La petición de Elon Musk para frenar el desarrollo de la IA podría ser una artimaña para ponerse al día con la competencia, asegura un experto inversor

Pete Syme
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Vinod Khosla (izquierda), empresario tecnológico de capital riesgo y Elon Musk, CEO de Twitter, Tesla y SpaceX.
Vinod Khosla (izquierda), empresario tecnológico de capital riesgo y Elon Musk, CEO de Twitter, Tesla y SpaceX.

Steve Jennings/Getty para 'TechCrunch'; Theo Wargo/WireImage

  • Elon Musk compró 10.000 tarjetas gráficas para construir un gran modelo lingüístico de inteligencia artificial para Twitter; un movimiento que se produjo poco después de que el multimillonario firmase un manifiesto para frenar el desarrollo de la IA más avanzada.
  • Un importante fundador de una empresa de capital riesgo ha afirmado ahora que sospecha que Musk solo quiere ponerse al día frente a la competencia.

La petición de Elon Musk para frenar el desarrollo de la inteligencia artificial podría ser una estratagema para intentar ponerse al día, según ha expresado Vinod Khosla, un veterano inversor de capital riesgo especializado en el sector tecnológico.

El consejero delegado de Twitter fue uno de los miles de líderes de opinión que firmaron una carta abierta que fue publicada en marzo. En ella se advertía de que las compañías de IA estaban "enzarzadas en una carrera fuera de control" y se reclamaba una moratoria de 6 meses para el desarrollo de las tecnologías más potentes.

A principios de esta semana, Musk apoyó a Geoffrey Hinton, el conocido como padrino de la inteligencia artificial, que dimitió de su puesto en Google y declaró al New York Times que se arrepentía de haber creado una tecnología que podría poner en riesgo el futuro de la humanidad.

En cambio, Khosla cree que el fundador de Tesla solo intenta acortar distancias en esta carrera. "Elon está por detrás", ha indicado a Bloomberg el experto inversor. "Sospecho en un 80% que su petición para frenar el desarrollo de la IA ha sido para poder ponerse al día".

Elon Musk

El mes pasado, Business Insider informó de que Musk había comprado 10.000 unidades de tarjetas gráficas —GPU, por sus siglas en inglés— para la red social Twitter. Las empresas tecnológicas suelen utilizar estas GPUs para desarrollar los grandes modelos lingüísticos con los que funciona la inteligencia artificial.

Musk colaboró en la fundación de OpenAI en 2015. La compañía dirigida por Sam Altman ha lanzado recientemente herramientas como DALL-E o ChatGPT, generadores de imágenes y texto que han liderado la nueva ola de la IA. Sin embargo, Musk dimitió de su puesto en OpenAI en el año 2018, después de que la junta directiva de la organización rechazase su oferta de hacerse cargo del negocio.

Al parecer, el CEO de Twitter tenía miedo de que OpenAI se estuviese quedando atrás en la carrera tecnológica en favor de Google y consideró que tenía más posibilidades de lograr desarrollar una inteligencia general disruptiva en Tesla

Cuando un becario de OpenAI cuestionó la decisión de Musk, este le llamó "gilipollas" y el empleado recibió más tarde un trofeo para conmemorar esta disputa, según publicó el Wall Street Journal.

Sin embargo, antes incluso de que la segunda persona más rica del mundo se hiciera con el control de Twitter, ya venía advirtiendo sobre la amenaza que suponía la IA. En una conferencia en 2016, Musk defendió que los humanos podrían acabar convirtiéndose en "gatos domésticos" de la inteligencia artificial, y dio a entender que sería necesario un implante como Neuralink para poder combatirla.

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