Si hay una enfermedad que temes es el cáncer, una de las grandes rémoras de la salud moderna, cada vez más presente y a edades más tempranas. Pero puedes hacer mucho por prevenir. Según el Código Europeo Contra el Cáncer o la Asociación Española contra el Cáncer, la alimentación es uno de los factores clave para reducir el riesgo de desarrollar esta enfermedad. 

Una dieta equilibrada y otros hábitos saludables pueden desempeñar un papel fundamental en la prevención del cáncer y en la longevidad. La genética influye, pero no es tan importante como se cree, y si el dicho de "somos lo comemos" es cierto, y cada vez hay más evidencias al respecto, si llevas una dieta adecuada anti cáncer, será complicado que lo padezcas. 

Los cánceres más comunes

Antes de comenzar, tienes que saber cuáles son los cánceres más frecuentes: en hombres, el de pulmón, próstata, colon y recto, estómago e hígado; en el caso de las mujeres, el de mama, colon y recto, pulmón, cérvix y estómago. 

Pero al margen de los más frecuentes o los diferentes tipos, la alimentación sana y nutritiva es igual de imprescindible para prevenir cualquiera de ellos, más allá de que haya ciertos tipos de alimentos que se haya demostrado una mayor eficacia preventiva en unos u otros. 

La relación entre alimentación y cáncer

La relación entre la alimentación y el cáncer es compleja. Aunque no se puede afirmar que una dieta específica pueda prevenir completamente la enfermedad, sí se sabe que ciertos alimentos y sustancias pueden aumentar o disminuir el riesgo de desarrollar cáncer.

Entre las sustancias cancerígenas que pueden encontrarse en los alimentos se incluyen las aflatoxinas, que se encuentran en el maíz y los frutos secos, y las dioxinas y PCB, presentes en grasas animales y productos lácteos. También está el benzopireno, que se forma al tostar o quemar alimentos ricos en grasa o proteínas, y el arsénico, que se encuentra en el agua corriente y aguas de riego.

Prevención del cáncer de mama

Uno de los tipos de cáncer más comunes en las mujeres es el cáncer de mama. Para reducir el riesgo de padecerlo, es importante considerar factores como la edad de la menarquia, la menopausia tardía, la maternidad temprana o evitar el tabaquismo. 

La obesidad también se ha relacionado con un mayor riesgo de cáncer de mama debido a niveles elevados de estrógenos, con lo que una alimentación equilibrada e hipocalórica es vital. 

Cáncer de colon y alimentación

El cáncer de colon y recto es otra enfermedad oncológica común, cada vez más. Existe cierta controversia en torno al consumo de carne roja y procesada en relación con este tipo de cáncer, al igual que la conveniencia de los tan de moda ayunos intermitentes o no. 

Según la OMS, el consumo excesivo de carne procesada aumenta el riesgo, pero es importante interpretar esta información con cautela. Comer carne con moderación y optar por fuentes de proteínas magras puede ser una decisión más saludable.

La relación entre el alcohol y riesgo de cáncer

El alcohol es una de las sustancias más cancerígenas que se consumen con regularidad. El etanol y el acetaldehído presentes en las bebidas alcohólicas están relacionados con varios tipos de cáncer, como el de mama, intestino, hígado, cavidad oral, faringe y laringe. Limitar el consumo de alcohol es esencial para reducir el riesgo.

Por tanto, tan importante o más es lo que no comer y evitar, que la dieta en sí, que incluyen, como vas a ver ahora, los alimentos que cualquier nutricionista y médico recomienda en tantos otros casos de prevención y cuidado personal. 

Dieta y prevención del cáncer: ¿Qué Comer?

La evidencia científica respalda ciertas recomendaciones dietéticas para prevenir el cáncer. Lo primero es consumir una dieta rica en verduras, frutas, legumbres y féculas, además de mantener un peso saludable y evitar la obesidad.

La alimentación es el 70% de proceso, pero realizar actividad física moderada de forma regular es el complemento perfecto. También incluye al menos 400-800 gramos de frutas y verduras variadas en la dieta diaria.

La dieta tipo

Lo primero es consumir legumbres, cereales integrales y alimentos vegetales en cantidades adecuadas; a continuación, limitar el consumo de alcohol, si es necesario, a una copa al día en mujeres y dos copas en hombres.

En cuanto a la proteína animal, reducir el consumo de carne roja y optar por fuentes de proteínas magras; evitar el exceso de grasas animales y alimentos grasientos; limitar el consumo de alimentos conservados en sal y evitar los alimentos chamuscados.

Suplementos vitamínicos y el rol de la dieta

Seguir una dieta equilibrada como la mencionada generalmente elimina la necesidad de tomar suplementos vitamínicos. Además, no se ha demostrado que los suplementos vitamínicos reduzcan el riesgo de cáncer, con lo que este punto se podría obviar, salvo en determinados casos de carencias o situación personal, que será el médico quien decida si incluirlo o no. 

Adoptar un estilo de vida saludable que incluya una alimentación equilibrada, la limitación del alcohol y la actividad física puede desempeñar un papel crucial en la prevención del cáncer. Sin embargo, es importante recordar que no hay garantía de que se pueda evitar completamente esta enfermedad, pero estos hábitos pueden reducir significativamente el riesgo.