La incógnita del voto joven ante las elecciones en Cataluña, analizada por varios politólogos: de la radicalización que aprovechará Vox al "no olvidan" el 1-O
- Las elecciones de este domingo en Cataluña pueden abrir la puerta al fin del procés o a un cambio de etapa política en la región.
- El voto de los jóvenes será determinante, y los extremos tanto en el eje independentista como en el eje ideológico tratará de capitalizarlo, según los expertos.
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Este domingo se celebran unas nuevas elecciones autonómicas en Cataluña que podrían ser importantes en muchos aspectos.
El primero es el contextual. Son unas elecciones en una región golpeada por la pandemia del coronavirus y que algunas formaciones plantearon atrasar, pero que la Justicia no permitió. El segundo es el histórico: hace prácticamente 10 años comenzaba lo que se ha dado en conocer como el procés soberanista y estos comicios podrían ser o un tránsito o un hito hacia una nueva era política.
El tercero podría ser el generacional.
Varios analistas y politólogos han detallado a Business Insider España cuál podría ser la incidencia que podría tener el voto de los más jóvenes en los resultados electorales que se conocerán en las próximas horas. Son Xavier Pastor, profesor y politólogo de la Universitat Oberta de Catalunya; Jordi Pacheco, decano del Col·legi de Professionals de la C. Política i de la Sociologia; e Ignacio Jurado, investigador y politólogo de la Carlos III de Madrid.
Un voto desincentivado e indeciso
¿Qué es joven? El CEO —conocido como el CIS catalán— enmarca en la misma franja de edad a los votantes de edades comprendidas entre los 18 y 24 años. Estudiando sus datos, los politólogos Pastor y Jurado extraen varias conclusiones.
La primera es que se trata de un voto desincentivado. "Es muy posible que la pandemia acabe incrementando el porcentaje de abstencionismo. Los jóvenes no tienen tan interiorizado el sistema democrático todavía, por lo que o votan o no votan; no votan en blanco o votan nulo", explica Pastor.
"La pandemia ha incrementado los conflictos comunitarios, hay mucho más malestar a flor de piel, y las elecciones catalanas parten de la misma premisa que unas elecciones en un contexto de crisis económica. En este caso, de doble crisis: sanitaria y económica", recuerda el profesor de la UOC.
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Ignacio Jurado también detalla que incluso en la pregunta de qué partido van a votar se refleja esa indecisión, algo mayor que en la de grupos de mayor edad. Por eso él no tiene tan claro que el voto joven vaya a ser determinante este 14-F. "Si tu grupo de edad vota igual que el resto de grupos, lo único que haces es añadir, no cambiar".
Además, ambos expertos recuerdan el doble eje en el que hay que leer las elecciones catalanas. Un eje es el que sitúa en sus extremos el autonomismo o constitucionalismo frente al independentismo o el soberanismo. El otro eje sitúa en sus extremos la izquierda y la derecha.
Un voto más radical
Jurado apunta a que el voto joven quizá rompa algunas expectativas: "Son menos independentistas y están menos interesados en el procés". "Una parte no", matiza, "porque el voto de la CUP sigue siendo muy joven". "Pero si les preguntas cuánto le va a importar las relaciones entre Cataluña y España, las respuestas de los jóvenes son muy inferiores al de resto de grupos de edad".
Por eso, si efectivamente el período político que ha marcado el procés soberanista está llegando a su fin, una lectura que hace Pastor del "problema" es que muchos jóvenes tengan a Vox como una opción electoral preferente.
El periodista Roger Tugas, de Nació Digital, hacía recientemente un retrato de cómo serán los votantes jóvenes de Vox de este domingo.
Pastor matiza: "Los jóvenes se radicalizan. Hablo de los que votan. Irán a posturas más extremas, tanto en la relación España-Cataluña como en la relación izquierda-derecha". Y recuerda: "El lenguaje de Vox son palabras altisonantes, un lenguaje grueso y vocablos duros que parecen que les hace mostrarse sin costuras... cuando en realidad se van a presentar igual que el resto de candidatos para ocupar las instituciones, no para luchar contra lo establecido".
Jurado también matiza cuando se refiere a que a los jóvenes les importa menos la relación entre España y Cataluña. Es un "menos" contextual: en Cataluña "siempre ha importado mucho" esa relación con respecto a otras regiones del estado. Pero "la votación es un mandato: uno vota para que alguien haga realidad unos deseos, y estos deseos están ahora menos imbuidos por el procés".
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Sobre si es el fin o no del procés y se abre una nueva etapa política, es difícil discernirlo. Jurado cita a una politóloga, Berta Barbet. Ella se refiere a lo que ocurre en Cataluña como un período de transición, "un altiplano". "Yo diría que es un impasse. No sabemos si después de haber escalado la meseta la volveremos a bajar a un nuevo ciclo soberanista o esto se enfriará. Parece que es más razonable esto último, pero no vemos indicios seguros de que esto vaya a ser así".
Un ejemplo de ello es el cordón sanitario que los partidos independentistas han pactado sobre el candidato y exministro de Sanidad, Salvador Illa.
¿Este enfriamiento responde a la pandemia? "Es difícil de contestar. Yo diría que ha ayudado algo, pero no es el factor principal. El giro de ERC es anterior. La pandemia ha hecho que la Mesa de Diálogo con el Gobierno central se haya pospuesto. De no haber ocurrido, habríamos visto más episodios".
Un voto que no olvida
Jordi Pacheco, profesor de la Universitat de Barcelona y decano del Col·legi de Professionals de la C. Política i de la Sociologia, continúa con lo explicado por Pastor y Jurado, aunque va más allá sintetizando. Habla de dos bloques. "Los partidos constitucionalistas en el sentido de unitarios con el estado y los soberanistas e independentistas".
"Lo que vemos desde hace más de 10 años es que las mayores cohortes están en el segundo bloque. Hay que esperar para ver si estas tendencias cambian o no. Yo no lo he detectado", dice, refiriéndose, en concreto, a las tendencias de los votantes más jóvenes.
"Si la tendencia no se revierte, las fuerzas soberanistas tendrán cada vez más fuerza. Si alguien piensa que lo que pasó el 1 de octubre de 2017 no va a tener efecto en los jóvenes, estará muy equivocado", expone. El 1-O se celebró un referéndum por la autodeterminación en Cataluña que fue declarado ilegal por los tribunales, y que provocó una serie de tumultos y cargas policiales.
Cargas que se dieron, eminentemente, en colegios e institutos electorales. Por eso Pacheco mantiene que "los que ahora tienen 18, 19 o 20 años eran adolescentes entonces y vivieron esas escenas muy mal, porque esos centros eran entonces su espacio natural". "Su espacio seguro".
"Son sitios que como sociedad hemos decidido que sean cerrados y seguros para proteger a una población relativamente vulnerable. Y esos espacios fueron allanados, subjetivamente se vivió mal", destaca, "y más en esa edad que es cuando se conforman las principales visiones políticas".
"Lo que sí se puede reproducir es que haya un desencanto o algún tipo de desafección con respecto a los partidos que se presentan, y por tanto haya más abstención", expone.
Pero la única certeza que se puede extraer de estos análisis es que la polarización no termina con los votos más jóvenes y la desafección en muchos casos por la política tampoco.
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