Pocas veces terminas aquello que has empezado, saltas de una tarea a otra y te cuesta seguir el hilo de una conversación. A menudo interrumpe a los demás o termina las frases de otros y lo de esperar tu turno en la cola es algo que parece desesperarte más que a lo demás.

Si te has visto reflejado en estos rasgos y crees que la falta de concentración y la impulsividad definen tu carácter podrías ser un adulto con TDAH sin diagnosticar.

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es un problema de salud mental vinculado a la infancia. Se detecta a partir de los 7 años, afectando a alrededor del 5% de los menores, y aunque los síntomas tienden a declinar con los años, persisten en torno al 50% de los adultos.

Comprende una combinación de problemas, como dificultad para prestar atención, hiperactividad y conducta impulsiva. 

Si bien con la edad van descendiendo las manifestaciones de hiperactividad, "no ocurre así con el déficit de atención, que se mantiene constante; ni con la impulsividad, que tiende a dispararse a partir de la adolescencia", resumen desde la Fundación Cantabria Ayuda al Déficit de Atención e Hiperactividad.

No tratarlo en la infancia puede acarrear problemas como mayor riesgo de fracaso escolar, peores interacciones sociales o autoestima. Asimismo, el TDAH en los adultos puede llevar a relaciones inestables además de un mal desempeño en el trabajo, señala la Mayo Clinic.

"No sólo afecta negativamente al rendimiento escolar, sino también a la carrera profesional y a las relaciones", afirma Michael Cooper, director médico asociado de Valera Health (EEUU).

En palabras del especialista a Usnews, muchas veces, las personas con TDAH también tienen problemas de depresión, ansiedad y abuso de sustancias, "porque los síntomas no tratados pueden tener un impacto generalizado en sus vidas".

El tratamiento para el TDAH en adultos es similar al indicado en niños. Puede incluir medicamentos, además de asesoramiento psicológico.

Síntomas de TDAH en adultos

Los síntomas del TDAH en adultos pueden no ser tan claros como en niños. Por lo que si no se ha dado un diagnóstico en la infancia podrían estar pasando por alto.

En esta etapa las personas que lo padecen pueden mostrar dificultades para concentrarse y establecer prioridades, lo que suele ocasionar que no cumplan con fechas límite y se olviden de reuniones o eventos sociales. 

La incapacidad para controlar los impulsos puede oscilar entre tener impaciencia al esperar en una fila o al conducir con mucho tráfico, y tener cambios de humor y arrebatos de ira.

Si bien no todos los signos se dan de manera similar en todos los pacientes, pueden existir en diferentes grados de gravedad, hay algunas pautas comunes.

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Según el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIMH por sus siglas en inglés) los signos de falta de atención pueden incluir los siguientes:

• Presentar problemas para prestar atención a los detalles o cometer errores aparentemente por descuido en el trabajo o durante otras actividades.
• No poder mantener la atención durante tareas prolongadas, como preparar informes, completar formularios o revisar trabajos extensos.
• Tener dificultad para escuchar atentamente cuando se le habla.
• No poder seguir bien las instrucciones o terminar las tareas en el lugar de trabajo.
• Mostrar cierta inhabilidad para organizar tareas y actividades, y administrar su tiempo.
• Tener dificultad para participar en tareas que requieren una atención constante.
• Perder cosas como llaves, billeteras y teléfonos.
• Distraerse fácilmente con pensamientos o estímulos no relacionados.
• Ser olvidadizo en las actividades diarias, como pagar facturas, asistir a citas o devolver llamadas.

En cuanto a los signos de hiperactividad e impulsividad estos incluyen:

• Experimentar inquietud extrema, dificultad para permanecer sentado durante períodos prolongados o agotar a los demás debido a su nivel de actividad.
• No poder dejar las manos o los pies quietos o dar golpecitos con ellos; retorcerse en el asiento.
• No poder participar tranquilamente en actividades de ocio.
• Hablar excesivamente.
• Responder preguntas antes de que se formulen por completo.
• Tener dificultad para esperar su turno, como cuando se hace una fila.
• Interrumpir o entrometerse con otros.

No obstante, se trata de un trastorno que aparece en en las primeras etapas de la vida.  "No existe el déficit de atención que aparece de forma súbita", apunta a Busines Insider el doctor Ned Hallowell, psiquiatra infantil y de adultos y una autoridad mundial en la materia. Es decir que podrías rastrar estos problemas al pensar en tu etapa escolar.

El diagnóstico de TDAH conlleva una valoración que supone la participación de médicos, orientadores, expertos en salud mental así como profesores y familiares. 

En la edad adulta, deben darse al menos 5 síntomas persistentes de falta de atención o de hiperactividad-impulsividad, según el NIMH. Estos  deben estar presentes en varias áreas de la vida e interferir o reducir la calidad del desempeño social, escolar o laboral.