Estos ejecutivos dicen que consumir sustancias psicodélicas como el LSD y el MDMA les han convertido en mejores jefes y han transformado su forma de pensar sobre el éxito
- Sarah Rose Siskind tuvo una revelación durante un baño de sonido psicodélico en Manhattan. Cambió su forma de dirigir su empresa y fortaleció su relación con los compañeros.
- Varios ejecutivos y científicos cuentan cómo aprovechar los poderosos efectos de estas sustancias y comparten los riesgos que supone consumirlas.
Sarah Rose Siskind se sentía ansiosa por el trabajo. Tras meses de tensas negociaciones, compró a su cofundador su parte de Hello Hello SciCom, una firma de consultoría de ciencia-comedia de Nueva York (Estados Unidos).
"Acababa de pagar más dinero del que había pagado por nada en mi vida", cuenta. Ahora le tocaba determinar la estrategia de la empresa como directora de Operaciones.
Para inspirarse, recurrió a un baño de sonido psicodélico.
Siskind es una de las cada vez más numerosas empresarias y ejecutivas que recurren a los psicodélicos —como el LSD, la psilocibina, la ayahuasca y el MDMA— en busca de inspiración y orientación laboral.
Esta tendencia no es nueva: las sustancias psicodélicas llevan décadas infiltrándose en los despachos y oficinas de Silicon Valley. Steve Jobs, por ejemplo, dijo una vez que el LSD le ayudó a priorizar la calidad sobre los ingresos.
Sin embargo, lo que sí es nuevo es el número de profesionales que hablan abiertamente de su consumo de sustancias psicodélicas en reportajes, redes sociales y conversaciones con compañeros y amigos. Ahora, referentes empresariales de todo tipo recurren a drogas que alteran el estado mental en busca de inspiración.
Algunos profesionales pagan miles de dólares por retiros exclusivos en Perú o México, mientras que otros adoptan un enfoque más autodidacta.
Siskind, asentada en Nueva York, no tuvo que viajar muy lejos.
Un baño de sonido psicodélico en Manhattan
En un apartamento en Noho, en Manhattan, Siskind tomó una combinación de MDMA y setas mágicas y luego se sentó en la oscuridad con otros asistentes, escuchando en silencio música en vivo interpretada con gongs, cuencos tibetanos y una guitarra.
Fue el gong lo que la atrapó.
A medida que las drogas hacían efecto, Siskind se sentía cada vez más agitada por su incesante zumbido. "Casi me levanté para pedirle que parara", asegura. Sin embargo, no lo hizo, y cuando el timbre finalmente terminó, sintió "un estado energético de claridad".
A través de esa claridad, se dio cuenta de que sus valores personales eran esenciales para su éxito y felicidad profesional. Cuando Siskind llegó al trabajo el lunes, convocó una reunión de personal para compartir la nueva dirección orientada a los valores de la empresa.
Un año después, asegura, el trabajo va mejor que nunca y su relación con sus compañeros nunca ha sido tan fuerte.
Otros han relatado beneficios similares.
El CEO de una empresa de tecnología de energías limpias de San Francisco, que ha pedido permanecer en el anonimato, asegura que las sustancias psicodélicas le han resultado útiles para cambiar su marco de referencia a la hora de pensar en problemas difíciles relacionados con el trabajo.
"Ver las cosas desde otras perspectivas es muy útil en el proceso creativo", afirma.
En un artículo publicado en 2022, un grupo de investigadores analizaron el caso de más de una docena de profesionales de alto nivel —desde científicos hasta arquitectos— que también atribuyeron a las sustancias psicodélicas importantes descubrimientos relacionados con el trabajo. Los avances se referían a temas tan variados como la mecánica cuántica y la neurociencia.
En todos los campos profesionales, las drogas psicodélicas parecen abrir a la gente a "esos momentos de reflexión", explica el coautor del estudio David Luke, profesor asociado de Psicología en la Universidad de Greenwich en Londres.
Añade que durante un viaje, la gente es "capaz de inspeccionar su amplia acumulación de conocimientos de una forma nueva, dando lugar a veces a una nueva solución".
Precaución a la hora de hablar sobre las drogas psicodélicas
Quienes ocupan puestos de liderazgo deben ser cautelosos a la hora de comentar sus experiencias con sustancias psicodélicas entre compañeros de oficina, explica Henrik Zillmer, fundador de AirHelp, una empresa con sede en Berlín.
"Si estás en una posición de poder y autoridad y presentas este tema a compañeros o empleados, podrían sentirse presionados a consumir sustancias psicodélicas también".
"Es un viaje individual y la gente tiene que decidir por sí misma si quiere probarlas", añade Zillmer.
También es posible que ese viaje no produzca los resultados deseados. "No hay garantía de que si tomas un psicodélico vayas a obtener ideas interesantes, pero es más probable que si te quedas en casa viendo la tele", defiende John Gilmore, empresario de Silicon Valley convertido en defensor de una política de drogas más relajada tras sus experiencias personales con sustancias ilegales, incluidos las sustancias psicodélicas.
Gilmore probó el LSD poco antes de convertirse en el quinto empleado de Sun Microsystems en 1981. Comenta que antes de tomarlo tenía "un punto de vista muy racionalista sobre las cosas" y una tendencia a pensar que su forma de hacer las cosas era la mejor.
El LSD le mostró que hay maneras radicalmente distintas de ver el mundo y que todas pueden ser igualmente válidas, indica.
Esta toma de conciencia tuvo un valor práctico para su papel de directivo. Dejó de corregir a los empleados que adoptaban enfoques de resolución de problemas diferentes a los suyos y se centró más en si esos enfoques daban lugar a una solución.
Cómo aprovechar los poderosos efectos de estas sustancias
En la última década, un puñado de investigadores han comenzado a realizar investigaciones científicas rigurosas sobre el profundo efecto de los psicodélicos en la mente humana —y si los profesionales y líderes empresariales podrían aprovechar estas poderosas revelaciones—.
Gül Dölen, neurocientífico de la Universidad de California en Berkeley, sospecha, basándose en investigaciones existentes, que los momentos eureka inducidos por las sustancias psicodélicas tienen que ver con cómo estas drogas devuelven al cerebro adulto basado en reglas un estado más infantil de apertura, alegría, diversión y creatividad.
Cuando se toman en el entorno adecuado, según Dölen, estas drogas podrían ayudar al cerebro a "romper patrones, hábitos y pensamientos establecidos y desgastados". Pero ahí está la clave: la persona normalmente tiene que estar en el entorno adecuado y en la mentalidad adecuada para invitar a cualquier revelación significativa.
Por ejemplo, en un estudio de 2022, un equipo de científicos reclutó a un grupo de personas sanas para tomar LSD en un laboratorio y ver cómo la droga influía en la creatividad. Descubrieron que en todas las tareas, el LSD aumentaba la novedad de las ideas de los participantes. Pero esas ideas no iban a ganar ningún premio ni a revolucionar las industrias.
Por ejemplo, cuando se le pidió que inventara una metáfora, un participante sobrio dijo: "Mi madre es tan fuerte como un tigre", mientras que una persona bajo el efecto de LSD dijo: "El filósofo es un agujero en el océano".
Esta forma radicalmente diferente de procesar la información no es práctica en el día a día. Pero, en algunos casos, la capacidad de romper con los patrones normales de pensamiento podría ser clave para "grandes descubrimientos", explica la autora principal Isabel Wiessner, investigadora postdoctoral en neurociencia en la Universidad Federal de Rio Grande de Norte en Brasil.
A veces, esos descubrimientos superan las expectativas. Este fue el caso de Zillmer, cuya revelación se produjo durante un retiro de ayahuasca en Perú en 2016 dirigido a líderes empresariales.
Zillmer se fue con la esperanza de dejar atrás parte de la frustración que se había acumulado en su interior después de años de luchar para que su empresa tuviera éxito. La experiencia hizo eso y más: terminó cambiando toda su perspectiva sobre el trabajo y la vida.
Zillmer siempre había puesto a la empresa en primer lugar, pero durante su experiencia psicodélica, se dio cuenta de que debería priorizar a las personas que trabajan para él. "Me abrió los ojos: si la gente está contenta, crearemos excelentes productos y servicios", afirma.
Cuando regresó al trabajo, invirtió recursos en renovar la oficina, crear un departamento de recursos humanos sólido e introducir aspectos para los empleados como encuestas de satisfacción, discusiones sobre sus objetivos profesionales a largo plazo y entrevistas de entrada y salida. Como resultado, AirHelp comenzó a retener a los empleados por más tiempo, cuenta Zillmer, y la felicidad aumentó en toda la plantilla.
Zillmer también obtuvo beneficios más allá de su función como empleador. Por ejemplo, su relación interior consigo mismo mejoró enormemente, confiesa. "Y eso, al final, también mejorará tu satisfacción y rendimiento en el trabajo, y tu relación con los compañeros".
Si bien los avances de Zillmer se produjeron en Perú y con la ayahuasca, este tipo de retiros para profesionales de negocios están apareciendo por todas partes y con una variedad cada vez mayor de sustancias psicodélicas.
Otros CEO, por ejemplo, han encontrado revelaciones en un programa de liderazgo en los Países Bajos donde los facilitadores administran legalmente psilocibina como parte de un programa de crecimiento personal dirigido a ejecutivos. Algunos de ellos participaron recientemente en un estudio piloto, dando una idea de lo que se cuece a puerta cerrada.
Más allá de los resultados finales
Para el estudio piloto, investigadores de la Universidad de Maryland reclutaron a un grupo de 15 CEO, fundadores y otros líderes de diversos orígenes y países que ya participaban en el retiro, que está diseñado exclusivamente para personas en puestos de liderazgo.
"Una de las razones por las que los líderes empresariales son una población interesante es porque tienen una gran influencia económica, social, cultural y política", explica Bennet Zelner, investigador de negocios y políticas públicas que codirige el estudio. "Tienen la capacidad de actuar como multiplicadores de fuerza".
El programa de cuatro meses incluye cinco talleres grupales de dos horas y seis sesiones individuales de coaching ejecutivo en las que los participantes discuten temas como la toma de decisiones éticas y el desarrollo y la realización personal. El trabajo de preparación online culmina con un retiro en persona de una semana de duración en el que los participantes emprenden viajes guiados consumiendo sustancias psicodélicas.
Después de que el grupo piloto completara su retiro, Zelner y sus compañeros hicieron un seguimiento un año después para ver qué había cambiado, si es que había cambiado algo.
Un ejecutivo explicó que habían reestructurado su empresa para que estuviera más alineada con su propósito y fuera más resistente a la presión financiera, incluso explorando estructuras de financiación y gobernanza que redujeran la dependencia de la empresa de los inversores tradicionales con ánimo de lucro.
Otros informaron de cambios más sutiles, como trabajar mejor con los compañeros y ser más claros en la toma de decisiones. Por otra parte, un CEO había abandonado su empresa para dedicarse a algo que consideraba más al servicio de los demás.
De hecho, a veces el principal valor que las sustancias psicodélicas pueden aportar a los líderes empresariales es revelarles que ha llegado el momento de seguir adelante.
En 2020, por ejemplo, John Allison, cofundador de Customer.io, una plataforma de captación de clientes, tomó MDMA en casa de un amigo en Brooklyn. Se suponía que iba a ser una noche de diversión ligera, pero Allison se encontró pensando espontáneamente en el trabajo. Se notaba quemado, pero se había sentido demasiado culpable por dejarlo como para hacer planes serios al respecto.
En la fiesta, Allison tuvo que dejar de bailar y salir "porque tuve un momento epifánico en el que acepté que marcharme era lo correcto", recuerda.
Varios meses después, renunció como director de tecnología, pero permaneció como miembro de la junta y asesor, lo que le permitió mantener buenas relaciones con sus antiguos compañeros.
Renunciar fue "absolutamente" la decisión correcta, afirma. "Probablemente ya sabía la respuesta inconscientemente, pero el MDMA resolvió la lucha interna".
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