conlleva anomalías en ciertas estructuras cerebrales que desencadenan un funcionamiento anómalo de los mecanismos de autocontrol y en la función ejecutiva del cerebro lo que desencadenan síntomas de impulsividad, falta de atención o hiperactividad. 

Tiene dificultades para mantener la atención incluso en actividades recreativas, parece no escuchar cuando se le habla directamente y no permanece sentado en situaciones que debería hacerlo, se distrae con cualquier cosa e interrumpe al hablar.

Estos comportamientos son bastante comunes en la infancia en diversos grados. El diagnóstico por tanto de TDAH se basa en si los síntomas son excesivos para la edad o el nivel de desarrollo e interfieren en aspectos como el desarrollo académico o las relaciones sociales.

Algunas personas llaman a esta afección trastorno por déficit de atención o TDA. Entonces, ¿cuál es la diferencia?

¿Por qué el TDA pasó a ser TDAH?

"En definitiva, lo que antes se llamaba TDA ahora se conoce como TDAH. Entonces ... ¿cómo fue que llegamos aquí?" 

Como resume en The Conversation, Kathy Gibbs, directora de programa de la Licenciatura en Educación de la Universidad Griffith (Australia). La primera vez que el TDAH apareció en el DSM —manual usado por médicos para el diagnóstico de enfermedades de salud mental — fue en la segunda edición de 1968. 

Se refirió a las características de tipo TDAH como “reacción hipercinética de la infancia o la adolescencia”. Esto describía el movimiento excesivo e involuntario de los niños con este trastorno. 

A principios de la década de 1980, el tercer DSM añadió lo que llamó "trastorno por déficit de atención", enumerando 2 tipos: trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y trastorno por déficit de atención como el subtipo sin hiperactividad. 7 años después el TDA (y sus dos subtipos) fueron reemplazos por el TDAH y los tres subtipos que existen hasta el día de hoy.

Es decir, que el TDA es un término antiguo que se utilizaba para describir un tipo de TDAH. Aunque se siga usado, el TDA ha dejado de ser un diagnóstico oficial desde hace décadas.

Los 3 tipos de TDAH

El TDAH no se manifiesta de la misma manera en todas las personas. Cada uno de los tipos hace alusión a los síntomas que se experimentan. Estos se clasifican en 2 categorías. Una es la inatención. La otra es la hiperactividad/impulsividad. La tercera combina ambas.

Así  los 3 subtipos de TDAH descritos en el DSM-5 son según describeGibbs:

• Predominantemente distraído o de tipo inatento: las personas con el subtipo de falta de atención tienen dificultad para mantener la concentración, se distraen y olvidan fácilmente, pierden cosas con frecuencia y no pueden seguir instrucciones detalladas.
• Predominantemente hiperactivo-impulsivo: les resulta difícil quedarse quietos, necesitan moverse constantemente en situaciones estructuradas, interrumpen con frecuencia a los demás, hablan sin parar y luchan con el autocontrol.
• Combinado: experimentan las características de ambos tipos.

Cuando la principal dificultad de las personas con TDAH es la inatención, sus desafíos puede que pasen desapercibidos. Podrían ser considerados tímidos o que están en su propio mundo, lo que podría hacer más complejo un diagnóstico. Algo importante desde etapas tempranas para poder hacer frente los síntomas.

Síntomas 

Por lo general el diagnóstico DE TDAH suele realizarse alrededor de los 7 años de edad. Su detección precoz se debe, explica el Dr. José Ángel Alda Díez, psiquiatría Infantil y Adolescente especializado en este trastorno y miembro de TopDoctors, "a que aparecen los primeros signos a través de los malos resultados académicos o por problemas de conducta en casa o en la escuela".

En palabras del experto, las señales de alerta varían en función de la etapa educativa. 

Signos de riesgo en etapa preescolar pueden incluir:

• Cuando empiezan a andar son muy revoltosos.
• Constantemente tiran cosas al suelo.
• Son excesivamente curiosos.
• No son capaces de intuir el peligro.
• Los juegos suelen ser ruidosos y movidos.
• A menudo presentan rabietas.

Edad escolar:

• Habitualmente su profesor les pondrá una nota en la agenda.
• Son desorganizados y olvidadizos con los deberes.
• Son muy habladores e interrumpen constantemente.
• No aceptan las normas.
• Mejoran su rendimiento si están bajo la supervisión de un adulto.
• Dentro del grupo son los dominantes.
• No respetan los turnos en los juegos.

Diferencias en niñas

Históricamente el TDAH se ha considerado un trastorno masculino, pero hoy se sabe que aunque en menor grado, también puede afectar a las niñas.

Si bien el trastorno se manifiesta de forma similar en ambos, existen algunas diferencias que cabe tener en cuenta para no pasar por alto el diagnóstico en ellas. Por ejemplo, los síntomas de falta de atención se observan con mayor frecuencia en las niñas.

La falta de atención tiene un inicio ligeramente más tardío, explica también en The Conversation. Raquel Murrihy, directora del Centro Kidman, Facultad de Ciencias, Universidad Tecnológica de Sydney. "Por lo tanto, las niñas con TDAH a menudo pueden pasar desapercibidas hasta que aumentan las exigencias académicas y organizativas al final de la escuela primaria y secundaria".

Las niñas con TDAH también tienen mayor riesgo de desarrollar depresión y ansiedad que los niños. 

TDAH en adultos

Aunque se trata de un trastorno que aparece en la niñez, se mantiene en la edad adulta en un 50% de los casos. Mientras que con los años van descendiendo las manifestaciones de hiperactividad, los síntomas de atención e impulsividad se mantienen en los adultos, interfiriendo en el trabajo y las relaciones.

En esta etapa las personas que lo padecen pueden mostrar dificultades para concentrarse y establecer prioridades.  La incapacidad para controlar los impulsos puede oscilar entre tener impaciencia al esperar en una fila o al conducir con mucho tráfico, y tener cambios de humor y arrebatos de ira.

El tratamiento para el TDAH tanto en adultos como en menores, puede incluir medicamentos además de terapia y asesoramiento psicológico.