El día que Sony, la productora de la última película de Venom, rechazó comprar los superhéroes de Marvel por 20 millones de euros, un 0,1% de lo que llevan recaudado desde 2008

'Vengadores: Endgame'.
'Vengadores: Endgame'.

Marvel

  • En 1998, Sony tuvo la oportunidad de comprar los derechos de buena parte de los superhéroes de Marvel por algo más de 20 millones de euros.
  • La empresa rechazó hacerlo por considerar que el único personaje que el gran público conocía era Spiderman, por lo que se limitó a hacerse con sus derechos por cerca de 8,5 millones de euros.
  • Aunque ha sido un negocio lucrativo para Sony, sus números palidecen ante la explosión del Universo Cinematográfico de Marvel, que ha recaudado en el cine más de 20.000 millones de euros, un 0,1% de lo que le hubiese costado a Sony apostar por ellos.
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La oferta era interesante, pero necesitaban tiempo para pensarla. 

Cuando Yair Landau, un joven directivo de Sony, escuchó la propuesta de Marvel, lo primero que pensó fue que debía trasladarla a sus superiores. Corría el año 1998.

Él formaba parte de un gigante de la tecnología y el entretenimiento en busca de nuevas oportunidades de negocio, y Marvel tan solo era una conocida empresa de cómics que aún se sacudía el susto de verse al borde de la bancarrota en una década, los 90, en la que los jóvenes parecían haberse olvidado de los superhéroes para abrazar las videoconsolas.

Aun así, había que considerarlo. Landau sabía que Ike Perlmutter, el representante de Marvel en las negociaciones y hombre con fama de obligar a sus empleados a aprovechar las dos caras de los pósits para ahorrar papel, no hablaba nunca a la ligera cuando se trataba de dinero. Sabía que le había costado mucho llegar a hacer esa oferta.

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Y, sin embargo, ahí estaba: 25 millones de dólares, algo más de 20 millones de euros, y serían de Sony los derechos de casi todos los superhéroes de Marvel: Hulk, Thor, Iron Man, Ant-Man, Black Panther... Desde luego, había que pensarlo.

Pero cuando el joven Landau volvió con la propuesta bajo el brazo para comentarla con Sony, la respuesta fue mucho más rotunda de lo que esperaba.

"Céntrate en Spiderman, al resto de superhéroes no los conoce nadie, no tienen salida comercial", le vinieron a decir.

Y con ese mensaje llegó de nuevo ante Perlmutter. Solo Spiderman, nada de meter en el saco superhéroes raros como el hombre hormiga aquel (que 20 años después sería clave para introducir en Marvel el mundo cuántico, un resorte en la trama de su universo que permite resolver la fase 3).

Sony y Marvel sellaron la cesión de los derechos del hombre araña en 10 millones de dólares, algo más de 8,5 millones de euros, más el 5% de lo que generaran en taquilla las películas.

Todo este proceso lo contó en 2018 el periodista Ben Fritz en su libro The Big Picture: The Fight for the Future of Movies (Imagen panorámica: la lucha por el futuro de las películas) y en un extracto del mismo publicado entonces por The Wall Street Journal.

Como reconocimiento tácito de que lo que cuenta Fritz es cierto, el propio Landau se ha encargado recientemente de compartir el fragmento publicado en el WSJ en su sección de Destacados de Linkedin.

Desde luego, fue un buen negocio para Sony. Entre 2002 y 2004, las 2 películas de Spiderman llevadas a la gran pantalla recaudaron juntas algo más de 1.300 millones de euros. Todo un éxito. 

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Sin embargo, entre los conocedores del acuerdo entre Marvel y Sony quedó flotando en el ambiente una duda. 

Si Spiderman había sido un taquillazo, ¿no podrían haberlo sido también el resto de superhéroes de Marvel de haberse decidido la empresa nipona a apostar también por ellos? ¿De verdad era cierta la teoría, sostenida por Sony con cierto empecinamiento, de que en el imaginario colectivo de la gente solo había sitio para Spiderman?

Lo descubrirían en las siguientes 2 décadas. 

Desde la aparición de la primera película de Iron Man en 2008, las más de 20 películas de los superhéroes de Marvel, que tienen la virtud de conformar un universo coherente que permite que unos aparezcan en las películas que protagonizan los otros y viceversa (el conocido como Universo Cinematográfico de Marvel o UCM), llevan recaudados más de 20.000 millones de euros.

La cifra representa un 0,1% de lo que a Sony le hubiese costado invertir en ellos en 1998, cuando decidió abrirse solo al ir y venir de las telas de araña de Spidey.

El rechazo de Sony: una decisión justificada

Hay decisiones que marcan para siempre el futuro de una persona o el de una empresa. Con el paso de los años, surge la tentación de juzgar injustamente estos grandes momentos con la información de que se dispone de ellos muchos años después, no con la que se tenía cuando hubo que elegir.

Se trata de un error que se comete a menudo. Igual que, al hablar de NBA, la elección de Sam Bowie por delante de Michael Jordan en 1984 por parte de los Trail Blazers figura siempre entre los primeros puestos de las listas de grandes errores históricos, al hablar de empresas, la supuesta falta de visión de Sony en 1998 casi siempre se subraya.

Sin embargo, en ambas situaciones había motivos más que suficientes para que los directivos tomaran la decisión que tomaron. Los Blazers contaban ya con Clyde Drexler, un escolta que hubiese cerrado el paso al joven Jordan, y Sony, una empresa que produce películas, pero también fabrica videoconsolas y equipos de música (entre otros muchos negocios), no quería ir mucho más allá con los superhéroes.

Ni siquiera está claro aún hoy que a Sony le interesen mucho los superhéroes. 

Aunque la empresa se prepara para el inminente estreno Venom: Habrá matanza (ya en cines de EEUU y en España a partir del próximo 15 de octubre) y ya ha anunciado su hoja de ruta con Spiderman para los próximos 7 u 8 años, son muchas las voces que ven a Sony más como un actor capaz de llegar a acuerdos puntuales con los gigantes del streaming que como un competidor al uso.

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"Sony diversifica mucho su negocio. No han unido los puntos como ha hecho Amazon, por ejemplo, para montar su propia plataforma de streaming, pero tienen videojuegos, videoconsolas...",  dice Francisco Asensi, jefe de Estrategia de entretenimiento digital en la distribuidora de cine DeAplaneta y profesor universitario experto en ocio digital.

"Con Spiderman yo creo que tienen lo que querían, y aún lo explotarán un tiempo", subraya Asensi.

Todo cambió, explica, cuando Marvel se unió a la productora Lionsgate. Tras el éxito cosechado por Spiderman durante aquellos años, esta, en 2004, centró sus esfuerzos en convencer a los hombres de Marvel de que Sony se equivocaba: había espacio para más superhéroes. 

Es más: había espacio para todo su universo. Ahí era nada.

Empezaron por el lado más insospechado. Interpretado por Robert Downey Jr, Iron Man era en muchos sentidos la otra cara de la moneda de Spiderman. 

Si uno es humilde, el otro es arrogante, si uno presume de ser el amigo y vecino de todos, el otro vive en lo alto de una inmensa torre al estilo Donald Trump; si uno se las ve y se las desea para preservar el secreto de su identidad, el otro presume de ser quien es; si uno adquiere sus poderes tras un accidente, el superpoder del otro se limita a tener muchos ceros en su cuenta corriente.

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El experimento funcionó. La primera película de Iron Man recaudó más de 550 millones de euros. Si había lugar para un superhéroe tan distinto de Spiderman, debía de haberlo para todos los demás.

En 2010, Marvel fue absorbida por Disney tras recibir más de 4.500 millones de euros. La fusión fue más que conveniente, pues si algo saben hacer en la empresa del eterno ratón, detalla Asensi, es crear universos perdurables.

Con todo, el analista no ve motivo para que en Sony se arrepientan de la decisión tomada hace más de 20 años: "Era la decisión correcta en 1998. Ya se veía que internet supondría un cambio importante, pero nada hacía presagiar que afloraría al mainstream la cultura del cómic, que entonces era todavía un poco un nicho".

El experto, además, hace memoria: "Cuando dijeron en Sony que el único superhéroe conocido por el gran público era Spiderman, dijeron la verdad. Era el único que había adquirido entidad propia, el único construido y definido. La gente no tenía ni idea de quiénes eran los Guardianes de la Galaxia ni Thanos". 

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