Por qué al jefe de estrategia de IA de KPMG no le preocupa que los consultores se queden obsoletos

Tim Paradis
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La IA y el ser humano se dan la mano.

Malte Mueller/Getty

  • El director del departamento de inteligencia artificial e innovación digital de KPMG espera que la IA no reemplace a los trabajadores, sino que haga que se necesiten más.
  • Steve Chase es el encargado de transformar el negocio de la consultora en Estados Unidos mediante la adopción de la inteligencia artificial, la analítica y otras tecnologías.

Las revoluciones tecnológicas pueden dejar a mucha gente sin trabajo.

Esa es una de las preocupaciones que genera la avalancha de la inteligencia artificial. Steve Chase, consultor de la filial de KPMG en Estados Unidos desde hace muchos años, ha oído las voces de alarma. También las escuchó a finales de los 90 y a mediados de los 2000 con el auge de Internet y la posible destrucción de empleo que podía haber generado en la consultora.

Chase va a ser el encargado de dirigir un nuevo departamento de IA e innovación digital de KPMG en EEUU y asegura que la inteligencia artificial va a ser como el resto de olas tecnológicas, pero más grande. Y, al igual que ocurrió en esas ocasiones, la idea es que KPMG siga creciendo.

"Estamos absolutamente convencidos de que vamos a necesitar a más gente", explica Chase a Business Insider, "porque el número de preguntas que recibimos de los clientes es cada vez mayor".

Probablemente sean buenas noticias para los 35.000 empleados estadounidenses de este gigante de la contabilidad y la consultoría. Este verano, KPMG anunció que iba a invertir —en colaboración con Microsoft— 2.000 millones de dólares en IA en los próximos cinco años (unos 1.900 millones de euros al tipo de cambio actual).

Inteligencia artificial, uso en empresas.

"Tenemos la capacidad de ser mucho más rápidos y exhaustivos utilizando estas herramientas para poner el conocimiento en manos de alguien que lo necesita para poder resolver un problema empresarial", afirma Chase. 

Una de las formas en las que las personas van a seguir siendo esenciales, explica el directivo, va a ser garantizar que la información y las recomendaciones que produce la inteligencia artificial tienen sentido.

Los humanos van a tener que ser capaces de hacer las preguntas adecuadas a la IA para obtener respuestas sólidas, señala Chase. También tendrán que pedir y evaluar referencias para entender en qué basa sus recomendaciones la tecnología, añade.

Esa necesidad de que los humanos interactúen con la inteligencia artificial es importante porque, en el pasado, la automatización ha dejado obsoletos algunos puestos de trabajo. Sin embargo, con el tiempo, esos mismos avances tecnológicos pueden acabar creando más empleos de los que se automatizan, porque hacen que los trabajadores sean más productivos. 

Uno de los interrogantes que se plantean algunos expertos es si esta ola de IA va a ser diferente de las muchas revoluciones tecnológicas que ha habido antes.

Reformular la empresa y la forma de trabajar

Chase indica que el objetivo que se le ha asignado es transformar KPMG en Estados Unidos mediante la adopción sistemática de inteligencia artificial, la analítica y otras tecnologías emergentes.

Parte de lo que hace que la IA sea única, asegura el ejecutivo, es que, en el pasado, la gente que se encargaba de los negocios de una compañía a menudo se dirigía a la gente de tecnología y les pedía ayuda para lograr un objetivo. "Ahora la tecnología está cambiando literalmente la oportunidad de pensar en el modelo de negocio", apunta Chase.

En el caso de la consultora, un ejemplo de este cambio podría ser la forma en que la empresa recoge las decisiones que surgen de las reuniones con los clientes, especialmente las grandes reuniones de varios días en las que muchas personas necesitan conocer los resultados. 

Tradicionalmente, requería mucho trabajo documentar las decisiones y definir los pasos a seguir. "Estamos incorporando a Internet la capacidad de revolucionar esta situación en términos de cómo se lleva a cabo ese proceso y ser capaces de resumir, redactar los correos, hacer el seguimiento, etc.", expresa el directivo, refiriéndose al papel que puede jugar la inteligencia artificial.

Más allá de que un bot haga recomendaciones con los pasos a seguir, el uso de la IA implica replantearse cómo se configuran los equipos. Los departamentos centrados en el compromiso con el cliente o en funciones como el marketing no se van a organizar de la misma forma que en el pasado, señala Chase.

"Así que hay que enseñarle a la gente cuál es su nuevo trabajo", explica. Un trabajo que va a suponer "personas habilitadas o impulsadas por un conjunto de herramientas cada vez mejor".

 

El director de inteligencia artificial e innovación digital de KPMG afirma que sus clientes preguntan a menudo cómo se utiliza la IA dentro de las compañías. La consultora cuenta con varios ejemplos, sobre todo en áreas como auditoría interna, finanzas, RRHH y operaciones, Pero el impacto más amplio es el amplio conocimiento que puede aportar a todos los empleados de una organización.

Las empresas van a tener que ser capaces de articular una estrategia de inteligencia artificial, argumenta Chase, pero también van a tener que pensar en términos más amplios. "Dime cuál es tu estrategia empresarial e incorpórale IA", comenta. "Piensa en qué aspectos de tu modelo de negocio podrían verse afectados y piensa qué vas a hacer al respecto".

Al hacer que la inteligencia artificial haga parte del trabajo duro, Chase espera que los trabajadores tengan más tiempo para dedicarse al trabajo de análisis y para colaborar con sus compañeros para asegurarse de que esas ideas se comparten y se entienden.

"Sé que la gente habla de que va a reducir la interacción humana", sentencia refiriéndose a la IA. "Yo lo veo exactamente al revés".

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