Tecnología, impacto social y mucha demanda: las claves para conseguir financiación en tiempos de crisis para Oriol Fuertes, exconsultor de McKinsey y CEO de Qida

Oriol Fuertes, CEO y cofundador de Qida.
Oriol Fuertes, CEO y cofundador de Qida.

Qida

  • Tras haber levantado 21 millones de euros en un desértico 2023, Qida encara 2024 con la intención de alcanzar el punto de equilibrio financiero.
  • Para Oriol Fuertes, su CEO y cofundador, las claves de la financiación en este contexto son la buena tecnología, el impacto social y la demanda.

No se les dio mal. En un año que resultó poco menos que desértico en cuanto a financiación para la mayoría de las startups, Qida, una empresa que levantó 18 millones de euros en capital y 3 millones de euros de deuda.

Algo tienen que saber. Detrás del proyecto está desde hace años Oriol Fuertes, un exconsultor de McKinsey que se lanzó al complejo mundo de la salud después de dedicarse a aconsejar sobre este sector durante años.

"El problema en todos los países siempre era el mismo, y las soluciones también lo eran. El problema siempre era cómo hacer sostenibles los sistemas de salud, fuese el país que fuese. La respuesta era curando menos en los centros de salud y los hospitales y cuidando más a la gente desde la comodidad de su casa", explica Fuertes a Business Insider España

Partiendo de esto, su reflexión pasó por aventurar que las soluciones actuales no están satisfaciendo las necesidades de los usuarios. "El gasto en sanidad crece entre dos y tres veces más rápido que el PIB. La situación no es sostenible, hay que innovar".

Con una población cada vez más abierta a aspectos como la telemedicina, la investigación en ciertos aspectos del cuidado, la robótica, el manejo innovador de datos innovadores, robótica, Fuertes se planteó que tenía que intentarlo. 

Por su experiencia, la sanidad, el medioambiente y la educación son ámbitos que traen consigo grandes retos, pero también grandes oportunidades de atraer capital. En España, estima, el cuidado de las personas es un mercado de unos 5.000 millones de euros, de los que solo 2.000 son licitaciones públicas. 

No obstante, ni siquiera este dinero público que se destina a dependencia alcanza muchas veces para cubrir todas las necesidades: "Hay gente que necesita cuidados las 24 horas del día, pero solo le asignan un par. ¿Qué pasa con las horas restantes? Ahí podemos entrar también nosotros", explica el CEO. 

 

Ni corto ni perezoso, ante un continente y un mundo cada vez más envejecidos como el europeo, Fuertes se lio la manta a la cabeza para fundar Qida y, de paso, demostrar una tesis que no ha abandonado desde entonces: hacer el bien a la sociedad no solo es bueno para las empresas desde el punto de vista de la imagen, sino que también es rentable.

Hay que decir que Qida todavía no lo es. La empresa perdió algo más de dos millones de euros en 2020, más de tres en 2021 y más de 4 en 2022. En este mismo tiempo, su gasto en personal ha pasado de los 800.000 euros a los 4,2 millones de euros, lo que habla por otra parte de una empresa en expansión. 

Su facturación también ha pasado de apenas algo más de 200.000 euros en 2019 a acercarse a los 2,5 millones de euros en 2022. La empresa espera cerrar 2023 cerca de los 6 millones de euros de facturación, más del doble que el año pasado, y aunque tiene previsto seguir en pérdidas, en 2024 se han marcado el gran objetivo de alcanzar el punto de equilibrio entre gastos e ingresos.

Por ahora, los fondos parecen convencidos con la propuesta, incluso en estos tiempos de altos tipos de interés y escaso movimiento inversor. Qida tardó en cerrar su financiación aproximadamente medio año, tiempo que le sirvió para verse con unos 70 potenciales inversores que podían liderar la ronda. De estos, se terminó quedando con apenas cuatro.

"Lo que valoraron y lo que valoran mucho los fondos es la tecnología, el impacto social y, sobre todo, que haya mucha demanda, y de esto nosotros tenemos mucho porque cada vez somos más longevos, se está dando un cambio demográfico muy importante. Estas tres cosas son las que más buscan los inversores", resume Fuertes.

Esto, explica el CEO de Qida, en un momento en el que las startups se han visto obligadas a volver a los fundamentos, es decir, a cuidar la caja y la rentabilidad. "Claramente habíamos perdido un poco el norte. Pero cuidado, porque hay empresas que crecen a un 20% o un 30% que no consiguen financiación. Lo que buscan los fondos es que crezcas con sentido".

Esto se resume, a ojos del exconsultor de McKinsey, por ejemplo, en no ganar clientes allí donde estos no son rentables. "En nuestro caso, empezamos perdiendo hasta la camisa con cada cliente. Ahora ya conseguimos que más del 90% de nuestros servicios sean rentables. Este es un gran paso en busca de la rentabilidad".

Fuertes sostiene, por tanto, tal y como hacía hace 5 años, que los negocios de fuerte carácter social son rentables. De bajo margen, pero rentables. Nosotros debemos doblar aún el tamaño de compañía para cubrir todos los costes de tecnología, inversión y fijos., pero hemos probado sobradamente nuestra rentabilidad".

Más allá del dinero, desde Qida subrayan otra cifra: "En este tiempo hemos ayudado a 10.000 personas a vivir mejor desde su casa. Es para estar orgullosos, ¿no?".

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