Es posible subir tu productividad con un patín eléctrico

Vicente Cano
Para mejorar la duración de la batería, siempre es bueno arrancar impulsando con una de las dos piernas.
Para mejorar la duración de la batería, siempre es bueno arrancar impulsando con una de las dos piernas.
  • Hay patinetes eléctricos eficaces a partir de 400 euros.
  • Su autonomía llega a los 30 km y su velocidad máxima no debe superar los 25 km/h. 
  • En ciudades como Barcelona, su uso ya está regulado por la ordenanza de movilidad. 

He estado usando durante un mes un patín eléctrico y mi conclusión es que éste, o cualquier otro de los llamados dispositivos de movilidad personal, pueden ayudar a mejorar la productividad. Por lo menos, si tu lugar de residencia es una ciudad como Madrid, donde un conductor se pasa al año 21 horas de media detenido por completo en atascos, semáforos… 


Ese el dato del informe Inrix más reciente, de 2015, aunque esta cifra habrá ido en aumento por el incremento de la movilidad gracias a la recuperación económica —esa fue la tendencia ya en 2012, 2013 y 2014—. Además, en mi caso, ya que vivo en un pueblo en el límite de la provincia, el tiempo de detención en atascos puede perfectamente llegar a ser el doble: 42 horas al año. 

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Eso supone casi dos días con los que, hasta que lleguen los primeros coches autónomos, poco se puede hacer salvo escuchar la radio o hablar por teléfono, siempre, vía bluetooth. Así, tras hacerme con un patín eléctrico, he regresado al metro y al tren en busca de recuperar parte de ese tiempo. 

Patinete eléctrico, algo más que el juguete de moda

Al plegarse, el patín eléctrico cabe a la perfección en el maletero de cualquier coche o bajo los asientos del transporte público.
Al plegarse, el patín eléctrico cabe a la perfección en el maletero de cualquier coche o bajo los asientos del transporte público.

Ya había visto personas desplazándose por Madrid en uno de estos patinetes eléctricos y en lo últimos años estos dispositivos han bajado considerablemente sus precios e incrementado sus prestaciones. Tanto que se han hecho mucho más populares y en ciudades como Barcelona ya se ha regulado su uso a través de la preceptiva ordenanza de movilidad

En Madrid, estos dispositivos de movilidad personal todavía operan en un limbo legal que está en vías de regulación, según el Ayuntamiento. Como, de inicio, desconocía las diferencias entre las características de estos patinetes, Peugeot nos prestó uno —que únicamente se puede adquirir como extra en uno de su modelo 3008— para evaluar cuáles son las necesidades. 

Mi primera conclusión es que —tras el necesario periodo de aprendizaje sobre su funcionamiento—. con un patín eléctrico se puede incrementar la productividad en pocos días. De las casi dos horas de coche haciendo nada, pasé a apenas 20 minutos diarios de coche (indispensables), más otra hora y 20 minutos en transporte público para trabajar, leer o estudiar en el tren, y otros 20 de patín. 

El ahorro en gasolina frente al precio del transporte público tampoco es desdeñable, pero eso depende de dónde viva cada uno. En mi caso, cifro el saldo de ahorro en movilidad en 2,5 euros al día, teniendo en cuenta el pequeño gasto de electricidad del patín (una carga de dos horas dos veces al día). 

Es decir, tras unos ocho meses de uso metódico de un patín eléctrico, conseguiría amortizar totalmente una inversión de 400 euros. En ese tiempo, habría conseguido invertir 31,5 horas perdidas en el coche en tiempo eficaz para trabajar, estudiar o leer. Pero todavía hay más ahorros potenciales con los que no contaba. 

Los patines eléctricos como el que he probado se ofrecen más bien como solución de última milla, es decir, están más pensados para desplazamientos de un par de kilómetros a lo sumo. Y en esto no tienen rival porque son igual de rápidos y más cómodos que una bicicleta. 

Varios ejemplos: lo llevas en el maletero y no encuentras estacionamiento cerca del trabajo, no hay problema, aunque estés a ocho manzanas, el desplazamiento hasta la oficina se hará en dos minutos; también, cuando se trata de hacer recados, el patín electrificado termina convirtiéndose en una herramienta definitiva a la hora de ahorrar minutos

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Además, se puede entrar con el patín a cualquier establecimiento, cosa que no es posible hacer con una bicicleta. Sin embargo, durante el tiempo que estuve utilizándolo también he encontrado algunos problemas, como que Madrid es una ciudad que no está bien preparada para estos dispositivos. Normativa aparte: aceras irregulares y con resaltos y ausencia casi total de carril bici son las carencias más reseñables. 

En qué fijarse para comprar un patín eléctrico

El motor va dentro de la rueda, que además aplica algo de fuerza de frenado.
El motor va dentro de la rueda, que además aplica algo de fuerza de frenado.

Lo primero a tener en cuenta cuando se busque un patinete eléctrico es qué tipo de uso se le va a dar. Cuando los desplazamientos van a alcanzar puntualmente varios kilómetros, con sus posibles pendientes, es mejor buscar un patín con 10 amperios y 200 vatios de batería. En todo caso, no conviene subir cuestas de más del 10% con ninguno de ellos o la pila se agotará muy rápidamente. 

Barcelona exige que estos dispositivos móviles estén equipados con un timbre y luz, así que lo ideal es que los lleve. Dado que Madrid está tan mal preparada como otras ciudades para estos patines por sus irregulares aceras, no recomiendo comprar uno con ruedas pequeñas. 

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Lo ideal, independientemente de que el patín eléctrico disponga de amortiguación o no, es que tenga ruedas de al menos 7 pulgadas y con cámara, es decir, hinchables. El peso es también importante, porque si excede los 14 kilos, será mucho más incómodo de subirlo al maletero del coche o por las escaleras del metro.  

En cuanto a frenada es mejor que el patín tenga un sistema independiente de frenos, es decir, que no haya que detenerlo solo aplicando presión con uno de los pies sobre la rueda trasera. El que he tenido hacía freno-motor de manera automática y se detenía muy bien, pero siempre es más eficaz contar también con un freno en la rueda de delante. Sobre todo para cuando se circula cuesta abajo. 

Por último, he encontrado algunos patines a la venta en internet con potencias de 500 W y capaces de exceder los 30 km/h (hasta 35 km/h). Según la ordenanza de Barcelona, estos dispositivos no pueden circular a esa velocidad que, personalmente, considero peligrosa tanto para el conductor como para los peatones. 

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