Dejé Londres para convertirme en asistente virtual desde Asturias: así consigo trabajar 6 horas al día a pesar de no tener experiencia previa

Ella Hopkins
| Traducido por: 
Helen Taylor

Helen Taylor

  • Helen Taylor dejó su trabajo en Londres después de que un accidente de escalada le hiciera replantearse cómo era su vida en la gran ciudad.
  • Se trasladó a España y puso en marcha su negocio de asistente virtual después de que un amigo le recomendara que lo probara: hoy, ofrece una amplia gama de servicios.

Este artículo está basado en una conversación mantenida entre la redactora y Helen Taylor, una asistente virtual de 40 años que vive en Asturias. Business Insider ha verificado sus ingresos a través de la pertinente documentación. Lo que sigue ha sido editado solo por motivos de extensión y claridad.

Trabajé en Londres en comunicación política durante 10 años desde 2004. 

Pero cuando me rompí la pierna en un accidente de escalada en 2013 y pasé 5 días en el hospital viví una especie de epifanía. Mi trabajo era estupendo, pero yo no era feliz. La vida en la gran ciudad ya no era para mí

Dejé mi trabajo en 2014 y me fui de viaje un par de meses con mi pareja de entonces. En cuanto salimos de Reino Unido, mi tarjeta SIM dejó de funcionar y me quedé sin internet en el teléfono. Eso me ayudó a cambiar de mentalidad. 

No quería ser un nómada digital en constante movimiento: me gusta establecerme de manera fija en un sitio. Decidí vivir en España de forma permanente.

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Había estado allí un par de veces de adolescente y de joven. Cuando fui por primera vez, fui a un lugar que está a solo 40 minutos en coche de donde vivo ahora: es especial para mí. 

Quería un lugar que no fuera un destino de vacaciones, pero que también tuviera montaña, escalada y playa. Me fui moviendo por la provincia de Asturias hasta que en 2018 me instalé en un pueblecito de 10 habitantes

Vista de las montañas desde la casa de Helen Taylor.
Vista de las montañas desde la casa de Helen Taylor.

Helen Taylor

Lo que realmente me hace feliz son los espacios verdes, las montañas y los animales: tengo perros y gallinas. Si me lo hubieran dicho hace 15 años, me habría horrorizado.

Empecé a dar clases de inglés. No es precisamente mi vocación, y no es fácil, pero es una buena manera de aclimatarse a un nuevo país y empezar a ganar dinero. 

Pensé en distintas opciones profesionales. Recordé que, cuando trabajaba en Londres, me gustaba asegurarme de que los clientes y los compañeros tuvieran todo lo que necesitaban en el momento y el lugar adecuados. 

Un amigo había montado un negocio de asistente virtual en febrero de 2020 y me habló de él. Me pasé 6 meses investigando

Al principio me preocupaba no haber acumulado nunca experiencia en la gestión de agendas ni en ser la asistente personal de nadie. Pero investigando me di cuenta de que el término "asistente virtual" engloba muchas clases de trabajos diferentes.

Ayudo a la gente a escribir blogs, redactar contenidos para sitios web y newsletters, actualizar sus webs y organizar seminarios online. 

En enero de 2022 hice un curso de iniciación con la Asociación de Asistentes Virtuales Profesionales (APAV) y empecé a conseguir clientes muy pronto. 

En ese curso estuve en contacto con otros asistentes virtuales que tenían clientes a los que no podían atender. Hay muchas personas que trabajan como asociados para otros asistentes virtuales

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Los asociados trabajan para un asistente virtual principal que se encarga de las tareas para las que ellos no tienen tiempo o capacidad. 

Tengo 2 clientes que me fueron recomendados por asistentes virtuales principales. Por ejemplo, trabajo en Canva como asociada para una asistente virtual principal a la que no le gusta diseñar a través de esta herramienta pero que hace el resto de las tareas del cliente. 

Me uní al grupo de miembros de la APAV, que me proporcionó un mentor afianzado ya en el oficio. Tenía una sesión con ellos cada 2 semanas. Sus orientaciones me fueron de un valor inestimable: no tengas miedo nunca de invertir en tu propia formación ni en tus herramientas de trabajo.

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Al principio me daba miedo establecer contactos en LinkedIn, pero pronto lo superé. Hay cientos de grupos de asistentes virtuales allí y en Facebook. 

Empecé ofreciendo a los clientes tareas que sabía que podía hacer. Pero también estaba dispuesta a aprender cosas nuevas si me lo pedían. 

Me sentía segura haciendo cualquier cosa que implicara escribir o crear contenido para audiencias externas, especialmente en Canva. 

Nunca le diría a nadie que puedo hacer algo si no sé cómo hacerlo. Pero si un cliente me pedía algo nuevo para mí, me daba a mí misma la oportunidad de aprender a hacerlo. Empecé a familiarizarme con distintos sistemas de gestión de proyectos y de financiación. Así podía aceptar más tareas de mis clientes. 

Aumenté mi tarifa a 5 libras por hora después de que 3 personas me dijeran que mis precios eran demasiado bajos: no te malvendas.

Una vez vayas ganando confianza, poco a poco te irás dando cuenta de que puedes cobrar más.

Por otra parte, hay que tener en cuenta que los autónomos pagan su propia cuota de Seguridad Social en España. También tuve incluir en la ecuación que los autónomos no cobran vacaciones ni cobran bajas por enfermedad. 

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Ahora todos mis paquetes (de 5, 10 y 15 sesiones) cuestan 30 libras la hora, algo menos de 35 euros, después de cobrar durante algún tiempo 25 libras, unos 30 euros. 

Están pensados para que la gente las compre en lote. Cobro 35 euros la hora por el trabajo ad hoc: la ventaja de hacerlo así es que de esta manera puedo organizar mi tiempo. Así, por ejemplo, si sé que voy a dedicar 10 horas a un cliente concreto en un mes, puedo organizar mejor al resto. 

Ahora gano una media de 1.700 euros al mes después de impuestos y gastos. Me pago a mí misma entre 1.200 y 1.400 euros. No parece mucho para alguien que vive en Londres, pero aquí dan para mucho.

Me encanta mi empleo: trabajo unas 6 horas al día y mi horario es mío, pues yo establezco cuánto trabajo

Helen Taylor alimentando a las vacas de su pueblo en Asturias.
Helen Taylor alimentando a las vacas de su pueblo en Asturias.

Helen Taylor

Trabajo entre 4 y 5 horas facturables al día. Luego dedico tiempo a la administración, el marketing y la reflexión personal. 

Empiezo a trabajar temprano para que mis clientes de Londres puedan empezar a las 9 de la mañana con la bandeja de entrada limpia. Me tomo un descanso por la mañana temprano para ir a recoger los huevos de mis gallinas. Luego, me tomo un descanso a la hora de comer y a veces salgo a correr.

Por la tarde saco a pasear a mis perros. Luego trabajo hasta un poco más tarde, lo que me ayuda a mantener el contacto con mis clientes. 

El clásico horario de 9 a 5 no existe para mí. Tardé un tiempo en desvincularme de mi trabajo, pero ahora me gusta mucho lo que hago. 

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