El dato al que se aferran los inversores: los grandes derrumbes de la bolsa desembocan un año después en rentabilidades superiores al 10%

Trader en Wall Street lamentándose de las cotizaciones.
  • El comportamiento de las bolsas mundiales está reflejando una alta volatilidad, pese a que se han podido descontar parte de los efectos económicos que ya está generando esta pandemia.
  • Serge Pizem, responsable global de inversiones en Multi-Assests de AXA IM, lo dice abiertamente: “Mantengan la calma, en lugar de tratar de invertir y desinvertir el dinero en los distintos mercados”. 
  • Basándose en el índice MSCI World, considerando la reinversión de dividendos, la realidad es que dejando pasar un año tras las jornadas desastrosas, siempre se han plasmado rentabilidades positivas salvo en una ocasión: el rendimiento anual fue negativo tras el descenso abrupto en la crisis financiera de septiembre de 2008.
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La tormenta del coronavirus sigue pesando a muchos inversores. El comportamiento de las bolsas mundiales está mostrando una alta volatilidad, pese a que ya se han podido descontar parte de los efectos económicos que está generando la pandemia. El dinero es miedoso y muestra las dudas que están surgiendo.

¿Hay algún rayo de luz al que aferrarse? Si se miran algunos datos parece que sí y los expertos de grandes gestoras de fondos siguen lanzando los mismos mensajes de tranquilidad. Serge Pizem, responsable global de inversiones en Multi-Assests de AXA IM, lo dice abiertamente: “Mantengan la calma, en lugar de tratar de invertir y desinvertir el dinero en los distintos mercados”

Dentro del mercado hay inversores que desoyen este tipo de recomendaciones y salen en estampida de la renta variable. Deciden vender y optan por la liquidez hasta que todo pase. Sin embargo, esa quizá no sea la mejor estrategia si se realiza un análisis de los días más catastróficos de los mercados.

Aquellos que han optado por no invertir en acciones con la esperanza de que se produzcan nuevas caídas de los mercados, así como los que han vendido ahora para volver a comprar más tarde a bajos precios, “corren el riesgo de perderse grandes oportunidades”, dice Pizem. Invertir y desinvertir es una estrategia que puede tener graves consecuencias en términos de rentabilidad.

Es la conclusión si se observan los acontecimientos históricos más desastrosos en la historia de los mercados. Basándose en el índice MSCI World, considerando la reinversión de dividendos, la realidad es que dejando pasar un año tras las jornadas desastrosas, siempre han llegado rentabilidades positivas salvo en una ocasión: el rendimiento anual fue del -0,1% tras el descenso abrupto del 6,9% el 29 de septiembre del 2008.

Es más, salvando la medición desde el 10 de octubre del 2008, en plena crisis subprime, en el que 12 meses después el retorno fue del 7,9%; y un año después del intento de golpe de la Unión Soviética, con una rentabilidad del índice del 1,9%, el resto de los ejemplos muestran ganancias porcentuales de doble dígito 365 después de que la bolsa sufriese una sesión absolutamente tortuosa.

Rentabilidades un año después de las sesiones más negras en la bolsa.

También, si se toma como referencia el comportamiento a 5 años vista el resultado es aún más sorprendente, dado que, en 4 ocasiones, el selectivo mundial consiguió doblar su cotización. Una tendencia que arroja cierta esperanza en la turbulencia que viven las principales plazas bursátiles del mundo ahora mismo.

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El pesimismo se estanca

En este sentido, efectivamente, no todo es negro y hay datos que pueden invitar a cierta esperanza. Uno es que los inversores con grandes patrimonios y los empresarios mantienen su optimismo a largo plazo a pesar de la fuerte caída de la confianza a corto plazo debido al coronavirus, según el último estudio Investor Sentiment de UBS.

Esta encuesta trimestral que realiza la entidad indica que el 70% de los consultados es optimista sobre las perspectivas económicas a largo plazo para su región, prácticamente sin cambios respecto a la encuesta anterior. 

De este modo, el 46% expresa su optimismo sobre las perspectivas a corto plazo, lo que supone un descenso de 21 puntos porcentuales respecto al anterior estudio. La proporción de inversores que son positivos descendió, eso sí, de forma más pronunciada en Estados Unidos: del 68% al 30%, y menos en Europa que, sin contar Suiza, pasó del 58% al 50%

A escala mundial, el 47% de los inversores espera mantener sus inversiones en el mercado bursátil sin cambios en los próximos seis meses, mientras que un 37 % tiene previsto invertir más. Además, el 23% cree que ahora es un buen momento para comprar acciones y un 61% lo considera una oportunidad de compra si las acciones caen entre un 5% y un 20% más.

¿La clave? Diversificación y prudencia

Por tanto, Pizem aconseja que, frente a este esquema, lo más efectivo es “diversificar carteras seleccionando inversiones en distintas clases de activos”, incluyendo acciones, renta fija y activos inmobiliarios, ya que “estos activos no se comportan de la misma forma en las distintas fases del mercado”. 

El mercado frente a las recesiones.

Invertir consiste, principalmente, “en una actividad que requiere un enfoque a largo plazo si lo que se pretende es maximizar las probabilidades de obtener plusvalías a partir de las inversiones realizadas”.

Por otra parte, Varun Ghotgalkar, estratega de renta variable del departamento de Research-Core Investmets de AXA IM, avisa sobre los últimos rebotes de los mercados al asegurar que es probable que un rebote sostenible “sólo se active cuando los inversores tengan la confianza suficiente de que el virus se está conteniendo a nivel mundial”. 

Aunque Ghotgalkar mantiene la expectativa de que “la actividad se recuperará en el segundo semestre”, considera “optimistas” las actuales previsiones sobre beneficios que refleja la renta variable. 

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